Miah Cerillo es una de las historias que más impresionó tras el tiroteo ocurrido en la escuela primaria de Robb en Uvalde, Texas, al ser una de las sobrevivientes debido a que se cubrió con la sangre de su compañera para fingir estar muerta.
La situación ocurrió el pasado 24 de mayo en donde 19 niños y dos profesores fallecieron a causa de los disparos de un joven de 18 años que ingresó a la escuela con dos rifles de asalto.
El tirador estuvo en las instalaciones por al menos una hora antes de que la policía actuara y al ser un nuevo tiroteo escolar en los Estados Unidos planteó la necesidad de una nueva legislación de las armas ante la facilidad para adquirirlas.
EL TESTIMONIO DE LA NIÑA QUE SOBREVIVIÓ AL TIROTEO
Una audiencia del Comité de Reforma y Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos comenzó este 8 de junio en donde se discutirá y buscará llegar a un acuerdo sobre la legislación de control de armas.
Miah Cerrillo, niña de 11 años, fue una de las primeras testigos en hablar por medio de un video grabado previamente. Dentro de su relato señaló que el tirador realizó un disparo contra una pequeña ventana para luego trasladarse entre los salones de clase por medio de una puerta que las unía.
Posteriormente, pudo ver cómo el tirador disparó a la cabeza de su profesora y contra su compañera. El disparo provocó una grave herida en su compañera y provocó que la sangre comenzará a salir, lo cual aprovechó Miah para cubrir su playera de Lilo y Stich al tiempo de fingir que estaba muerta.
“Le disparó a mi maestra y le dijo a mi maestra ‘buenas noches’ y le disparé en la cabeza. Y luego disparó a algunos de mis compañeros de clase y a la pizarra. Cuando fui (donde estaban) las mochilas, le disparó a mi amiga que estaba a mi lado y pensé que iba a volver a la habitación… Entonces agarré la sangre y la puse toda sobre mí”, contó Miah.
En ese momento decidió quedarse callada hasta que el tirador salió de su salón y después tomó el celular de uno de sus maestros para llamar al 911 en busca de ayuda.
Después de su relato, la niña de 11 años pidió una mayor seguridad dentro de las escuelas y cuando le preguntaron sobre si cree que la situación podría repetirse, ella asintió con la cabeza.
“No quiero que vuelva a suceder”, dijo Miah tras señalar que se siente insegura en su escuela ante la posibilidad de que un nuevo tiroteo pueda suceder.
LOS TESTIMONIOS EN LA AUDIENCIA
Miguel, padre de Miah Cerrillo, también formó parte de la audiencia, él de manera presencial dentro del congreso en donde habló del impacto que tuvo el tiroteo para su hija. Al respecto, señaló que desde ese momento notó que la niña ya no es la misma.
“Desearía que algo cambiara no solo para nuestros hijos, sino para todos los niños del mundo porque las escuelas ya no son seguras”, aseguró Miguel entre lágrimas. “Vengo porque amo a mi niña, pero ella no es la misma niña con la que solía jugar, correr y hacer todo porque era la niña de papá. Tengo cinco hijos y ella es la del medio. No sé qué hacer”.
Kimberly y Félix Rubio, padres de uno de los niños fallecidos, fueron otros de los testigos en la audiencia de manera virtual en donde exigieron que se prohíban los rifles y los cargadores de alta capacidad para la venta al público.
“Entendemos que, por alguna razón, para algunas personas, para las personas con dinero, para las personas que financian campañas políticas, las armas son más importantes que los niños”, señaló Kimberly visiblemente afectada.
Mientras los legisladores están en busca de establecer una postura y camino a seguir, Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, pidió que se redacten leyes de armas más estrictas y a los legisladores adoptar una postura contra la industria de las armas en un mensaje tras el tiroteo en Texas.