A un año de que Óscar, de 36 años, un limpiaparabrisas conocido como “El Canelo”, cayera en depresión y se suicidara en una torre de energía eléctrica en la colonia Tres Cruces, amigos y compañeros del gremio lo recuerdan con cariño y narran lo complicado que es dedicarse a este oficio, donde para ganarse entre 30 y 200 pesos al día, deben soportar insultos o incluso ser aventados por los vehículos.
Paola Bermudez de 40 años, es madre de dos hijas pequeñas que solo dependen de ella, y aunque Óscar no fue su amigo, recuerda perfectamente el caso y convive con quienes eran muy cercanos a él, incluso son quienes la han adentrado a esta labor, pues anteriormente se dedicaba a vender gelatinas, sin embargo, con la llegada de la pandemia por Covid-19, sus ventas se redujeron casi al cien por ciento y tuvo que buscar otra fuente de ingresos.
“La necesidad y la pandemia por el Covid me obligó a meterme a esto. Soy madre soltera, tengo 2 hijas. Llevo 5 años en este lugar porque vendía gelatinas por las mañanas, pero con la crisis sanitaria la mayoría de mis clientes se quedaron en sus casas y me vi mal económicamente tres semanas; mis compañeros me dieron chance de trabajar con ellos, me dijeron: ‘vente con nosotros, aquí te cuidamos, te enseñamos’ y a partir de ahí, con pena o no, empecé a limpiar”.
Es así como la entrevistada cuenta que debe pasar ocho horas, desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, en el crucero de la avenida Las Torres, entre Diagonal Río Papagayo y José María Lafragua, donde apenas lleva un año limpiando los parabrisas de los vehículos.
En ese lugar ha lidiado con todo tipo de conductores, desde los que les avientan el automóvil hasta los que son empáticos y le han dado hasta 50 pesos.
“A mis compañeros les han pasado las llantas en el pie porque nos gana el semáforo, hay gente que se molesta, les limpiamos y te insultan, te dicen de groserías pero te acostumbras y sabes que hay algunos que te van a dejar y otros son muy misericordiosos que hasta en una limpiada te llegan a dar 50 pesos, te dicen: ‘ahí para que te tomes un refresco’, pero también otros accionan el chisguetero que avienta el agua en el parabrisas y te mojan”, narra Paola con su jalador y trozo de jerga en la mano.
Pese a lo anterior, todos los días, ella y sus compañeros acuden para ganarse entre 30 y 200 pesos al día, depende de la circulación de los automóviles y de la práctica que cada limpiaparabrisas tenga, pues mientras algunas ya llevan 15, 13 ó 2 años, en el caso de la declarante, solo lleva uno y todavía le cuesta subirse a autos grandes, camionetas o camiones de carga, como sus colegas.
DEPRESIÓN VENCIÓ A EL CANELO
Fue el 14 de mayo de 2020, que “El Canelo” contó a sus amigos que había tenido una pelea familiar, por lo que estaba triste, lo anterior sumado a la depresión que sufría, lo llevó ese mismo día por la tarde, a subir hacia la parte más alta de una de las torres de luz que se encuentran en el camellón central, del bulevar Municipio Libre o Avenida Las Torres, a la altura de la colonia Tres Cruces.
Sus amigos franeleros con los que ahí trabajaba, intentaron convencerlo de bajar, sin lograrlo pues el hombre acabó por colgarse frente a la vista de decenas de personas que quedaron atónitos ante lo sucedido.
El hecho movilizó a cuerpos de emergencia y policiales, los cuales cerraron la vialidad para poder bajar el cuerpo; varias horas después, las labores concluyeron. Aunque sus amigos le colocaron flores y veladoras, en este aniversario luctuoso, el lugar luce con flores secas.