La tarde de este martes, por última vez, José Luis N, de 26 años de edad, escuchó el sonido de la sirena de una patrulla estatal, que junto con una guardia de once policías y alrededor de 50 personas, entre familiares y amigos, lo acompañaron hasta camposanto para despedirlo con banda de guerra y una serie de oraciones para pedir por su eterno descanso.
En un ataúd de madera que fue cargado por sus familiares y luego de una misa de cuerpo presente en la casa de sus padres, al sur de la capital poblana, los restos del policía estatal asesinado a balazos por su superior en la Casa de Justicia de San Martín Texmelucan, fueron llevados al panteón de la colonia Guadalupe Hidalgo.
Con la voz a punto del quebranto, y al grito de “José Luis García Gómez, presente!, José Luis García Gómez, presente!”, los uniformados estatales hicieron el último pase de lista para este oficial que dejó a dos pequeños en la orfandad y una viuda que hoy buscará sacar adelante a su bebé y a su niña de ocho años de edad.
Entre aplausos y en medio de las lágrimas la gente ahí reunida despidió al joven policía que llevaba cuatro años dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSP) inicialmente en Palmar de Bravo y luego en Texmelucan.
Ahora, los deudos sólo esperarán a que el proceso avance y se determine la situación jurídica del presunto responsable Manuel N, de aproximadamente 50 años de edad, hoy detenido por los hechos ocurridos la noche del sábado pasado tras una discusión que derivó en el asesinato de José Luis el cual pereció de tres impactos de bala en la cabeza.