A los 13 años de edad, por gusto e influencia de su padre, Laura Hernández López empezó a acercarse al mundo del Derecho y la impartición de justicia, hoy, es agente del Ministerio Público adscrita a la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía General del Estado de Puebla, donde confiesa, ha seguido preparándose para poder hacer cada vez mejor su trabajo, pues tiene muy presente el reclamo social, la falta de empatía de algunos compañeros para con las víctimas, y el reto que tienen por delante para recobrar la confianza de la ciudadanía.
Desde el lugar donde pasa casi las 24 horas del día trabajando, y en el marco del Día Nacional del Ministerio Público, Laura, de 51 años y más de 16 en el rubro, cuenta que, desde los 13 años, ella ya sabía y tenía claro lo que estudiaría, Derecho.
El camino no fue fácil pues le tocó una época en la que el estudio de las leyes era pensado únicamente para hombres y no para mujeres.
“Me tocó estudiar en una época en la que había muchas diferencias, pues era difícil para una mujer acceder a una carrera que únicamente se pensaba para hombres, “por la fortaleza”; mi sueño era pertenecer a la institución y mi propia familia representó un reto, pero mi sueño y mi decisión era ayudar a las víctimas, ese fue mi principal interés, representar a las víctimas, por eso es que como estudiante cuando pasaba por el edificio central de la Fiscalía decía: algún día voy a pertenecer a esta institución, y lo primero que hice cuando fui elegida, fue firmarme un autocompromiso de dar mi mayor esfuerzo en favor de los demás”, comparte la servidora pública.
Laura considera que, hasta ahora, jamás se ha desviado de su objetivo de contribuir a la impartición de justicia desde su desempeño y experiencia dentro del cargo, si bien ha sido una carrera larga, se siente satisfecha con su labor, la cual ha implicado constantes capacitaciones desde la formación inicial, de Derechos Humanos, proceso penal y litigación oral, con lo que incluso señala, siente el respaldo de la institución para la que labora.
A pesar de ello, admite que existe un reclamo social respecto a la función de los agentes del Ministerio Público, una imagen de retardo y de falta de cobijo para con las víctimas, por lo que día a día, se trabaja para mejorar esa percepción y tener de nueva cuenta la confianza de la gente.
“La tarea de la Fiscalía es trabajar para recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones y en particular de la misma FGE; la empatía es uno de los factores que considero primordiales y esenciales para quienes desempeñamos una función pública, dar ese cobijo para quien ha sido víctima de un delito. Definitivamente esa imagen de retardo, maltrato, quizá, es algo que nosotros seguimos trabajando, pero el compromiso, la responsabilidad de cada uno de los que pertenecemos a la institución es permanente”, explica la entrevistada, quien pide a la gente que confíe en ellos para tener una respuesta a su caso.
Aunado a lo anterior, Laura llama a todo aquellos estudiantes o aspirantes a la carrera de Derecho y que deseen convertirse en agentes del Ministerio Público, a tener una entrega total, jurídica y personalmente hablando, pues tienen una obligación constitucional de persecución del delito y de impartición de justicia, como valor y principio.
“No descansen, no desistan en ese sueño, porque todas las realidades surgen de un ideal, de un sueño, de una necesidad de ser, y les pido seguir trabajando con responsabilidad, honestidad, valores y ética, porque es lo que necesita nuestra sociedad para cambiar muchas cosas negativas que han surgido de la delincuencia, entonces mi consejo es ser constantes y paciente, porque se necesita paciencia para enfrentar el cargo con el que se trabaja día a día y toda la labor que se requiere para poder retribuirle algo a la víctima”, comenta la agente del Ministerio Público.
Y es que, en su caso, también es esposa y madre de dos hijos adolescentes que dice, la ayudan y comprenden, porque más allá de saber que hace lo que le gusta, están conscientes de que su trabajo tiene un impacto positivo en la sociedad.