Dos de las tres niñas envenenadas con yogur en el municipio de Tetela de Ocampo fueron dadas de alta del hospital donde eran atendidas, por lo que ya se encuentran con sus familiares. Mientras tanto, la madre de las pequeñas continúa en el Hospital del Niño Poblano en la ciudad de Puebla, donde espera recibir un diagnóstico sobre el estado de salud de la tercera menor, pues además de que está grave, al momento se desconoce la sustancia con la que sufrió el envenenamiento.
Lo anterior, según lo comentado por Rosa N, madre de las víctimas, quien, en entrevista para El Sol de Puebla, aseveró que este martes, un representante del gobierno del estado de Puebla le llamó por teléfono para ofrecerle ayuda y darle a conocer que se dará todo el apoyo para agilizar los trámites del registro y obtención del acta de nacimiento de Alexa N, de 3 años de edad, la menor que aún está hospitalizada, quien debido a la situación económica de la madre y el no reconocimiento del padre, no había sido registrada.
En cuanto al padre de las pequeñas y principal sospechoso del envenenamiento, ya es buscado por las autoridades ministeriales, incluso Rosa, ex esposa del acusado, ya radicó una predenuncia por estos hechos ante el agente del Ministerio Público del municipio de Zacatlán. De igual manera, agentes estatales de investigación acudieron al domicilio de las menores para la recolección de comida, los envases de yogurt que ingirieron y cualquier indicio que aporte a la investigación.
Por otro lado, la madre de las pequeñas agradeció el apoyo de las personas que se han acercado a ella para ayudarla tanto con comida, como con medicamento y un poco de dinero para solventar todos los gatos que se requieren ante la situación por la que atraviesa.
LOS HECHOS
Respecto a cómo sucedieron los hechos, Rosa comentó que es madre de seis hijos, de 18,16,14, 9, 6 y 3 años de edad, respectivamente. Todos a excepción del de 14, son mujeres; las dos más grandes ya se encuentran casadas, por lo que ella tiene que ver por la manutención de los cuatro restantes, sin embargo, la situación para ella se le complicó la mañana del pasado domingo, cuando su exesposo, del cual lleva separada casi tres años, habría decidido cobrar venganza (según sus palabras) y regalarle yogures con veneno a una de sus hijas.
“Fue el domingo alrededor de las 9- 9:30 de la mañana, cuando que silbó el tortillero con su moto, mi hija la más grandecita (de nueve años), dijo que era el tortillero, entonces le dije que sí, que bajara por un kilo de tortillas, únicamente le di diez pesos, entonces bajó mi niña y en ese lapso que no fue mayor a diez minutos, me dijo que su papá le había regalado tres yogures, incluso me preguntó que si los podíamos tomar y les contesté que sí. Sin embargo, cuando levanté la mirada, vi que mi chiquita (de tres años) comenzó a desvanecerse, ponerse moradita y sin poder respirar”, contó la entrevistada, quien ante lo que estaba sucediendo, optó por pedir ayuda a sus vecinos.
Fue así como Alexa fue llevada al hospital de Tetela, no obstante, poco después, observó que dos de sus vecinos llevaban a sus otras dos hijas de nueve y seis años, al hospital. También se habían sentido mal, después de beber los yogures.
Debido a lo complicado de los hechos, las tres pequeñas requirieron de traslado al hospital de Zacatlán, donde los médicos les hicieron un lavado de estómago; la menor de tres años no presentó mejoría, por lo que fue ingresada al Hospital del Niño Poblano en la ciudad de Puebla.
“Luego de Zacatlán, la trajeron a Puebla y en ese transcurso, ella (Alexa) sufrió tres paros cardiorrespiratorios, pero lograron estabilizarla, la reanimaron. Él (exesposo) hace como dos meses me habló y me dijo que me iba a hacer pagar lágrimas de sangre con mi niña la chiquita, a la cual se refería como ´bastarda´ ya que no creía que fuera suya, incluso cuando ella tenía ocho meses, la agarró de la ropa para luego aventarla dos veces a la cama, pensé que me la había matado, por eso decidí dejarlo”, contó Rosa, quien tenía 18 años viviendo con el padre de sus hijos.
Asimismo, la declarante refirió que a pesar de que, al inicio, su matrimonio fue tranquilo ya que su exesposo la trataba bien, después comenzó la violencia, al grado que no quería trabajar para mantener a sus hijas.
“Con el transcurso de los años todo fue cambiando, fueron golpes, humillaciones, no trabajaba, no quería trabajar para las niñas, era un hombre desobligado. Yo le decía que trabajara y él me contestaba que trabajara yo, que eran mis hijos, que yo los había parido. A veces le decía que era responsabilidad de los dos, pero siempre me contestaba que dejara de estar con mis pinches sueños guajiros de salir adelante”, relató la madre de Alexa, quien subrayó que, por lo mismo, se separó del padre de sus hijos.
Ante el panorama, Rosa comenzó a trabajar en una taquería, después matando pollos por las mañanas y finalmente, en un invernadero, donde conoció a sus patrones, quienes han estado pendientes y ayudando ante esta desgracia.
Me dijo que su papá le había regalado tres yoguresMamá de las niñas
- 18 años vivió la mujer con el padre de sus hijos