"¡Justicia para Ricardo! Porque él no era ningún ratero, trabajaba como taxista. Dejó a una esposa y a tres hijas que están a punto de entrar a la adolescencia. Él le hizo el viaje a una familia que al final no le quiso pagar y lo acusó de ladrón. ¡Alto a los linchamientos de gente inocente!”, es lo que pidieron en entrevista para El Sol de Puebla, los familiares del hombre asesinado en la población de San Gabriel Ometoxtla, la tarde del domingo. Aunque en un inicio exigieron que los cuatro detenidos por estos hechos no quedaran en libertad, más tarde al conocer de su liberación, dijeron que respetarán la decisión de las autoridades y actuarán conforme a la ley.
Son las 13:30 horas del martes, el cuerpo de Justo Ricardo Morales Daniel, quien contaba con 35 años de edad, yace dentro de un ataúd, en el cuarto de una vivienda humilde, rodeado de flores y ceras así como de algunas de sus fotografías y un mensaje de cariño por parte de sus familiares, quienes invadidos por el dolor y la impotencia, accedieron a hablar sobre el caso.
La exigencia de justicia en medio del llanto, no se hizo esperar. Tíos, tías, abuelo, madre y viuda, hicieron hincapié en que la víctima no era ningún delincuente ya que toda su vida trabajó de manera honrada, como obrero, chofer y a últimas fechas como conductor de taxi ejecutivo en una de las bases de taxis en Cuautlancingo.
“Es mi sobrino, se dedicaba a trabajar, no era delincuente ni siquiera en su forma de vestir, cuando lo golpearon se dieron cuenta de que no llevaba fachas de ser delincuente, no tenía tatuajes, todos nos dedicamos a trabajar honradamente. Mi familia y yo les pedimos a las autoridades que si de verdad existe la ley, castiguen a quienes cometieron este crimen, no se vale cómo lo golpearon, arrastraron y mataron”, exclamó un tío del hoy occiso.
Con un nudo en la garganta, la madre de Justo Ricardo pidió que el asesinato de su hijo no quede impune y que la policía haga las investigaciones a fondo para que el nombre de Justo sea limpiado.
“Me quitaron a mi único hijo, él no hacía nada malo, nada de lo que dicen, yo siempre le inculqué valores, y si de verdad estaba robando, lo hubieran entregado a las autoridades y que ellas fueran quienes lo juzgaran, pero no tenían que haberlo matado como lo hicieron”, dijo la madre del taxista.
Otra tía del asesinado pidió que el gobierno tome las acciones necesarias para evitar los linchamientos. “Estamos indignados de todo lo que le hicieron a mi sobrino, tomaron justicia por propia mano, no se valía la forma en la que lo mataron porque ni siquiera investigaron si era o no ladrón, simplemente ellos actuaron de forma salvaje, ya lo hicieron, ya se mancharon las manos y ya no nos queda más que dejarlo en manos de Dios y la justicia, lo que pedimos es justicia y que estos linchamientos se acaben, que la autoridad, el gobierno haga diversas acciones para evitar los linchamientos. Ya no hay respeto por la autoridad, ellos llegaron, hicieron su trabajo, intentaron salvarlo pero ya no pudieron”, comentó otro deudo.
Si bien estos hechos, a decir de los entrevistados, ocurren porque hay gente que de verdad roba, los detienen y tiempo después los dejan libres, consideraron que también es responsabilidad del gobierno, porque aunque no sea el caso de Justo Ricardo, hay quien roba por necesidad, por falta de trabajo y lo único que quiere es sobrevivir.
“A veces las autoridades no hacen su trabajo, mi sobrino no era ladrón, pero otras personas roban por necesidad, los dan trabajo y si se los dan, les ponen muchas trabas, por eso se está desatando la delincuencia, queremos que el gobierno haga algo. Por qué los que están arriba, los que tienen dinero a esos no les hacen nada, los dejan; a nosotros pobres que estamos como estamos, nos dejan siendo pobres. Nosotros nos ganamos el pan de cada día de forma honrada, no se vale lo que le hicieron a mi sobrino”, comentaron los deudos, quienes de igual manera hicieron un llamado a la sociedad a no dejarse incitar por unas cuantas personas que erróneamente señalan o responsabilizan por responsabilizar.
Los declarantes aseguraron que incluso tienen conocimiento que el día de los hechos, la población de San Gabriel Ometoxtla sembró un arma de fuego sobre el vehículo que conducía Justo Ricardo, cuyos restos serán depositados este día en el camposanto.