“Hay y hubo una negligencia por parte de las autoridades, al no colocar barras de contención en el lugar del accidente, si estas hubieran existido, hoy nuestros seres amados estarían aquí con nosotros. Hasta ahora, nadie nos ha ayudado”, es el reclamo en común de las dos familias de escasos recursos que la noche del sábado pasado perdieron a sus seres queridos en la incorporación de la autopista Puebla-Orizaba con dirección a los estadios. Hoy se sabe que el otro adulto que viajaba en el automóvil que cayó desde aproximadamente seis metros de altura, era compañero de trabajo del jefe de familia que pereció junto con sus tres hijos, aquella noche.
Este lunes, afuera del lugar donde Fernando de 42 y los pequeños de 13, 11 y 2 años de edad, respectivamente, eran velados, sus deudos contaron a El Sol de Puebla la tragedia ocurrida el pasado 13 de octubre alrededor de las 22:30 horas.
Jorge, cuñado del padre de familia y hermano de la ahora viuda, contó que Fernando ese día se llevó a sus tres hijos al taller donde laboraba como artesano productor de artículos de ónix, lo anterior con la finalidad de ayudarle a su esposa Paola ( hoy viuda), ya que esta trabaja casi todo el día en una tienda Soriana.
Esa noche, Fernando tomó a sus tres hijos y los subió al automóvil prestado por su cuñado para luego dirigirse al trabajo de su esposa, donde pasaría a recogerla, no sin antes darle un “ray” a su compañero artesano, Emilio, de 41 años de edad. Sin embargo, ninguno de los ocupantes de la unidad automovilística logró llegar a su destino ya que Fernando, tras perder el control sobre el vehículo, cayó al vacío.
Poco antes del accidente, Paola le marcó a su esposo Fernando para saber más o menos a qué hora pasaría por ella, sin embargo, la ahora viuda jamás creyó que sería la última vez que escucharía la voz de su esposo, con quien llevaba viviendo cerca de quince años.
“Gorda ya voy por ti”, fueron las últimas palabras de Fernando hacia Paola, la cual incluso llegó al punto del accidente para hacer pleno reconocimiento del cadáver de su cónyuge y dos hijos, ya que el pequeño de dos años fue llevado todavía con signos vitales a un hospital, donde más tarde pereció.
Tras la tragedia, los cuerpos de padre e hijos, fueron entregados a las pocas horas a sus deudos, quienes con los pocos recursos económicos a su alcance y sin el apoyo o el pronunciamiento de las autoridades municipales, salientes o entrantes, ayer comenzaron a velarlos.
El enojo y la impotencia de los deudos de Fernando y los tres menores de edad radica en señalar que las autoridades, de alguna forma han sido negligentes al no colocar barras de contención en el sitio donde incluso, anteriormente otros automovilistas se han precipitado al vacío.
Por lo anterior, exigen la restauración de dicha vialidad para evitar más tragedias como la que sufrieron sus familiares, además de que piden un acercamiento con la nueva alcaldesa municipal, Claudia Rivera Vivanco.
En tanto, Emilio Vargas, compañero de trabajo de Fernando, al no ser identificado en el punto del accidente, fue llevado a la morgue en calidad de desconocido, por lo que sus familiares se apersonaron en el sitio para hacer el reclamo del cuerpo, por lo que hasta la noche de este lunes, esperaban a que les fuera entregado.
QUEDAN TRES EN LA ORFANDAD TRAS MUERTE DE EMILIO
Emilio, también artesano de ónix, dejó en la orfandad a tres menores de 12, 16 y 17 años de edad, respectivamente. Era el sostén de familia pues entre él y su esposa se ayudaban para sacar adelante a sus hijos, sin embargo, al morir, hoy la familia del hombre que contaba con 41 años de edad no tiene los recursos económicos para hacerse cargo de los gastos de defunción ni de un espacio en el panteón.
“Somos de escasos recursos, la verdad no tenemos dinero, yo trabajo poco y gano poco. Él hacía cosas de ónix y entre los dos nos ayudábamos pero ahorita incluso no tenemos para la defunción y nadie nos ha ayudado. La autoridad tuvo parte de culpa porque en el sitio del accidente no hay protecciones (barras de contención), si estas hubieran estado, a lo mejor mi esposo estaría aquí pero no es así y si ninguna autoridad hace algo por arreglarlo, van a seguir pasando estos accidentes”, exclamó en medio del llanto, la viuda de Emilio, en entrevista para El Sol de Puebla.
De igual manera, la viuda acompañada por una de sus hijas y otros familiares, este lunes afuera del Semefo, lo que también pedían era la entrega del cuerpo del varón, sin embargo, lo anterior se retrasó debido a que la víctima llegó en calidad de desconocido, de tal forma que habría que esperar a todo el proceso y protocolo del reconocimiento de cadáver.
Tanto la familia de Fernando y los tres pequeños como la de Emilio, esperan que su voz sea escuchada y alguna autoridad no solo haga caso su reclamo, sino que también se acerquen para brindarles algún tipo de ayuda.
DESDE HACE UN AÑO EL SITIO SE CONVIRTIÓ EN “TRAMPA MORTAL”
Al menos tres accidentes vehiculares, dos de ellos con saldo rojo, son los que en poco más de dos años se han registrado en la incorporación de la autopista Puebla-Orizaba, con dirección a los estadios. Aunque desde el primer hecho de tránsito ocurrido de gran magnitud en dicho punto, se hizo evidente la poca seguridad para los automovilistas ante la falta de barras de contención en la zona, al día de hoy, ninguna autoridad ha tomado cartas en el asunto.
El primer accidente al que se hace referencia, ocurrió el 17 de junio del año pasado, cuando una camioneta cayó desde la misma desviación. El conductor del vehículo, en esa ocasión libró la muerte ya que logró salir caminando para después huir del lugar, sin embargo, un hombre y una mujer que lo acompañaban, salieron lesionados, por lo que fueron atendidos y llevados a un nosocomio mientras que la unidad fue considerada como pérdida total.
Desde entonces, ya no existían barras de contención en ese tramo.
Pocos días después, es decir, el 26 de julio del mismo año, la desgracia se hizo presente en el mismo sitio, ahora se trató de una familia que a bordo de un automóvil Tsuru, se dirigía a inscribir a uno de sus hijos a una preparatoria de la Buap.
Sin embargo al llegar al citado punto, quien conducía el automóvil perdió el control sobre el volante para después caer desde aproximadamente seis metros de altura. El saldo en ese momento fue de seis lesionados, algunos de ellos de consideración.
A pesar del esfuerzo de los médicos, días después se reportó la muerte del adolescente. En ese momento, incluso este medio hizo evidente la falta de barras metálicas que ponían en riesgo la vida de los conductores, sin que nadie hiciera algo por restaurarlas.
Poco después de un año, otro accidente ocurrió, es decir, el registrado el sábado pasado, donde padre e hijos, murieron a consecuencia de las lesiones de la caída de varios metros de altura. Una persona más, amigo de trabajo del padre de familia, también perdió la vida luego de que ocupara el asiento del copiloto.