“Si no salgo de esta, quiero decirte que no tengo nada que ver, y no hay de otra, que Dios los perdone... ", fue lo que llorando alcanzó a decir uno de los siete linchados en los municipios de Tepexco y Cohuecan a su esposa en una videollamada el pasado miércoles.
En ese momento Ulises Odair dijo a su cónyuge que había acompañó a su cuñado Merary Zuriel –hermano de la mujer- a comprar comida y de pronto vio que una multitud les dio alcance para señalarlos de ser secuestradores.
Más tarde, los dos varones fueron hallados muertos colgados de un árbol, linchados por la turba enardecida.
La hoy viuda de Ulises, entrevistada vía telefónica por este medio, señaló que su esposo y hermano tenían un año de estar trabajando en esa zona, desde donde mandaban dinero para sus respectivos hijos: un menor de 7 años de la pareja y de Merary Zuriel, una niña de 6 años, quien quedó en la orfandad en Chilpancingo, Guerrero, a unas cinco horas de distancia.
La mujer dijo que su hermano Zuriel era taxista, pero al quedarse sin trabajo viajó al municipio guerrerense de Tlapa, donde tampoco consiguió empleo, sin embargo, tiempo después conoció a un hombre que le ofreció trabajo en un rancho cercano al municipio de Tepexco, por lo que invitó a su cuñado Ulises; "ambos se fueron para allá donde su patrón era muy bueno y les daba alojamiento, además de su pago...", detalló la fémina.
"El miércoles me hizo una videollamada Ulises, cuando salieron por comida, mientras Merary pedía los alimentos en una fonda, yo hablaba con mi esposo, en eso muy asustado me dijo él que venía muchísima gente, como unas 300 personas que gritaban que éramos secuestradores y venían armados con palos y machetes, pero además unos venían montados en caballos y otros traían perros... yo alcance a escuchar ya muy cerca el ladrar de los perros y las pisadas de los caballos... Ulises me dijo que se llevaron a mi hermano y él corrió asustado a esconderse en una barranca, ahí fue cuando llorando me alcanzó a decir que no sabía qué había pasado, porqué la gente estaba alzada y me aseguró que era inocente, incluso me pidió que llamara a su patrón para que los ayudara... sin embargo poco después se cortó la comunicación...", relató la mujer que supo del linchamiento de sus familiares horas después, por los medios de comunicación.
Tras sufrir el dolor de perder a sus familiares, la mujer señaló el calvario que padecieron los familiares para identificar y reclamar los cuerpos. "Sólo queríamos que nos dieran pronto los cuerpos, ya estaban putrefactos y aún así nadie nos hacía caso, alguien de la comandancia ministerial de Izúcar nos dijo que tenían que identificar los siete cuerpos para poder entregarlos juntos".
Finalmente en los primeros minutos del pasado sábado, les fueron entregados los cuerpos, por lo que ahora exigen justicia, pues aseguran que eran inocentes y sostienen que procederán legalmente para que esto no quede impune.