Niños con el rostro embargado de tristeza, cargando cartulinas con las que pidieron no más asesinatos de menores, y una comunidad llena de indignación, es lo que este jueves se observó en la junta auxiliar de Ocotitlán, del municipio de Chichiquila, donde la pequeña Brenda, de 4 años, fue sepultada, luego de que la tarde del pasado lunes dos vecinos que, ahora se sabe, son adictos a la droga, se la llevaran, la violaran y asesinaran con extrema violencia.
Junto a cerca de 500 pobladores, familiares de uno de los dos detenidos dieron su pésame a los deudos de la menor y pidieron perdón por lo sucedido e incluso señalaron que si su familiar es culpable, que pague por lo que hizo.
Rodeada de flores de todo tipo, globos de varios colores y figuras, así como decenas de veladoras, por última vez, Brenda estuvo en la casa de una de sus abuelas en la avenida Hidalgo y calle Ocotitlán.
Adultos, niños, adolescentes y hasta personas de la tercera edad con bastón y pasos cansados, llegaron a la referida vivienda, donde Brenda era cuidada por sus familiares y se divertía jugando con sus hermanas y primos, sin embargo, ahora se encontraba dentro de un ataúd blanco con su fotografía encima.
Ante la confianza de que se trata de una localidad tranquila, donde no ocurren hechos violentos, pero además, los vecinos se cuidan entre sí, y familias completas viven en diversas casas sobre una misma calle, se permitía que Brenda y sus primos salieran a comprar a la tienda que es de un familiar y que se localiza tan solo al cruzar la calle.
La tarde del pasado lunes, una abuela de Brenda le dio dinero; en un abrir y cerrar de ojos la pequeña se fue a la tienda; desde ese momento no supieron más de ella; fue entonces que, como se ha dado conocer, sus familiares y pobladores empezaron a buscarla hasta que encontraron su cuerpo con huellas de violación y extrema violencia, en un paraje cercano al domicilio de su abuela.
“Fue un acto atroz, esto nunca había pasado aquí, todos en esta calle somos familia, la gente es muy tranquila (…), a Brenda la mataron de una forma tan terrible que la familia está destrozada, la nena estaba irreconocible y por eso al principio no creíamos que fuera ella”, comentó en el anonimato una vecina del lugar.
Mientras la comunidad unida ante esta tragedia realizaba diversos rezos y cánticos, otros pobladores explicaron que señalan y responsabilizan tanto a Mauricio N y Antonio N, de 19 y 20 años, respectivamente, porque presuntamente una familiar de uno de los señalados descubrió entre las cosas del sujeto ropa de Brenda, la cual incluso se encontraba manchada de sangre; fue entonces que denunció los hechos y varios pobladores acudieron a las viviendas de los acusados para sacarlos e intentar quemarlos, pero en ese momento llegó la policía, los rescató y detuvo.
Confirmaron que sólo se trata de dos vecinos cuya amistad está unida por el consumo de drogas y al menos la familia de uno de los detenidos, se presentó con la madre de Brenda para deslindarse del asegurado, pedir perdón por el crimen y señalar que ellos no van a intervenir en el asunto jurídico; de ser culpable su familiar, también pidieron que pague por este asesinato que ha marcado al municipio.
Por su parte, otro entrevistado acusó que el presidente municipal Pablo Galindo Hernández, al día de hoy, no mostró su solidaridad con la familia, ni siquiera se acercó a tratar de apoyarlos. Es la misma población la que ha brindado a los dolientes despensas y apoyo moral. Por lo anterior se tornaron molestos.
“El presidente ni siquiera se acercó, pero eso sí, cuando quiere el voto para él o para sus familiares, hasta casa por casa anda este tipo, el cual se reeligió por parte del PRI”, expresó uno de los entrevistados que pidió guardar su identidad.
Concluido el acto religioso, cuatro mujeres cargaron el ataúd de Brenda, salieron del domicilio donde globos con la palabra “ni una más” adornaban el jardín.
Acompañados por cerca de 500 personas, el cortejo fúnebre avanzó hasta la iglesia de la localidad frente a la presidencia del municipio.
En una breve misa de cuerpo presente, familiares y amigos le dieron el último adiós a la menor de cuatro años, cuyo cuerpo fue llevado al panteón de la zona. Encima del féretro le colocaron globos blancos y verdes, pero además, cartulinas y lonas con exigencias como: “yo soy listón verde, los niños no se tocan, ni se violan, no se matan, apoyo por tus hijos y los míos”, “alzamos la voz para no más asesinatos como sucedió con la pequeña Brenda”, “Queremos justicia y más vigilancia en Chichiquila y su comunidad. Alto a la Violencia”.
Aunque la madre de Brenda prefirió no dar declaraciones debido a que la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) les pidió no hablar más del tema, indicó que todo se lo dejan en manos de las autoridades ministeriales y por más que intentaron salvar a su hija, ya no pudieron hacer nada por la menor que estaba por entrar al kínder.
Entre aplausos y música de banda, Brenda fue sepultada y ahora ya descansa en el camposanto. Respecto a la situación jurídica de los presuntos responsables, estos continúan a disposición del agente del Ministerio Público y en próximas horas podrían ser puestos a disposición de un juez de control para que resuelva su situación legal.