A sus 72 años de vida, para José Lucio Gonzalo Gómez y Barranco, mejor conocido como “Jefe Gonza”, su prioridad es auxiliar a la gente sin importar horarios, abandonar reuniones familiares o enfrentarse a las inclemencias de la naturaleza. Tras 32 años de laborar como rescatista urbano, para José Lucio, hoy por hoy es un orgullo portar el uniforme de la Cruz Roja, Institución de Asistencia Privada que este 8 de mayo es reconocida a nivel mundial.
Cruz Roja delegación Puebla -institución dedicada a brindar auxilio prehospitalario, médico y de rescate en situaciones de emergencia-, está próxima a cumplir 100 años de fundación en el estado. En la actualidad cuenta con 166 voluntarios, entregados solo a la vocación de ayudar.
Paramédicos, rescatistas del grupo canófilo K-Sar así como de Alta Montaña, Acuático y Urbano, forman parte de esta corporación que se sostiene de diversos donativos y colectas así como de los recursos generados por los servicios que brinda a través de sus hospitales.
José Lucio Gonzalo Gómez y Barranco es uno de los socorristas veteranos y ejemplares de la institución, en la cual lleva 39 años de servicio; 32 de ellos, dedicados a la extracción de personas atrapadas o prensadas al interior de vehículos, durante algún hecho de tránsito. Este héroe sin capa, es uno de los seis rescatistas urbanos que conformaron los inicios de Rescate Urbano Cruz Roja Puebla, área que tan solo en lo que va de 2018 ha prestado 91 auxilios, mientras que en el año anterior acudió a 842 llamados de emergencia.
A lo largo de su trayectoria, José Lucio se ha tenido que enfrentar a situaciones no solo de riesgo sino que también traumáticas desde el aspecto sentimental, es decir a casos “que te marcan la vida”, aseguró.
Uno de los hechos en los que al rescatista no le quedó mayor opción que sobreponerse, fue en el choque de un vehículo particular en el que viajaba una familia conformada por padre, madre, y tres pequeños; mientras la pareja murió en el sitio del accidente, los menores no solo quedaron en la orfandad sino que también resultaron gravemente heridos.
“De un accidente que me acuerdo mucho es el de una familia que viajaba en un coche sobre la carretera federal a Cholula con dirección a Puebla. Se impactaron contra la base del puente de México. La impresión fue muy fuerte porque las dos niñas y el niño que iban atrás, resultaron muy lesionados; el papá es quien iba manejando y la mamá junto a él (de copiloto), al chocar los dos murieron”, recordó con tristeza el rescatista urbano, quien subrayó que aunque en ese instante se sintió mal por lo ocurrido, se repuso de inmediato ya que en este tipo de trabajo uno debe de tener la cabeza fría para poder trabajar bien y rápido ya que la prioridad es atender a los lesionados.
Impulsado por casos como el anterior, a “Don Gonza” o”Jefe Gonza”- como sus compañeros le dicen por respeto y cariño-, no le ha importado dejar atrás eventos familiares o fechas importantes con sus seres queridos, incluso narró que fue precisamente un 25 de diciembre que entró a trabajar como rescatista y tuvo su primera guardia.
A pesar de todos los sacrificios que se requieren, Gómez y Barranco hoy se siente orgulloso de pertenecer a Cruz Roja, una institución donde ha encontrado una segunda casa y una segunda familia interesada en el bienestar de quien lo requiere.