A la espera de una indemnización justa, es como se encuentran los familiares de las dos personas que murieron el pasado jueves, durante la explosión de un tanque cisterna con residuos de combustible, en el estacionamiento trasero de la Fiscalía General de la República (FGR) delegación Puebla.
Los cuerpos de Martiniano N., de 49 años de edad, y Juan N., de 45, ya fueron entregados este domingo a los dolientes, quienes, tras velarlos, este lunes les darán cristiana sepultura.
Familiares de los hoy occisos revelaron que la entrega de los cadáveres se debió a las diligencias e intervención de la FGR México y no de la delegada en Puebla, Elizabeth Ibarra Salart.
Aunque a través de autoridades federales con sede en la Ciudad de México, los dolientes ya tienen conocimiento sobre una indemnización, pero no de la cantidad de la misma, solo esperan que sea conforme a derecho, pues en el caso de Martiniano, hay dos personas que aún dependían de él.
Si bien ya podrán velar los cuerpos de sus seres queridos y darles descanso eterno, la petición que aún existe es justicia y castigo para quien o quienes hayan ordenado el corte del tanque cisterna sin que se tuvieran en cuenta las respectivas medidas de seguridad, refirieron los declarantes.
Es de recordar que fue el jueves por la noche que en el estacionamiento trasero de la FGR se suscitó la explosión, cuando las víctimas cortaban un contenedor con residuos de combustible, aparentemente, sin las medidas de seguridad que corresponden.
Los dolientes aseguraron haber recibido un trato déspota; un día después de los hechos, Karen, hija de Martiniano, indicó que su padre y el otro fallecido de nombre Juan, además de su hermano de ella, Kevin, de 18 años, fueron enviados por los propietarios de un corralón ubicado al sur de la ciudad.
Lo anterior, para llevarse contenedores, pero además tenían que cortar la cisterna tanque con soplete, sin ningún protocolo como medidas de seguridad ni supervisor, por lo que exigieron justicia y un trato digno.