“Nunca fuimos novios, solo tuvimos una amistad, tampoco la acosaba, ella siempre me buscaba, le gustaba la fiesta; además yo me fui y la dejé viva en el departamento”, bajo esta declaración frente al estrado, es como ayer Ricardo Iker buscaba deslindarse de su presunta responsabilidad en el feminicidio de Ingrid Aremis, estudiante de Psicología de la BUAP, golpeada y asfixiada en el domicilio de su amiga en San Andrés Cholula.
Con el rostro ceñido y convencido de su versión de los hechos, este viernes en audiencia, Ricardo Iker pidió hacer valer su derecho a declarar, situación por la que el juez de control le cedió la palabra al hombre de 35 años de edad.
Frente al público y la madre de la víctima, Iker relató que fue hace un año cuando conoció a la estudiante de la BUAP, cuando ella comenzó a frecuentar y después, a laborar en el mismo lugar que él, es decir, en el bar Capital Nigth Club.
Lo cual a decir del acusado, le generó problemas ya que su jefe le llamó la atención debido a que Ingrid iba todos los días y ahí se quedaba por muchas horas; sin embargo, la relación de amistad continuó, incluso el hombre la calificó como una relación buena, al grado que salían en repetidas ocasiones y de manera frecuente, sostenían intimidad.
De acuerdo con la declaración del imputado, el día de los hechos, Ingrid le llamó para verse en un restaurante donde otros amigos de ella también estaban reunidos; de ahí partieron hacia diversos bares, incluso asistieron a un evento de autos en Angelópolis para después regresar a Capital Nigth Club, donde él (Iker) se incomodó al ver que lo había dejado solo, cuando se trataba de una salida juntos.
Con voz firme, el acusado siguió con su declaración.
“Después de que me sacaran del antro por agarrarla del brazo, ella me mando mensaje para que comiéramos tacos, para que fuera a la casa de su amiga Giovanna, por lo que pedí un taxi y me fui para allá, pero al buscar mi celular me di cuenta que no lo tenía; al no poder llamarle, salté la barda del fraccionamiento y me dirigí a la casa de Giovanna a la cual también conozco, pero vi que no estaba Ingrid, me quedé dormitando sobre un carro hasta que ella (la estudiante) llegó y me metió. Yo me quedé en el sofá y al día siguiente por la mañana, me preguntó cómo me sentía, hablamos de lo sucedido y después me pegó para luego decirme que estábamos locos y besarme”, narró el detenido, quien aseveró que al final, él se fue mientras que Aremis se quedó viva, en la puerta de la casa.
Pero ni el relato anterior, ni el hecho de que el acusado dejara al descubierto las prácticas sexuales y posibles adicciones de la joven veracruzana, convencieron al juez para creer que no estuvo implicado en los hechos ocurridos el pasado 12 de mayo en el fraccionamiento Allegros de San Andrés Cholula.
Además de que la defensa particular del investigado no logró debatir ninguno de los argumentos de la Fiscalía, la información presentada por la agente del Ministerio Público y los antecedentes de violencia que Ricardo Iker ejercía sobre Ingrid, llevaron a que el juez de control resolviera vincular a proceso al detenido, ordenando mantener la prisión en su contra por todo el tiempo que dure el procedimiento judicial.
En tanto, la madre de Ingrid, lució tranquila bajo el apoyo de su asesor jurídico y sin poder creer la versión que Ricardo Iker fue a exponer frente a los asistentes de la Sala 3 del Centro de Justicia Penal de San Andrés Cholula.