Rusia y Occidente, que se oponen en el conflicto sirio, mantienen relaciones salpicadas de tensiones desde la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Si bien, en un primer periodo, reinó un vínculo cordial entre, el bloque compuesto por Estados Unidos y la Unión Europea, y una Rusia muy debilitada, las primeras crisis comienzan a asomarse ya a finales de la década de 1990, sin llegar nunca a una ruptura total.
GUERRA DE KOSOVO
Ante el endurecimiento de la represión serbia contra los separatistas albaneses en Kosovo, la OTAN inició en marzo de 1999 una campaña de bombardeos de 78 días que obligó a Serbia a retirarse de Kosovo.
Moscú, que apoyaba a los serbios, amenazó a la OTAN con un "regreso a la Guerra Fría" en caso de intervención en la región. Dos días después de los primeros bombardeos de la Alianza Atlántica, Rusia pidió al representante de la OTAN de abandonar Moscú y suspendió la cooperación militar.
La tensión renació con la independencia de Kosovo (el 17 de febrero de 2008), no reconocida por Rusia.
OTAN AL ESTE
Tres exmiembros del Pacto de Varsovia, Hungría, República Checa y Polonia, ingresaron en la OTAN en 1999. Moscú alertó entonces contra la admisión de exrepúblicas soviéticas en la alianza militar.
Pero la OTAN acogió en 2004 a los países bálticos (Estonia, Lituania y Letonia), así como a Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. Una expansión que no sentó bien en Rusia, ya que coincidió además con el ingreso de esos países en la Unión Europea el mismo año o en 2007, en el caso de Bulgaria y Rumanía.
ESCUDOS ANTIMISILES
Moscú se preocupa por el proyecto de escudo antimisiles lanzado en 2010 por la OTAN, que debería ser plenamente operativo antes de 2020, con interceptores en Rumanía y Polonia, oficialmente para protegerse ante Irán.
CONFLICTO EN GEORGIA
En agosto de 2008, en respuesta por una intervención de Georgia contra la región separatista de Osetia del Sur, Rusia bombardeó la capital georgiana, Tiflis, y ocupó una amplia parte del territorio de Georgia, provocando indignación entre los países occidentales.
Un acuerdo de paz negociado por el entonces presidente francés Nicolas Sarkozy dio lugar a la retirada de las tropas rusas, pero Moscú reconoció oficialmente la independencia de las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia, donde mantiene una importante presencia militar.
Tras esa guerra relámpago entre Rusia y Georgia, la Alianza Atlántica suspendió hasta 2009 el Consejo OTAN-Rusia, una instancia de diálogo creada en 2002.
CRISIS DE UCRANIA
En 2014, Ucrania asistió impotente a la anexión por Rusia de su península de Crimea, y a la toma de control por manifestantes prorrusos de edificios oficiales en Donetsk y Lugansk, en el este del país.
Esa operación desató la peor crisis diplomática desde el final de la Guerra Fría entre rusos y occidentales. Las sanciones europeas y estadounidenses golpearon duramente la economía de Rusia.
La OTAN suspendió su cooperación civil y militar con Moscú, y sus miembros decidieron poner a sus tropas en estado de alerta. La Alianza Atlántica desplegó además varios batallones en los países bálticos y en Polonia.
SIRIA
Desde el inicio del conflicto en Siria en 2011, Rusia apoyó al gobierno de Bashar al Asad, vetando en la ONU doce proyectos de resoluciones impulsados por los occidentales, que quedan aparcados en simples advertencias verbales.
A partir de octubre de 2015, Rusia intervino militarmente en el terreno, dando la ventaja a Damasco.
Pero en abril de 2017, después de un presunto ataque químico en Jan Sheijun, Donald Trump ordenó bombardear una base siria, amenazando a los rusos de suspender la vía de comunicación con el ejército estadounidense sobre Siria.
En febrero pasado, en Deir Ezor, las fuerzas estadounidenses bombardearon a mercenarios rusos que habían atacado a combatientes kurdos y árabes.
RUSIAGATE
Las relaciones entre Washington y Moscú empeoraron en los últimos meses debido a las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y las sospechas de colusión entre el equipo de campaña de Donald Trump y el Kremlin.
SKRIPAL
El envenenamiento de un exespía ruso, Serguéi Skripal, y de su hija Yulia el 4 de marzo en el sur de Inglaterra provocó una grave crisis diplomática después de que Reino Unido atribuyera el ataque a Rusia.
Los países occidentales mostraron su solidaridad con Reino Unido y anunciaron de forma casi simultánea la expulsión de cerca de 150 diplomáticos rusos.