El cráneo y los restos humanos hallados el pasado 2 de julio en la junta auxiliar de La Resurrección, sí corresponden a los de María Monserrat, la mujer de 38 años de edad, asesinada presuntamente por su pareja sentimental que no conforme con el crimen, habría cometido actos de canibalismo, situación por la que fue detenido y llevado a prisión aunque sólo por el delito de infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones.
Fuentes cercanas al caso dieron a conocer que fue en las últimas horas que las autoridades ministeriales ya tuvieron consigo los resultados de los exámenes de ADN que les fueron practicados a los restos que Álvaro, el día de su detención, pretendía enterrar en una barranca cercana a su domicilio, donde también fue encontrado un cráneo aún con rastros de masa encefálica.
Sin embargo a los familiares aún no les han notificado de manera oficial ni les han entregado algún documento sobre la situación anterior e incluso desconocen cuándo les confirmarán la identidad y de ser así, también cuándo podrán tener consigo los restos de Monserrat ya que no todas las partes del cuerpo habían sido localizadas.
En tanto los deudos de Monserrat siguen temiendo por su seguridad pues han notado la presencia de sujetos sospechosos a bordo de vehículos que rondan el domicilio de su abuela, por lo que continúan a la espera de que las autoridades actúen y les brinde protección.
Sobre el caso, el pasado 6 de julio, Margarita Garcidueñas Cuéllar, fiscal especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género contra las Mujeres, detalló que el 2 de julio la Fiscalía de Puebla recibió una llamada de la policía municipal de Puebla en la que se informó que la junta auxiliar de La Resurrección, Fernando A., solicitó apoyo para localizar a su hija María Monserrat.
“La policía dijo que en la búsqueda de María Monserrat escucharon ruidos como si alguien caminara en un terreno de maíz, además de múltiples ladridos de perros, por lo que se dirigieron a una barranca próxima al lugar de la búsqueda. Los policías municipales afirmaron que se encontraron con un hombre que dijo llamarse Álvaro N., en cuclillas, removiendo tierra con ambas manos tratando de ocultar una bolsa negra de plástico en la que había supuestos restos humanos que pretendía enterrar; el hombre al ver los policías se puso frente a la bolsa de plástico la cual estaba entreabierta, confirmando los policías que en su interior había huesos y restos humanos”, detalló.
Entre los actos de investigación de la FGE, dijo la funcionaria, se realizó dictamen de criminología forense, en el que se concluyó que los restos encontrados correspondían a un ser humano al haber correspondencia morfológica, sin embargo, la fiscal reiteró que se harán exámenes de ADN para la identificación de la víctima, por lo que se continúa con la investigación para determinar lo conducente con respecto a la comisión de otros delitos, entre ellos el de feminicidio.
Margarita Garcidueñas Cuéllar agregó que en el lugar se encontró un resto óseo temporal y parietal derecho del cráneo de una persona por lo que se asoció este hallazgo a la investigación referida, ante el cual se llevó a cabo extracción de tejido del cráneo y se tomaron muestras de la familia de Monserrat para establecer si existe coincidencia con los restos hallados.
La fiscal especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género contra las Mujeres resaltó que las pesquisas continuaban, y en su momento se informaría el resultado, en tanto, el acusado ya estaba en prisión y vinculado a proceso por el delito de infracciones a las leyes y reglamentos sobre inhumaciones y exhumaciones.
Aunque el fiscal del Puebla no confirmó los presuntos actos de canibalismo que cometió el hoy asegurado, es de resultar que fuentes cercanas al asunto relevaron tal situación, según las primeras declaraciones del sujeto que dijo haberse comido en tacos parte del cerebro de su pareja sentimental, además de haber usado parte del cráneo como cenicero, todo lo anterior, supuestamente lo realizó bajo las órdenes del “diablo”.
Trascendió que dicha confesión la hizo tanto bajo los influjos de alguna sustancia como ya consciente de su realidad.