Estéfano N., de 23 años de edad, tenía un mes de haber llegado a instalar su negocio de comida rápida frente a la puerta 3 de la Universidad Iberoamericana.
Mientras algunas personas del lugar indicaron que el hoy occiso era una persona “rara” y la cual casi no interactuaba con los dueños de otros locales, trascendió que el hecho podría tener relación con un asunto de drogas.
Vecinos de la zona donde se perpetró el crimen, confirmaron que el varón era de origen colombiano, y que las veces que se encontraba atendiendo su local, lo hacía en compañía de su novia.
Este 10 de octubre, Estéfano cumplía un mes de haber llegado al área de foodtrucks, donde hoy martes sólo quedan rastros hemáticos que dan cuenta del crimen ocurrido la tarde de ayer lunes.
Mientras algunos vecinos refirieron que la víctima al parecer “andaba en cosas chuecas”, otros más colocaron una veladora y una rosa blanca en el espacio que ocupaba el negocio del hoy occiso, pues dicho foodtruck fue asegurado por las autoridades ministeriales para continuar con las indagatorias a las que haya lugar.
Aunque en un poste que se encuentra justo frente a la escena del crimen, hay una cámara de vigilancia, esta no sirve, dificultando aún más las labores de los agentes estatales de investigación, quienes este lunes continuaban con diversas pesquisas en la zona. Pese a lo ocurrido, estudiantes de la Ibero y locatarios del lugar, aseveraron que el perímetro es tranquilo, incluso no esperaban que sucediera un hecho de tal naturaleza.
“Solo escuchamos los disparos y nos tiramos al suelo, pero el ataque fue directo”, comentó un entrevistado que por seguridad pidió el anonimato. Es de esta forma, como al momento se desconoce la identidad de los homicidas.