En 1978, este diario, El Sol de Puebla, dio a conocer que elementos del cuarto grupo de agentes de la Policía Judicial del Estado, habían detenido a los tres bandidos que cuatro meses antes habían participado en el atraco a la sucursal Juárez del Banco de Comercio de Puebla, en donde robaron 585 mil pesos antiguos y causaron conmoción entre las personas que se encontraban ahí en el momento del asalto.
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“Tres jóvenes que no portaban algún disfraz y usaron dos pistolas revólver, asaltaron esta mañana a las 10:20 horas la sucursal Juárez del Banco de Comercio de Puebla, ubicada en Avenida Juárez 1508, de donde extraoficialmente se sabe se llevaron poco más de medio millón de pesos”, se lee en la publicación del día 9 de septiembre de 1977, de la edición vespertina de este diario, La Voz de Puebla, que informó oportunamente a la sociedad el mismo día que ocurrió el hecho.
En la publicación se lee que los asaltantes gritaron: “¡Nadie se mueva y no les pasa nada!”. Para intimidar a los 15 clientes que ahí se encontraban además de los 17 empleados de la institución financiera, utilizaron un revólver calibre .32 y otro .38. Mientras dos de los delincuentes los amagaban, uno de ellos recorrió las seis cajas del banco colocando en una bolsa de plástico todos los fajos de billetes que pudo.
“Cuando ya se disponían a salir, el que llevaba la bolsa con el dinero arrebató al comerciante Enrique Rubí, dueño de Jugos California, 20 mil pesos en efectivo que en esos momentos iba a depositar en el banco”, dice la nota.
El gerente del banco, León Terrez Barrán, logró accionar el botón de alarma que tenía cerca de su escritorio y el llamado fue escuchado y detectado en la policía donde de inmediato se movilizaron agentes de los Servicios Especiales de Investigación.
Los testigos presenciales dijeron que los atracadores vestían ropa sport y tenían una edad que rondaba los 25 años.
Agentes de los Servicios Especiales de Investigación de la Policía Estatal, de la Judicial del Estado, y Tránsito se movilizaron de inmediato y bloquearon las carreteras.
El auto del crimen
Para huir, los asaltabancos abordaron un automóvil Datsun modelo 1976, que más tarde fue localizado en la Privada 27 Norte y 6 Poniente, por los agentes 536 y 179 de la policía. La unidad había sido denunciada como robada ese mismo día a las 9:30 de la mañana por el chofer Felipe Hernández López.
El chofer declaró que a las 19:30 horas del día anterior, dos hombres y una mujer abordaron la unidad y pidieron los trasladara al Infonavit Amalucan. Cuando pasaban por la fábrica Chicles Adams le pidieron que se detuviera y entonces lo amagaron con una pistola. Lo ataron y le cubrieron el rostro y así lo dejaron abandonado a su suerte.
Los tres jóvenes asaltabancos
El trabajo de investigación de los agentes de los Servicios Especiales y de la Policía Judicial, rindió frutos cuatro meses después. El 29 de enero de 1978, en la edición dominical de este diario, El Sol de Puebla, se dio a conocer la detención de los tres asaltabancos.
Los tres detenidos rondaban los 20 años de edad y eran Miguel Ángel López Sánchez, hojalatero apodado “El Jimmy”; Gonzalo Sánchez Meza; y José Luis Medrano Parra, un drogadicto conocido como “El Filósofo”. Este último confesó que había planeado otros atracos junto con un cuarto asaltante de nombre Manuel Arturo García, quien no se encontraba con ellos en el momento de la detención.
Durante la captura, los agentes judiciales les decomisaron a los atracadores las pistolas calibre .7, calibre .62, y calibre .38, también les decomisaron una motocicleta Honda placas 450-CC que habían comprado con el fruto del asalto.
Los tres asaltabancos detenidos confesaron que el 9 de septiembre de 1977, participaron en el atraco a la sucursal del Banco de Comercio de Puebla que en ese entonces se ubicaba sobre la Avenida Juárez y 17 Sur.
Botín de más de un millón de pesos
Una sorpresa se llevaron los agentes judiciales que participaron en la detención de los asaltabancos cuando estos fueron interrogados y uno de ellos también confesó su participación en otros dos atracos bancarios, uno más en Puebla y otro fuera del estado.
El montó obtenido en los ilícitos cometidos por los asaltabancos, sumaba más de un millón de pesos antiguos.
Una vez practicadas las investigaciones, el director de la Procuraduría Judicial del Estado, el teniente coronel Felipe Flores Narro, informó a El Sol de Puebla, que el detenido José Luis Medrano Parra, junto con el delincuente prófugo, Manuel Arturo García, habían asaltado también otra sucursal del mismo banco en el centro de la ciudad, además de otro atraco en Torreón, Coahuila.
La otra sucursal del Banco de Comercio de Puebla que atracaron los hampones, era la sucursal de Santa María, ubicada en la 7 Norte y 32 Poniente. Ocurrió el 24 de febrero de 1977 y ahí obtuvieron un botín de alrededor de 550 mil pesos antiguos. Pero también se les encontró implicación en un tercero atraco bancario registrado en el año de 1976 en Torreón, Coahuila, contra la sucursal del Banco de Londres y México, en la que pillaron 126 mil pesos antiguos.
“El golpe” a la sucursal Juárez
Miguel Ángel López declaró que planearon el atraco a la sucursal del Banco de Comercio de Puebla de la Juárez por iniciativa de José Luis Medrano Parra, el 7 de septiembre, con solo un día de anticipación de realizar la fechoría.
Para consumar el robo y huir con el botín, robaron el carro del sitio “Lupita”, placas 88 SSP, al taxista Felipe Hernández López, a quien dejaron abandonado por la fábrica Chicles Adams. Una vez consumado el atraco al banco, dejaron la unidad en la 10 Poniente y 27 Norte, en donde abordaron un automóvil que Miguel Ángel había dejado estacionado en el lugar.
Emprendieron la fuga por la recta a Cholula y en la orilla del río Atoyac se repartieron el botín de común acuerdo de la siguiente manera: 210 mil pesos para José Luis y Miguel Ángel; y 195 mil para los otros dos, Gonzalo y Manuel.
De igual forma, Miguel Ángel les narró a los judiciales una historia increíble acerca de lo que había hecho con la parte de su botín. Dijo que al día siguiente del atraco se fue a Huamantla, Tlaxcala, a ver a uno de sus hermanos a quien le platicó lo del robo al banco, pero éste no tomó la noticia con agrado, al contrario, le reprochó lo sucedido e incluso, lo golpeó, y le ordenó que devolviera el dinero. Para ello, tendría que entregarle su botín al tío de la esposa de su hermano que era sacerdote, y así lo hizo, según él.
Miguel Ángel le entregó el dinero al sacerdote quien de inmediato se dirigió al banco robado. Al hablar con el gerente del banco, este se negó a recibir el dinero porque resultó que él era el gerente de la sucursal Santa María cuando esta fue asaltada un año antes por los amigos del malandro. Al sacerdote no le quedó más remedio que colocar el dinero en sobres para regresarlo introduciéndolos en el buzón del banco.
Por otra parte, Gonzalo Sánchez Meza, declaró que la pistola calibre .38 que él portaba se la había comprado a su profesor de filosofía y letras de la UAP llamado, Gabriel Aguilar Aguilar. Con la parte que le tocó del botín, dijo que había comprado dos motocicletas, otra arma de fuego, dos relojes, y el resto lo repartió entre su madre y sus hermanos. Asimismo, mencionó que él mismo había sido víctima de un asalto en la ciudad de México, porque le robaron 20 mil pesos en una parranda.
Capturados y puestos a disposición del MP
“El Filósofo”, José Luis Medrano Parra, confesó haber planeado el atraco a la sucursal Juárez del Banco de Comercio de Puebla y su participación en otros dos robos que hizo junto con Manuel Arturo García García, el prófugo.
En 1976 había conocido a Manuel Arturo, originario de Santa Rita Tlahuapan, Puebla, debido a su farmacodependencia. El 20 de diciembre de ese año planearon el robo a un banco porque no tenían dinero para pasar la Navidad.
Entonces se dirigieron a Monterrey, Nuevo León, pero desistieron en el intento de realizar el robo porque lo bancos contaban con mucha vigilancia. Entonces se dirigieron a Torreón, Coahuila, en donde asaltaron el Banco de Londres y México, y obtuvieron un botín de 126 mil pesos.
Para febrero de 1977 ya se les había acabado el dinero, entonces se les hizo fácil asaltar la sucursal Santa María del Banco de Comercio en Puebla, donde obtuvieron 550 mil pesos.
Ambos asaltantes se refugiaron entonces en el domicilio de Manuel Arturo, en Santa Rita Tlahuapan, que les sirvió de refugio algún tiempo. José Luis recuerda que en una ocasión llegaron al domicilio dos agentes de la policía, pero la esposa de su amigo dijo que no se encontraba en casa y los investigadores se retiraron sin sospechar que ahí estaba.
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José Luis y Manuel Arturo comenzaron a huir por diferentes ciudades de la República hasta que “El Filósofo” y sus cómplices, Miguel Ángel y Gonzalo, fueron capturados y puestos a disposición del agente primero del Ministerio Público de la Policía de esta ciudad.
