Vivir con temor y resguardándose detrás de rejas metálicas, mientras los delincuentes hacen de las suyas libremente, es una situación que se ha vuelto común en la colonia Santa María, la cual desde hace aproximadamente un año fue invadida por presuntos indigentes, que lejos de pedir limosna o limpiar parabrisas en los cruceros aledaños, han sido sorprendidos robando autopartes, asaltando comercios, casas e incluso transeúntes.
Al día, a decir de los vecinos del lugar, ocurren entre tres y cinco asaltos de diversa índole. La mayoría son cometidos por sujetos con aspecto de indigente, los cuales han sido vistos pidiendo dinero o limpiando parabrisas en algunos cruceros. Pese a la organización que los colonos tienen como vecinos vigilantes, el clima de inseguridad que se vive en la zona, nadie lo ha podido frenar.
“El factor en común en todos los atracos, ya sea a transeúnte, transporte público, casa habitación, son las personas que piden dinero, que se dicen ser de El Salvador, Honduras, los limpiaparabrisas, entre otros. No podemos detectar a todos pero sí más o menos tenemos ubicados a quiénes son los que están delinquiendo”, denunció una vecina.
De acuerdo con los afectados, se han girado oficios al gobierno municipal para solicitar su intervención y aunque hace aproximadamente medio año se les prometió la instalación de alarmas, es la hora en la que no saben de ellas. Silbatos y palos, es lo único que los vecinos del lugar tienen para afrontar a los hampones, quienes ahora utilizan armas de fuego para delinquir.
“El año pasado hubo robo a casa habitación en la avenida 44 Poniente y la Diagonal Defensores de la República, dos sujetos con pistola y una llave inglesa entraron por la azotea, bajaron y había cuatro mujeres, la abuela, la hija, la nieta y una bisnieta; una de ellas se dio cuenta de la presencia de los malandros por lo que salió a pedir ayuda, los sujetos al notar lo anterior le pegaron a la abuelita en la cabeza con la llave, la trataron de ahogar en la pileta. Hubo detenidos pero los sujetos salieron libres con el Nuevo Sistema de Justicia Penal”, ejemplificó un inconforme, respecto al grado de violencia que ya se vive en el lugar.
En este sentido, los quejosos puntualizaron que si bien existe una patrulla asignada a la vigilancia de la colonia, los entrevistados consideraron que esta no es suficiente, además de que acusaron que cuando los vecinos logran retener a los ladrones, la policía no se los quiere llevar porque no les sirve el testimonio ni la denuncia de quién los sorprendió en flagrancia delictiva pues necesitan al afectado directo.
Como en el caso de un robo a casa habitación ocurrido el jueves pasado sobre la calle 52 Poniente entre 9 y 11 Norte. Ahí, un indigente fue sorprendido tratándose de llevar diversos objetos de valor de un inmueble, sin embargo, en ese instante no se pudo interponer ninguna denuncia ya que los policías requerían la acusación de los dueños de la casa y no de quién los detuvo.
Al ser un inmueble de una pareja de ancianos que hace poco perdieron la vida, y estar en situación de abandono, los vecinos se dieron a la tarea de buscar al heredero de la vivienda, quien después de varias horas de andar buscando en los Ministerio Públicos de la ciudad al maleante para acusarlo legalmente, nadie le dio razón sobre su paradero, quedando impune el delito. Por si fuera poco, al día siguiente, es decir el viernes pasado por la mañana, nuevamente sujetos con aspecto de indigentes irrumpieron en el domicilio; para la tarde de ese mismo día no fue la excepción.
PUNTOS DE ALOJAMIENTO Y FOCOS ROJOS
Colonos han identificado tres puntos en los que alrededor de cincuenta indigentes utilizan como alojamiento y que por ende, se han vuelto focos rojos para los moradores de la colonia. Entre estos puntos se encuentra la zona de la China Poblana, el jardín ubicado a la altura de los Karts del Bulevar Norte y las inmediaciones de la iglesia del Rayito.
“Son como cincuenta indigentes, que en realidad no sabemos si todos sean indigentes o entre ellos haya ladrones disfrazados de personas en situación de calle, distribuidos por toda la colonia. Hay algunos que sí son centroamericanos y otros no, resulta que si ya los conocemos de esta esquina no viene ellos, si no los de otra zona y viceversa”, indicaron los entrevistados, quienes también dijeron que incluso el modo de operar de los hampones en la zona, es marcar con círculos o cruces, las casa u objetivos a delinquir.
PRESENCIA DE INDIGENTES A TODA HORA
En una labor de campo realizada por este medio, se detectó que en menos de diez minutos, al menos por la calle 52 Poniente entre la 7 y 11 Norte, pasaron cinco indigentes, todos con mochila y uno de ellos incluso drogándose con la famosa llamada “mona”.
Viviendas, papelerías, tiendas, consultorios médicos, han preferido colocar rejas para evitar ser blanco de la delincuencia; aun así los bandidos siguen delinquiendo; lo anterior no representa un freno para ellos. De acuerdo con los entrevistados, hay quienes han preferido dejar su vivienda e irse a rentar a otro lado, antes que continuar con esta situación.
PIDEN ACERCAMIENTO DE AUTORIDADES
En torno a esta situación, los colonos piden el acercamiento de las autoridades, la instalación de alarmas, el reforzamiento de la seguridad con más patrullas para la zona, y el retiro de los indigentes, además de una plática o taller sobre el funcionamiento del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio para conocer cómo actuar y evitar que los ladrones retenidos salgan libres porque aunque se tenga la intención de denunciar, a veces se encuentran con otros frenos por parte de los policías o Ministerios Públicos.
