El cadáver hallado en la represa de Las Carmelitas, que fue arrastrado por la corriente del río Atoyac hasta el mencionado punto, fue identificado como un varón de oficio taxista, quien se encontraba con reporte de desaparecido desde el viernes 27 de julio de los corrientes. El taxi que conducía la víctima fue desvalijado en inmediaciones del Fraccionamiento Misiones de San Francisco, sitio donde fue localizada la unidad.
El ahora occiso respondía en vida al nombre de Armando N., de 49 años de edad, quien desde el hallazgo del cuerpo se presumía que podría ser él. Existía la incertidumbre, pues otro taxista de nombre Benjamín N., de 60 años de edad, también se encontraba desaparecido desde el 30 de julio del año en curso.
Tras darse a conocer la noticia en redes sociales del descubrimiento del cuerpo en la represa de Las Carmelitas, con la descripción de la vestimenta y características físicas, sus familiares, amigos y compañeros de gremio acudieron a las instalaciones del Servicio Médico Forense de esta ciudad para verificar si se trataba o no de Armando, lo cual fue confirmado más tarde por sus consanguíneos.
Fuentes cercanas a la familia agregaron a este medio que Armando N. salió de su casa el pasado viernes 27 de julio hacia el municipio de Amozoc, donde recogería unas prendas de vestir para su nuera, que recién había dado a luz en una clínica de la ciudad de Puebla. Pero desde ese momento ya no supieron más de él.
Fue por eso que comenzaron la búsqueda desde la citada fecha, lo que llevó a que encontraran su auto de alquiler abandonado en inmediaciones del Fraccionamiento Misiones de San Francisco, perteneciente al municipio de Santa María Coronango, al cual le habían robado el estéreo y otras autopartes.
Desde entonces sus familiares y amigos compartieron sus datos y fotografía en redes sociales, además de interponer la denuncia por desaparición de persona ante la Fiscalía General del Estado.
Cabe mencionar que el miércoles por la tarde-noche algunas personas reportaron que el río arrastraba un cadáver humano a la altura del Eco Parque Metropolitano, mismo que terminó atorado en la represa de Las Carmelitas.
El cuerpo fue extraído por personal de Bomberos del Estado, Protección Civil Municipal y la Agencia Estatal de Investigaciones, quienes se percataron de que se trataba de un homicidio pues el cuerpo tenía los pies amarrados con cinta canela.
Hasta el cierre de esta edición aún no se tenían los resultados de la necropsia de ley, por lo que se ignora cómo el varón fue privado de la vida. Aunque trascendió que tenía varias heridas en el cráneo, sólo falta precisar si fueron provocadas por el arrastre del agua, o bien alguien se las infligió.
Una de las líneas de investigación tendría como móvil homicidio por el robo del vehículo, pero las autoridades ministeriales no descartaron alguna otra situación.