Dan último adiós a joven oaxaqueño asesinado por compañeros de la universidad

El cuerpo fue llevado a su natal Tuxtepec

Joel Arcega

  · domingo 7 de octubre de 2018

Foto: Javier Pérez

De manera discreta y con pocos familiares, el cuerpo de José Andrés N., el universitario privado de su libertad y asesinado presuntamente por al menos tres de sus compañeros de estudios, ayer al filo del mediodía dejó la funeraria Camino al Cielo en la ciudad de Puebla, donde fue velado la noche anterior, y luego partió a su tierra natal, Tuxtepec, en el estado de Oaxaca, para ser finalmente sepultado.

Aunque en ese momento los deudos dentro de su duelo no externaron algún comentario, en redes sociales comenzó a difundirse que se tenía preparado para esta mañana, a las 08:30 horas, una marcha social silenciosa convocada por amigos, familiares y paisanos en honor al joven oaxaqueño y a los demás estudiantes a los que injustamente se les arrebató la oportunidad de seguir viviendo.

A dicho acto se convocó llegar vestidos de blanco.

Cabe recordar que José Andrés fue “levantado” cerca de las nueve de la noche el lunes pasado, cuando apenas había salido de la UDES (universidad donde estudiaba), ubicada en la colonia Volcanes, por sujetos desconocidos para luego exigir la cantidad de medio millón de pesos, según revelaron más adelante las autoridades de la Fiscalía General del Estado.

Foto: Javier Pérez

Sus familiares, un día después de la privación de la libertad, al constatar que no llegó a su domicilio, comenzaron a circular la foto de Andrés con sus datos vía redes sociales, solicitando el apoyo para su búsqueda y pronta localización. Ese mismo día (martes) fue hallado el vehículo del joven de 20 años de edad, un Mitsubishi tipo Lancer, de color rojo, abandonado en inmediaciones del municipio de Acajete, zona perteneciente al llamado Triángulo Rojo, donde despunta el robo de combustible.

Las primeras investigaciones de las autoridades ministeriales lograron ubicar a tres varones, compañeros de la víctima, quienes finalmente confesaron su fechoría y llevaron a los agentes hasta los terrenos donde lo habían sepultado clandestinamente después de asesinarlo en inmediaciones de Santa María Nenetzintla, junta auxiliar de Acajete.

Por el momento siguen su curso las investigaciones, pues se presume que habría más implicados en el caso.