A un año de la explosión que derrumbó un edificio del barrio de San Matías, donde cuatro personas murieron, las autoridades aún no determinan quién fue el responsable de los hechos; mientras tanto, el predio donde todo ocurrió está asegurado y resguardado por la policía. Para los vecinos, lo que sucedió el 25 de enero de 2022 es algo que, dicen, quisieran no volver a recordar.
Un predio vacío al frente con cuartos al fondo, así como un contenedor metálico que revela que el lugar hace muchos años funcionó como baños de vapor, y una ferretería a punto de colapsar, es lo único que queda en el espacio donde hace 12 meses colapsó el edificio que albergaba un conjunto de departamentos.
Durante una visita a la zona, este medio se percató que el lugar se encuentra bajo el resguardo de las autoridades municipales en apoyo de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), instancia que ordenó el aseguramiento del predio, ya que existe una carpeta de investigación por la muerte de cuatro personas y las lesiones a varias más.
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Familiares de la única vivienda que fue considerada como afectada, ya que al resto de domicilios y negocios les colocaron sellos de “inmueble habitable”, contaron a El Sol de Puebla que al momento no se ha determinado quién fue el responsable del siniestro, ya que aún se estaría investigando si la fuga se produjo en el negocio de radiadores que se ubicaba en la planta baja del edificio, por falta de mantenimiento en las instalaciones de gas de los departamentos, o bien, si todo inició en la ferretería que se encontraba a un lado del inmueble.
Dueños de casas aledañas solventan gastos de reparación
Sobre el avance de las investigaciones, este medio solicitó una postura a la Fiscalía General del Estado de Puebla, sin embargo, la institución indicó que revisarían el caso; por su parte fuentes cercanas a la institución señalaron que en lo general se estableció una fuga de gas sin responsabilidad por parte de alguna persona.
En el caso del domicilio dañado, el cuál es de dos pisos y solo está separado del inmueble por una ferretería también asegurada, fueron los dueños de la casa quienes tuvieron que solventar los gastos de las diversas reparaciones que el lugar requería para poder volver habitarla, pues consideran que el asunto va para largo y todavía no hay quién responda por todo lo sucedido.
Por su parte, algunos colonos compartieron nuevamente la mala experiencia y el susto que pasaron aquel día. Un hombre de la tercera edad narró que justo celebraba con su familia y su esposa su aniversario de bodas; poco después de que empezaran a cenar, cerca de las 9 de la noche, escucharon un estruendo y al salir a ver de qué se había tratado, vieron varios cables de telefonía y luz tirados en el piso, además del edificio colapsado.
“Fue algo terrible, yo también tengo mi negocio aquí y además de que ya no pude festejar mi aniversario de bodas, no nos dejaron trabajar bien, gente murió y fue algo que jamás se había visto en la zona, nadie se quiere hacer responsable y todos se echan la bolita. Es algo que le juro, no quisiéramos ni volver a recordar”, finalizó el entrevistado.
Es de recordar que el siniestro ocurrido la noche del 25 de enero en la avenida 2 Poniente, entre Diagonal Defensores de la República y la calle 25 Norte, dejó un saldo de cuatro muertos y quince heridos.
Lo anterior derivó en un intenso trabajo por parte de los cuerpos de rescate, quienes tenían la consigna de ubicar y extraer el cadáver de las personas fallecidas.
Después de días de incesantes labores lograron recuperar los cadáveres de Iván, Rocío, Roberto y Griselda.
Una vez que las autoridades estuvieron seguros de que ya no había más cuerpos o personas que rescatar, se procedió a la demolición total del edificio y el retiro de los escombros; el hecho causó conmoción en la capital poblana pues incluso hubo quien llegó a regalar comida y agua para quienes fueron desalojados por una semana, hasta que no hubiera riesgo alguno para ellos, pero ante el temor de que les pudieran robar sus pertenencias, decidieron quedarse en el perímetro.
Finalmente, croquetas y agua tampoco faltaron para los perros de búsqueda utilizados por los elementos de auxilio.