En los últimos 20 años, al menos seis estudiantes de universidades y preparatorios tanto públicas como privadas en Puebla, fueron secuestrados para luego aparecer sin vida ya sea en territorio poblano u otros estados colindantes. La mayoría de los plagios, fueron orquestados por los compañeros de clase de las víctimas, novios o amigos, y en otros más, por miembros de bandas delictivas.
Carlos Javier Solana, estudiante de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Autónoma de Puebla (UPAEP) en abril de 1998, con la ayuda de dos amigos más y estudiantes de la misma licenciatura, secuestró a su compañera de clase Patricia Gómez Osorno, por quien exigía un rescate de 250 mil pesos. Sin embargo, la joven reconoció a sus verdugos por lo que éstos decidieron asfixiarla para después arrojar su cuerpo a un pozo cercano al aeropuerto de Huejotzingo.
Tras caer en una trampa, los sujetos fueron detenidos y tiempo después condenados a 50 años de cárcel.
Para principios del año 2001, otra alumna de la misma casa de estudios, fue plagiada y ultimada. En este caso se trató de Marisol Catalán, joven que cursaba la carrera de Odontología y quien fue presa de su compañera Karyana Velázquez, quien la citó en una panadería ubicada en la colonia San Manuel para que ahí le entregara un disco relacionado con una tarea en equipo.
Sin embargo, en el sitio Karyana y su novio, un estudiante de la Universidad Iberoamericana que contaba con deudas, así como otro sujeto, privaron de la libertad a Marisol en su mismo auto, un Jetta para luego obligarla a meterse en la cajuela del auto. Luego de pedir un rescate por 400 mil pesos y ser descubiertos por la víctima así como por los familiares de la hoy occisa, después de una llamada, optaron por asesinarla y dejarla abandonada en la cajuela de su vehículo en el estacionamiento de Soriana Torrecillas.
Los homicidas fueron detenidos y sentenciados a 50 años de prisión.
Siete años después, es decir en junio de 2008, Karina Reyes Luna, originaria de Orizaba y estudiante de la licenciatura en Diseño y Producción Publicitaria en la UPAEP, fue levantada al salir de una estética en Orizaba para luego aparecer sin vida en la carretera Orizaba- Azumbilla, ya en territorio poblano. Un hermano de Juan Manuel Mateos Escamilla, amigo de la joven fue el responsable; pedía un millón de dólares a cambio de la liberación de Karina.
El culpable y dos cómplices, fueron ubicados y arrestados; tiempo después recibieron sentencia de 65 años de cárcel por secuestro y homicidio.
A mediados de febrero de 2015, la historia se repitió pero ahora con Sebastián Préstamo Rivera, de 18 años de edad, estudiante de la preparatoria del Tecnológico de Monterrey, cuyo verdugo fue su propio compañero de clase, Edson Hernández San Gabriel, quien exigía 15 millones de pesos por el rescate del joven, quien fue plagiado cuando manejaba un auto Mercedes Benz que sus padres le regalaron de cumpleaños.
El cadáver de Préstamo Rivera, apareció en un paraje de Veracruz; días después su vehículo fue localizado y con ello se dio con el paradero de Edson quien habría actuado con un primo, ambos de 17 años de edad, razón por la cual fueron sentenciados a siete años de internamiento por un juzgado especializado en Justicia para Adolescentes; un tercer implicado, se supo fue asesinado antes de que pudiera ser detenido por las autoridades.
En mayo, también de 2015, Isarve Cano Vargas fue secuestrada y ultimada por tres sujetos, quienes a pesar de haberle arrebatado la vida, continuaban pidiendo un rescate por 2 millones de pesos. La joven, estudiante de Psicología de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), apareció muerta en el municipio de Coxcatlán.
Aunque por estos hechos tres jóvenes, entre ellos el hijo de un ex delegado panista del Instituto Nacional de Migración, fueron detenidos, después el hijo del funcionario consiguió su libertad tras violatorias en el momento de su detención.
El último y más reciente caso, es el del Aldo I.T., de 21 años de edad, joven originario de Teziutlán y estudiante de Contaduría de la máxima casa de estudios en Puebla. El hoy occiso fue “levantado” en la ciudad. Sus captores exigían 2 millones de pesos a cambio de su liberación, sin embargo la familia no pudo juntar dicha cantidad por ser de escasos recursos; su cuerpo fue encontrado en un cuarto del motel Miño en la colonia Santa Bárbara en Puebla. Ni la universidad ni la Fiscalía, se han pronunciado al respecto.