Acompañados por decenas de personas, este martes fueron sepultados los restos de padre e hijos muertos en el accidente ocurrido la noche del sábado pasado en la incorporación de la autopista Puebla-Orizaba con dirección a los estadios.
Los cuerpos de las cuatro víctimas partieron del velatorio donde hasta ayer poco antes de las 10 horas se encontraban, para luego dirigirse al panteón del Edén, ubicado en Sanctorum, Cuautlancingo.
Ahí, con el llanto incontenible, la ahora viuda le dio el último adiós a su familia. Parientes, amigos, vecinos y conocidos se unieron a la pena de la madre de los pequeños hoy occisos.
En tanto, el cuerpo de Emilio Vargas, de 41 años de edad, el otro artesano que pereció durante la volcadura, ayer, ya se encontraba con su esposa e hijos, quienes por casi dos días, esperaron en el Servicio Médico Forense para que les pudieran entregar el cadáver del varón.
Como este medio lo informó, el accidente que cobró cinco vidas sucedió la noche del sábado pasado en la citada vialidad, cuando Fernando de 42 en compañía de sus tres hijos y un compañero de trabajo, se dirigía al norponiente de la ciudad para ir a dejar al segundo hombre en mención y posteriormente, pasar por su esposa para ir a casa.
Sin embargo, al llegar a la incorporación de la autopista con dirección a los estadios, Fernando perdió el control sobre el vehículo en el que viajaban por lo que cayeron desde aproximadamente seis metros de altura. La unidad terminó volcada y casi deshecha, mientras que sus ocupantes acabaron prensados.
A pesar del tiempo de respuesta de los paramédicos, rescatistas urbanos y otras corporaciones de ayuda, Fernando, Emilio y los menores de 13 y 11 años de edad, murieron de forma casi inmediata.
Un pequeño de 2 años, que aun respiraba, fue atendido y trasladado al hospital del Niño Poblano, donde minutos después se informó su deceso. Fue así como dicho accidente terminó con la vida de cinco personas.