El recuerdo de su madre gritando mientras era violentada y asesinada por su padre en el domicilio que rentaban en San Martín Texmelucan, el 14 de febrero de 2020, es algo que los hijos de María Elizabeth, quien era maestra y contaba con 33 años, no han podido borrar de su memoria.
A la fecha, los menores continúan en terapia para poder sobrellevar la situación, mientras que el presunto feminicida, quien ahora se sabe, días antes del crimen recibió un oficio de una deuda de 100 mil pesos por pensión alimenticia, sigue prófugo.
Los padres de la víctima exigen justicia y que las autoridades escuchen las peticiones de sus nietos de no convivir más con sus abuelos paternos, ya que cada que tienen convivencia virtual, se alteran, les genera confusión, así como cambios de estado de ánimo.
Desde la sala de su casa ubicada al sur de la ciudad de Puebla, los padres de María Elizabeth N narraron lo difícil que ha sido vivir sin “Ely” o “Mary”, como le decían de cariño, además de que compartieron el proceso complicado por el que atraviesan sus nietos de ahora 12 y 14 años de edad, para quienes aún no hay una explicación de cómo su padre pudo haber matado a su madre y hasta ahora, no quiera dar la cara bajo la presunta protección de sus abuelos paternos.
“Mi hija siempre me dijo que el día que ella llegara a faltar, yo tenía que ver a sus hijos, de hecho el último día que hablé con ella fue el 14 de febrero a las 12:30 de la tarde, estaba trabajando, alcanzó a pedirme que cuidara de sus hijos, sin imaginar lo que más tarde pasaría; siento que perdimos a mi hija por 100 mil pesos, ya que el 8 de febrero todavía me comentó que no sabía qué es lo que iba a pasar, porque había logrado la pensión alimenticia para sus hijos y el oficio en el que se señalaba el adeudo de Jorge Ernesto por no dar nada para la manutención de sus hijos durante tres años y ya le había llegado a este sujeto”, reveló al punto del llanto Alberta, madre de Elizabeth, quien llevaba tres años separada del acusado.
Junto a su esposa, Esteban, padre de “Ely”, recordó el trauma que vivieron sus nietos al escuchar los gritos y la violencia física de la que era víctima una mujer dentro de un domicilio, sin imaginar que se trataba de su madre, la cual era golpeada y ahorcada por su padre Jorge Ernesto, también maestro de Educación Física, que no conforme con presuntamente haber cometido el crimen, también le habría robado la quincena a la madre de sus hijos en la casa que rentaba en San Rafael Tlanalapan, en el municipio de San Martín Texmelucan.
“Jorge Ernesto iba los fines de semana por sus hijos a la casa de mi hija y los testigos declararon que esta persona estaba lavando su carro y el de mi hija, después sacó a los niños y los dejó en su auto a media cuadra de la casa; él les dijo que iba a regresar a lavar el baño de su mamá y después de media hora salió corriendo e incluso se llevó la quincena de mi hija.
Uno de mis nietos le preguntó que por qué llevaba dinero y le contestó que le había cambiado dinero a su mamá y que se callara, otro de los nietos le cuestionó qué le había pasado en la cara porque tenía una lesión y él respondió que nada, que se había pegado en el baño y que tenían prisa que tenían que irse”, recordó Esteban.
Sosteniendo un volante en el que solicitan información sobre el paradero de Jorge Ernesto y al reverso de la hoja una sinopsis del caso, el padre de la licenciada en Educación Física, formación en Pedagogía, un diplomado en Neuromotricidad y Neuro Intervención Infantil, así como otros estudios, contó que hasta donde se sabe, Jorge Ernesto, después del asesinato, se llevó a sus hijos a la casa de sus padres para encerrarlos en un cuarto y ahí confesar a los abuelos paternos de los menores lo sucedido.
Luego de que los padres de María Elizabeth se enteraran del feminicidio de su hija y la desaparición de sus nietos, denunciaron los hechos ante la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), quien activó la correspondiente Alerta Amber, por lo que a consideración de los entrevistados, los padres del presunto asesino no tuvieron mayor opción que hablarles para decirles que su hijo les había llevado a los niños y estaban con ellos, por lo que se los llevarían a su domicilio. Fue así como Alberta y Esteban lograron recuperar a sus nietos.
A pesar de que ya han transcurrido tres años, los menores al igual que sus abuelos maternos, siguen en duelo, sintiendo mucho dolor y en terapia para poder sobrellevar la pérdida de su madre, a quien con mucha tristeza recuerdan cada 14 de febrero y 10 de mayo.
“Tenemos muchísimo dolor al igual que los niños; ellos siguen en su duelo, no pueden escuchar 10 de mayo o 14 de febrero; ya son adolescentes, observan a las parejitas cómo se dan detalles y les da mucho dolor, pero más el 10 de mayo porque ven cómo los niños le dan obsequios a sus mamás, y ellos conservan lo que daban a su mamá, unos aretitos, o cositas que por muy pequeñas que fueran, se las daban con mucho cariño”, compartió la señora Alberta, quien también acusó algunas irregularidades por parte de la secretaria de acuerdos del Juzgado Sexto de lo Familiar, Alma Lizbeth Gazal Martínez, quien llegó al citado juzgado a principios de enero de este año.
La declarante agregó que los hijos de Elizabeth han manifestado que ya no quieren ningún tipo de convivencia virtual o presencial con sus abuelos paternos porque se sienten mal emocionalmente y piensan que ellos saben el paradero de su padre, pero no lo quieren decir, y lo que los menores buscan es una explicación de su padre sobre lo ocurrido.
“Nosotros queremos que el juez José Luis Arenas Juárez tenga conocimiento de las anomalías que autoriza su secretaria de acuerdos, mis nietos ya manifestaron su deseo de no convivencia con los abuelos paternos porque les afecta, pero ella dice que no es un derecho sino una obligación de los menores de convivir con sus abuelos paternos, a pesar de que ya se hizo una evaluación sicológica que ahora los padres de Jorge Ernesto han pedido que se realice de nueva cuenta, pues después de casi tres años, en semanas recientes solicitaron convivir de forma presencial con los menores”, acusó la señora Alberta, quien solicita anteponer el bienestar de los niños.
“Hago un llamado a sus papás que reflexionen, que tomen un poco de conciencia y entreguen a esta persona, no se vale que una persona que nunca se hizo cargo de los niños, que era prepotente con los niños y que incluso una vez le pegó a uno de ellos por tirar el helado en su carro, pero además cobraba la gasolina si él iba a recogerlos, esté libre. Pedimos a la sociedad que si saben algo sobre el paradero de Jorge Ernesto que lo denuncien para evitar que siga haciendo daño”, suplicó el padre de María Elizabeth.