A través de su defensa legal, un comerciante asegura que fue víctima de un engaño, una aprehensión con lujo de violencia y hasta torturas por parte de supuestos agentes de la Fiscalía Anticorrupción para “delatar” a sus cómplices en supuestos actos ilícitos, de los que dice, no es culpable.
La defensa legal de Ignacio detalló que a finales de diciembre del año pasado llegaron hasta su oficina donde comercializa productos de limpieza y cubrebocas, dos mujeres que se identificaron como agentes ministeriales adscritas a un grupo de la Fiscalía Anticorrupción - Unidad Especializada en Operaciones de Recursos de Procedencia Ilícita-.
Las supuestas agentes le indicaron que se encontraba bajo investigación por posible lavado de dinero y a cambio de medio millón de pesos podían protegerlo e incluso librarlo de una detención aún así el 7 de enero del presente año, con lujo de violencia, llegaron hasta su casa más de cinco agentes ministeriales, entre ellos testigos identificaron plenamente a dos mujeres y el resto hombres.
De acuerdo con la denuncia que en su momento presentó la familia de Ignacio, detallaron que a golpes y amagándolo con armas de alto poder, se llevaron detenido al comerciante, incluso golpeando a los familiares, entre ellos a una joven que logró documentar con fotos y videos de su celular, la detención dentro de su domicilio en el Fraccionamiento Zerezotla en el municipio de San Pedro Cholula. En dicha denuncia contra los agentes ministeriales por abuso de autoridad, se agrega el delito de robo, pues sostiene la parte agraviada que existen testigos y pruebas de que se apoderaron de joyas, relojes y otros artículos de valor de la vivienda.
En días pasados la defensa legal de Ignacio, el corporativo jurídico Gutiérrez Gayosso, tramitó un amparo para que cesen y revisen las autoridades correspondientes el actuar de los agentes ministeriales, pues asegura que desde que lo llevaron detenido a la Fiscalía, a donde finalmente después de 8 horas le mostraron la orden de aprehensión, Ignacio ha sido sometido a actos de tortura para declararse culpable y confesar que son sus cómplices otras cinco personas que también se encuentran en prisión.