/ viernes 1 de abril de 2022

Estrella Roja en Puebla denunciada por homofobia y serofobia: ex empleado exige justicia

La persona soportó el maltrato para poder costear las medicinas de su tratamiento con valor de 46 mil pesos

Discriminación, acoso sexual y laboral, insultos y humillaciones por parte de sus jefes y compañeros de trabajo debido a su preferencia sexual y padecimiento de VIH, es lo que por casi cinco años tuvo que soportar un joven, mientras laboraba para la empresa de autobuses de Puebla Estrella Roja, la cual hasta este jueves no había proporcionado postura alguna sobre el tema.

Aunque una de las dos carpetas de investigación que se iniciaron por este asunto fue archivada por la Fiscalía General del Estado de Puebla, hoy la víctima intenta que el caso se reabra y con ello, obtener justicia.

Además de buscar cómo costear su enfermedad, cuyos medicamentos rondan entre los 8 mil y 46 mil pesos, Carlos, de 33 años, se ha enfrentado a múltiples adversidades.

El joven relató en entrevista para El Sol de Puebla, que fue el 26 de julio de 2017 cuando inició la relación laboral con la mencionada empresa donde llegó a ocupar el puesto de asesor comercial en el área de Call Center. Sin embargo, el 18 de febrero de 2022 fue despedido bajo el argumento de que tuvo muy bajo rendimiento y era una persona improductiva.

No obstante, Carlos asegura que su desempeño laboral se vio afectado debido a los insultos y malos tratos que recibía por parte de sus mismos jefes, así como de sus compañeros, sin que tuviera posibilidad de desarrollarse en un ambiente sano.

El calvario para este joven, narra, comenzó el día 4 de noviembre de 2017 cuando debido a un problema gástrico tuvo que acudir a la clínica 6 del IMSS donde evaluarían si era necesario darle o no incapacidad por esta situación, no obstante y a pesar de haber solicitado que se omitiera su situación de VIH, ya que acudió por otra cuestión médica, el personal de la clínica no respetó la solicitud y lo consignó en su expediente y justificante médico, de tal forma que su jefa inmediata se enteró de su padecimiento.

Le dije al médico que no colocara mi condición serológica porque soy una persona que vive con VIH, y el personal de urgencias omitió mi solicitud, por lo que colocó dentro de la nota médica mi condición de VIH positivo, yo no me percaté, me fui a mi trabajo a las oficinas de Plaza Sur en Tlaxcalancingo porque ahí arrendaban a otra empresa que se llama E-Contac, le rentaban las instalaciones

LO DISCRIMINAN POR TENER VIH

Sin problema me permitieron entrar a trabajar, pero al día siguiente me piden que abandone las instalaciones de la empresa la licenciada Adriana Soriano, junto con un compañero que se llama Ricardo; ellos me dijeron que necesitaban un testigo porque tenían que hablar un tema muy delicado conmigo; cuando salimos de las oficinas de E-Contact del cubículo Estrella Roja, fuimos a unas de las jardineras que se encuentran en Plaza Sur, donde me dijeron que había una situación con mi nota médica que por qué le mentí a la empresa, me refirieron que yo estaba enfermo de VIH y que les mentí y los defraudé, pero les dije que era un error del IMSS y que lo iba a checar con ellos, pero Ricardo compartió mi nota médica al gerente comercial, al licenciado Eduardo C. C., y ahí empieza la divulgación de mi condición médica”, cuenta el agraviado.

Aunque el varón regresó al IMSS para pedir la corrección de la nota médica, el coordinador de la unidad le indicó que una vez impresa ya no podían hacer nada, ante lo cual Carlos decidió recurrir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDH) y al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), organismos que presionaron y llevaron a que el IMSS hiciera la corrección correspondiente el día 10 de noviembre de 2017.

Fue así como el hombre de 33 años de edad en esa misma fecha entregó la nota del doctor a sus jefes quienes a decir del denunciante, le sacaron fotografías, y aparentemente ya habían quedado conformes, sin embargo, dice, fue todo lo contrario, ya que comenzaron a aislarlo, a prohibirle agarrar vasos, evitar que tuviera contacto con sus compañeros y con las áreas comunes.

Después de un tiempo, señala, entró una nueva jefa en el departamento de Call Center a la cual identificó como Elizabeth, con la cual, menciona, hubo más cambios, incluso mayor aislamiento, al grado de que lo separaron de todos los asesores comerciales y lo colocaron debajo de un ducto de aire acondicionado, lo cual derivó en que se enfermara de tos que le duró casi cuatro meses, tiempo en el que tuvo que acudir con médicos particulares y del IMSS.

LO AISLAN, LE CARGAN MÁS TRABAJO, LE DEJAN DE HABLAR Y DE PAGAR EXTRAS

“Tuve problemas laborales porque mi tos se escuchaba y no dejaba tomar llamadas a mis compañeros, pero mi espacio laboral me estaba provocando todo mi malestar, ante lo cual el médico sugirió que cambiara de lugar, esto se lo expuse a Elizabeth Castillo y dijo que no, entonces empezó a cambiarme los días de descanso de manera repentina, los roles se definían cada quince días o cada mes y con base en ello, yo agendaba mis citas médicas para mis revisiones, pero mis cambios de horario eran de un día para otro; llegaba un martes y a esa hora me decían que me tocaba descansar, a pesar de que el rol decía otra cosa”, contó Carlos.

Ante tales hechos, una supervisora que hizo conciencia sobre lo que ocurría, decidió cambiarlo de lugar al menos en el turno de ella, pero al enterarse Elizabeth, según lo manifestado por el declarante, movieron a todos sus compañeros, lo aislaron y le pidieron a todos los colegas de Carlos que dejaran de hablarle, le duplicaron el trabajo y no le pagaron horas extras, asegura.

Los cuestionamientos y el acoso siguieron. “ Tenía que decirles qué baño usaba, me preguntaban si ya me había operado, me pusieron sobrenombres por mi color de piel, me decían canela aunque le pedía que no lo hicieran porque no me gustaba, y una vez me quisieron sancionar porque llevé tenis, pero jamás firmé un código de vestimenta, hasta tuve que preguntarle a Eli los zapatos que debía usar; aunque otros también llevaban tenis, a mí fue el único al que regañaron, pero algunos compañeros me defendieron y me dijeron que denunciara lo que sucedía “, compartió.

Siguiendo la recomendación de sus compañeros, el denunciante marcó a una línea de denuncia anónima de la misma empresa para manifestar la situación por la que atravesaba; en vez de ser ayudado, fue evidenciado él y los compañeros que lo apoyaron los cuales con posterioridad también fueron hostigados laboralmente hasta que fueron despedidos uno por uno.

“Me dijeron que lo estaba tomando personal y que estaba confundiendo las cosas, pero les dije que los comentarios y las burlas estaban sobrepasando todo, por lo que llamaron a Eli supuestamente para solucionar las cosas, pero ella regresó a la oficina y se burló de nosotros y nos dijo que Eduardo se burlaba y no le tomaba importancia a nuestras denuncias, porque no le encontraban ni pies ni cabezas y las cosas iban a seguir igual y a quien no le pareciera que se fuera”, explicó Carlos.

Tras el despido de sus demás compañeros, él fue el último en irse, pues asegura que no podía renunciar debido a que necesitaba dinero para sus medicamentos.

Carlos siguió aguantando burlas como la ocurrida en el mes de diciembre de 2018, cuando durante un convivio navideño a todos sus compañeros le regalaron una taza grabada con su familia o sus gustos, mientras que a él le dieron una taza con la bandera LGBTTIQ y su apodo grabado, además de que acusa, lo obligaron a pasar al frente para que el resto se riera de él.

Por si fuera poco, a través de una campaña de salud para los trabajadores de E-Contact, el varón fue obligado a aplicarse una prueba para conocer si era VIH e incluso le propusieron firmar un documento en el que él aceptaba ser homosexual y contar con VIH para que así sus compañeros lo respetaran, situación a la que él se negó.

Después intentaron acusarlo de robo, tras la supuesta reclamación de boletos de autobús que durante un viaje a la Ciudad de México, su amigo compró, lo cual no lograron comprobarlo. Mientras se realizaba una investigación, no le permitían el ingreso a su centro de trabajo.

Lo anterior hizo que Carlos pidiera ayuda y asesoría legal en la Casa de la Mujer donde le sugirieron denunciar los hechos ante la Fiscalía de Puebla, quien por medio de la Unidad especializada en investigación de delitos cometidos contra la comunidad LGBTTTIQ radicó la carpeta 2772/2019/UVFYDG/LGBTTTTIQ-I por discriminación presuntamente cometida por Elizabeth N, y Eduardo N.

LO REINSTALAN EN ÁREA MECÁNICA Y LE HACEN INSINUACIONES

Y es que después de varios oficios girados por parte de la Conapred, la empresa aceptó los hechos y se comprometió a no repetirlos, pues incluso a decir del entrevistado, bajo engaños le aplicaron una prueba para conocer si era o no positivo a VIH.

Aunque el joven fue reintegrado a sus labores, fue llevado a otra área y después al taller mecánico de la empresa, donde sus compañeros al enterarse de su orientación sexual empezaron a manosearlo, hacerle insinuaciones de llevarlo a un motel, e incluso se metieron a su WhatsApp para descargar sus fotografías y las conversaciones que tenía tanto con su pareja sentimental como con un grupo de la comunidad LGBTTTIQ, de tal forma que dicho material fue compartido y distribuido entre los compañeros por medio de WhatsApp y correo electrónico.

Ante esto, el agraviado interpuso una nueva denuncia, ahora la número 858/2021 por violación a la intimidad sexual presuntamente cometido por Arturo N y Froylán N.

Pese a las dos denuncias interpuestas por el agraviado, este se encontró nuevamente con trabas pero ahora por parte del agente del Ministerio Público, al que se le consignó el caso, pues le sugirió una conciliación y encarar a sus agresores, lo cual consideró Carlos, se trata de victimización.

Aunque el declarante buscó a la titular del área, solo le dieron dos opciones, la conciliación o renunciar al caso, sin embargo, al joven no le pareció ninguna de las dos pues lo que quería era llevar el asunto ante los tribunales.

Al final, bajo diversos argumentos como el no contar con los suficientes elementos de prueba, el agente del Ministerio Público declaró el no ejercicio de la acción penal por discriminación y archivó la carpeta de investigación, por ello ahora Carlos está en la lucha para que tras una audiencia, la investigación se retome y se sancione conforme a la ley, a los acusados.

Carlos incluso refiere que tras su salida de Estrella Roja, ha sido bloqueado por la misma empresa ya que acudió a otras líneas de autobuses y después de que estas solicitan referencias sobre Carlos, no es vuelto llamar por lo que al momento no ha conseguido trabajo.

Cabe decir, que aunque este medio buscó comunicarse con algún representante de Estrella Roja, vía telefónica indicaron que no contaban con área de comunicación social y tampoco tenían los números telefónicos de los encargados, y solo proporcionaron un correo electrónico de la empresa.

Aunque de igual forma se envió un correo electrónico para solicitar la postura de Estrella Roja, hasta la tarde de este jueves no se recibió contestación alguna.

¿QUÉ ES LA SEROFONIA?

La "serofobia” es el miedo que sienten las personas a convivir con otra que es diagnosticada con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Discriminación, acoso sexual y laboral, insultos y humillaciones por parte de sus jefes y compañeros de trabajo debido a su preferencia sexual y padecimiento de VIH, es lo que por casi cinco años tuvo que soportar un joven, mientras laboraba para la empresa de autobuses de Puebla Estrella Roja, la cual hasta este jueves no había proporcionado postura alguna sobre el tema.

Aunque una de las dos carpetas de investigación que se iniciaron por este asunto fue archivada por la Fiscalía General del Estado de Puebla, hoy la víctima intenta que el caso se reabra y con ello, obtener justicia.

Además de buscar cómo costear su enfermedad, cuyos medicamentos rondan entre los 8 mil y 46 mil pesos, Carlos, de 33 años, se ha enfrentado a múltiples adversidades.

El joven relató en entrevista para El Sol de Puebla, que fue el 26 de julio de 2017 cuando inició la relación laboral con la mencionada empresa donde llegó a ocupar el puesto de asesor comercial en el área de Call Center. Sin embargo, el 18 de febrero de 2022 fue despedido bajo el argumento de que tuvo muy bajo rendimiento y era una persona improductiva.

No obstante, Carlos asegura que su desempeño laboral se vio afectado debido a los insultos y malos tratos que recibía por parte de sus mismos jefes, así como de sus compañeros, sin que tuviera posibilidad de desarrollarse en un ambiente sano.

El calvario para este joven, narra, comenzó el día 4 de noviembre de 2017 cuando debido a un problema gástrico tuvo que acudir a la clínica 6 del IMSS donde evaluarían si era necesario darle o no incapacidad por esta situación, no obstante y a pesar de haber solicitado que se omitiera su situación de VIH, ya que acudió por otra cuestión médica, el personal de la clínica no respetó la solicitud y lo consignó en su expediente y justificante médico, de tal forma que su jefa inmediata se enteró de su padecimiento.

Le dije al médico que no colocara mi condición serológica porque soy una persona que vive con VIH, y el personal de urgencias omitió mi solicitud, por lo que colocó dentro de la nota médica mi condición de VIH positivo, yo no me percaté, me fui a mi trabajo a las oficinas de Plaza Sur en Tlaxcalancingo porque ahí arrendaban a otra empresa que se llama E-Contac, le rentaban las instalaciones

LO DISCRIMINAN POR TENER VIH

Sin problema me permitieron entrar a trabajar, pero al día siguiente me piden que abandone las instalaciones de la empresa la licenciada Adriana Soriano, junto con un compañero que se llama Ricardo; ellos me dijeron que necesitaban un testigo porque tenían que hablar un tema muy delicado conmigo; cuando salimos de las oficinas de E-Contact del cubículo Estrella Roja, fuimos a unas de las jardineras que se encuentran en Plaza Sur, donde me dijeron que había una situación con mi nota médica que por qué le mentí a la empresa, me refirieron que yo estaba enfermo de VIH y que les mentí y los defraudé, pero les dije que era un error del IMSS y que lo iba a checar con ellos, pero Ricardo compartió mi nota médica al gerente comercial, al licenciado Eduardo C. C., y ahí empieza la divulgación de mi condición médica”, cuenta el agraviado.

Aunque el varón regresó al IMSS para pedir la corrección de la nota médica, el coordinador de la unidad le indicó que una vez impresa ya no podían hacer nada, ante lo cual Carlos decidió recurrir a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDH) y al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), organismos que presionaron y llevaron a que el IMSS hiciera la corrección correspondiente el día 10 de noviembre de 2017.

Fue así como el hombre de 33 años de edad en esa misma fecha entregó la nota del doctor a sus jefes quienes a decir del denunciante, le sacaron fotografías, y aparentemente ya habían quedado conformes, sin embargo, dice, fue todo lo contrario, ya que comenzaron a aislarlo, a prohibirle agarrar vasos, evitar que tuviera contacto con sus compañeros y con las áreas comunes.

Después de un tiempo, señala, entró una nueva jefa en el departamento de Call Center a la cual identificó como Elizabeth, con la cual, menciona, hubo más cambios, incluso mayor aislamiento, al grado de que lo separaron de todos los asesores comerciales y lo colocaron debajo de un ducto de aire acondicionado, lo cual derivó en que se enfermara de tos que le duró casi cuatro meses, tiempo en el que tuvo que acudir con médicos particulares y del IMSS.

LO AISLAN, LE CARGAN MÁS TRABAJO, LE DEJAN DE HABLAR Y DE PAGAR EXTRAS

“Tuve problemas laborales porque mi tos se escuchaba y no dejaba tomar llamadas a mis compañeros, pero mi espacio laboral me estaba provocando todo mi malestar, ante lo cual el médico sugirió que cambiara de lugar, esto se lo expuse a Elizabeth Castillo y dijo que no, entonces empezó a cambiarme los días de descanso de manera repentina, los roles se definían cada quince días o cada mes y con base en ello, yo agendaba mis citas médicas para mis revisiones, pero mis cambios de horario eran de un día para otro; llegaba un martes y a esa hora me decían que me tocaba descansar, a pesar de que el rol decía otra cosa”, contó Carlos.

Ante tales hechos, una supervisora que hizo conciencia sobre lo que ocurría, decidió cambiarlo de lugar al menos en el turno de ella, pero al enterarse Elizabeth, según lo manifestado por el declarante, movieron a todos sus compañeros, lo aislaron y le pidieron a todos los colegas de Carlos que dejaran de hablarle, le duplicaron el trabajo y no le pagaron horas extras, asegura.

Los cuestionamientos y el acoso siguieron. “ Tenía que decirles qué baño usaba, me preguntaban si ya me había operado, me pusieron sobrenombres por mi color de piel, me decían canela aunque le pedía que no lo hicieran porque no me gustaba, y una vez me quisieron sancionar porque llevé tenis, pero jamás firmé un código de vestimenta, hasta tuve que preguntarle a Eli los zapatos que debía usar; aunque otros también llevaban tenis, a mí fue el único al que regañaron, pero algunos compañeros me defendieron y me dijeron que denunciara lo que sucedía “, compartió.

Siguiendo la recomendación de sus compañeros, el denunciante marcó a una línea de denuncia anónima de la misma empresa para manifestar la situación por la que atravesaba; en vez de ser ayudado, fue evidenciado él y los compañeros que lo apoyaron los cuales con posterioridad también fueron hostigados laboralmente hasta que fueron despedidos uno por uno.

“Me dijeron que lo estaba tomando personal y que estaba confundiendo las cosas, pero les dije que los comentarios y las burlas estaban sobrepasando todo, por lo que llamaron a Eli supuestamente para solucionar las cosas, pero ella regresó a la oficina y se burló de nosotros y nos dijo que Eduardo se burlaba y no le tomaba importancia a nuestras denuncias, porque no le encontraban ni pies ni cabezas y las cosas iban a seguir igual y a quien no le pareciera que se fuera”, explicó Carlos.

Tras el despido de sus demás compañeros, él fue el último en irse, pues asegura que no podía renunciar debido a que necesitaba dinero para sus medicamentos.

Carlos siguió aguantando burlas como la ocurrida en el mes de diciembre de 2018, cuando durante un convivio navideño a todos sus compañeros le regalaron una taza grabada con su familia o sus gustos, mientras que a él le dieron una taza con la bandera LGBTTIQ y su apodo grabado, además de que acusa, lo obligaron a pasar al frente para que el resto se riera de él.

Por si fuera poco, a través de una campaña de salud para los trabajadores de E-Contact, el varón fue obligado a aplicarse una prueba para conocer si era VIH e incluso le propusieron firmar un documento en el que él aceptaba ser homosexual y contar con VIH para que así sus compañeros lo respetaran, situación a la que él se negó.

Después intentaron acusarlo de robo, tras la supuesta reclamación de boletos de autobús que durante un viaje a la Ciudad de México, su amigo compró, lo cual no lograron comprobarlo. Mientras se realizaba una investigación, no le permitían el ingreso a su centro de trabajo.

Lo anterior hizo que Carlos pidiera ayuda y asesoría legal en la Casa de la Mujer donde le sugirieron denunciar los hechos ante la Fiscalía de Puebla, quien por medio de la Unidad especializada en investigación de delitos cometidos contra la comunidad LGBTTTIQ radicó la carpeta 2772/2019/UVFYDG/LGBTTTTIQ-I por discriminación presuntamente cometida por Elizabeth N, y Eduardo N.

LO REINSTALAN EN ÁREA MECÁNICA Y LE HACEN INSINUACIONES

Y es que después de varios oficios girados por parte de la Conapred, la empresa aceptó los hechos y se comprometió a no repetirlos, pues incluso a decir del entrevistado, bajo engaños le aplicaron una prueba para conocer si era o no positivo a VIH.

Aunque el joven fue reintegrado a sus labores, fue llevado a otra área y después al taller mecánico de la empresa, donde sus compañeros al enterarse de su orientación sexual empezaron a manosearlo, hacerle insinuaciones de llevarlo a un motel, e incluso se metieron a su WhatsApp para descargar sus fotografías y las conversaciones que tenía tanto con su pareja sentimental como con un grupo de la comunidad LGBTTTIQ, de tal forma que dicho material fue compartido y distribuido entre los compañeros por medio de WhatsApp y correo electrónico.

Ante esto, el agraviado interpuso una nueva denuncia, ahora la número 858/2021 por violación a la intimidad sexual presuntamente cometido por Arturo N y Froylán N.

Pese a las dos denuncias interpuestas por el agraviado, este se encontró nuevamente con trabas pero ahora por parte del agente del Ministerio Público, al que se le consignó el caso, pues le sugirió una conciliación y encarar a sus agresores, lo cual consideró Carlos, se trata de victimización.

Aunque el declarante buscó a la titular del área, solo le dieron dos opciones, la conciliación o renunciar al caso, sin embargo, al joven no le pareció ninguna de las dos pues lo que quería era llevar el asunto ante los tribunales.

Al final, bajo diversos argumentos como el no contar con los suficientes elementos de prueba, el agente del Ministerio Público declaró el no ejercicio de la acción penal por discriminación y archivó la carpeta de investigación, por ello ahora Carlos está en la lucha para que tras una audiencia, la investigación se retome y se sancione conforme a la ley, a los acusados.

Carlos incluso refiere que tras su salida de Estrella Roja, ha sido bloqueado por la misma empresa ya que acudió a otras líneas de autobuses y después de que estas solicitan referencias sobre Carlos, no es vuelto llamar por lo que al momento no ha conseguido trabajo.

Cabe decir, que aunque este medio buscó comunicarse con algún representante de Estrella Roja, vía telefónica indicaron que no contaban con área de comunicación social y tampoco tenían los números telefónicos de los encargados, y solo proporcionaron un correo electrónico de la empresa.

Aunque de igual forma se envió un correo electrónico para solicitar la postura de Estrella Roja, hasta la tarde de este jueves no se recibió contestación alguna.

¿QUÉ ES LA SEROFONIA?

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