Las exigencias de los familiares de los dos hombres muertos en la explosión registrada en la delegación en Puebla de la Fiscalía General de la República, finalmente fueron escuchadas en las oficinas centrales de la Ciudad de México, cuyos funcionarios resolvieron apoyar a los deudos en la entrega de los cuerpos.
Al cierre de la edición, los agraviados informaron que la entrega de los cadáveres estaban por llevarse a cabo, por lo que muy posiblemente hoy serían velados, para que el día de mañana sean sepultados.
Los familiares de Martiniano y Juan, de 49 y 45 años de edad, respectivamente, trabajadores de grúas para un corralón ubicado al sur de la ciudad, que desafortunadamente perdieron la vida la noche del jueves en el estacionamiento de la FGR delegación Puebla, al tratar de desmantelar un carro tanque para llevárselo a un corralón, tuvieron que esperar 24 horas para tener una respuesta favorable, después de recibir tratos déspotas, dijeron, tras las diligencias de levantamiento de los cadáveres que duraron más de 15 horas.
Entrevistados todavía la tarde del pasado viernes, Karen, hija de Martiniano, pidió ante los medios de comunicación que la dependencia federal les brindará un trato digno, además de que agilizarán la entrega de los cuerpos y les informarán los pasos a seguir, incluyendo también sobre las investigaciones para determinar responsables.
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Y es que después de que ocurrió la tragedia, poco antes de las 20 horas, tras la llegada de los familiares de las víctimas, ahí pasaron toda la noche y madrugada sin recibir ninguna atención por parte del personal o autoridades de la dependencia.
Al ser entrevistados alrededor de las 13 horas del viernes, señalaron públicamente su malestar y poco antes de las 14 horas, les llamaron finalmente, pero aún así, les indicaron que debían esperar al menos unos 15 días para que pudieran recibir los restos de los fallecidos.
Ante lo zozobra que vivían los deudos, finalmente una llamada minutos después de las 21 horas, directamente de las oficinas centrales de la FGR en México, les devolvió la esperanza, pues les informaron que la entrega de los cuerpos sería el sábado por la tarde-noche, por lo que ya este domingo los velarían y mañana lunes estarían sepultándolos.
“Lo demás, las investigaciones para saber quiénes tendrán que responder por esto y se haga justicia, será el siguiente paso, pero por el momento ya vamos a poder sepultar a mi padre”, puntualizó Karen.
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Cabe recordar que los mismos familiares aseguran que hubo negligencia desde el momento en que la dependencia federal permitió que se hicieran trabajos de alto riesgo en las mismas instalaciones, cuando años atrás ya se había advertido que era peligroso y por eso se había dejado de hacer.
Las víctimas eran choferes de grúas y les habían dado indicaciones para ir por material como son bidones de combustible asegurados, para resguardarlo en un corralón; sin embargo, como había un cisterna tanque, de capacidad para 10 mil litros, les ordenaron que la destruyeran para podérsela llevar.
Por ello con un soplete comenzaron a cortarlo y poco después se registró la explosión que dejó el saldo conocido.
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