Cuatro barrios y colonias de la ciudad de Puebla, así como tres municipios del llamado Triángulo Rojo, son los focos de inseguridad para repartidores de diversas empresas que incluso, han eliminado rutas para la distribución de su mercancía, afectando incluso a un promedio de 350 comerciantes que deben buscar otras formas de abastecerse de los artículos que, como resultado de la inseguridad, ya no les llega a sus misceláneas.
César, de 49 años, lleva dos décadas trabajando como vendedor- repartidor para diferentes empresas, principalmente, de refrescos, pan, y alimento para animales.
El trabajador que por seguridad pidió no ser grabado y mucho menos revelar los nombres de las empresas por las que ha pasado, narró a El Sol de Puebla que, en todo este tiempo, al menos tres o cuatro veces por año, fue víctima del hampa, por lo regular en los municipios de Tecamachalco, Quecholac y Tepeaca, que son parte del llamado Triángulo Rojo, por el robo y venta de combustible.
“Los asaltos están a la orden del día, yo estuve muchos años en la ruta del Triángulo Rojo, en este caso lo que ocurre es que te roban la camioneta con los productos, malbaratan la mercancía y usan la camioneta para el huachicol, por eso que yo sepa, al menos tres empresas que distribuían en esa región, cerraron sus rutas para no exponer más a sus empleados y no tener más pérdidas”, cuenta el entrevistado.
César revela que, ante esta situación, al menos un promedio de 200 tiendas de la zona se ven afectadas y por lo que ahora algunas empresas optan por buscar a personas que funjan como mayoristas, a los cuales, se deben acercar los dueños de tiendas o locales para proveerse.
El declarante refiere que a pesar de que dejó de ir a la zona del Triángulo Rojo y posteriormente le asignaron repartos en el municipio de Puebla, tampoco se salvó de los delincuentes pues se encontró con que tanto él como otros compañeros fueron atracados en la colonia Xonaca, La Acocota, el barrio de Xanenetla y Luz del Alba.
El vendedor explica que en la mayoría de los robos que ha sufrido, los responsables son de uno a tres ladrones que siempre actúan con arma de fuego y que, por la espalda, sorprenden a sus víctimas; por tal motivo, en la actualidad los repartidores o vendedores toman diversas medidas preventivas como no traer mucho efectivo, depositar la cuenta, reducir horarios, planear rutas, entre otras.
“Parte de nuestro protocolo es tener una ruta estratégica, no andar tarde por colonias conflictivas o inseguras y cuando llegas a ser atracado, debes entregar todo sin oponerse, las mismas empresas te lo dicen, y los productos están asegurado, a veces se han llevado de 5 mil hasta 15 mil pesos en mercancía, dependiendo lo que sea, pero yo prefiero entregar las cosas y no que a mi familia le paguen un seguro de vida porque a mí me ocurrió algo”, sentencia el declarante.
Sin embargo, el caso de César no es el único ya que Pablo N, de 43 años de edad y 7 de experiencia laboral en el rubro de reparto y ventas, considera que los accidentes viales y los asaltos, son los principales riesgos en su trabajo. Él en una ocasión ya fue víctima de un asalto en calles de la colonia Bosques de Amalucan, mientras que algunos compañeros sufrieron lo mismo, pero en la zona de Amozoc.
“Hace dos años en Amalucan me asaltaron, fue un joven que se veía normal, no tenía aspecto de delincuente, se subió a la camioneta y me pidió mi celular, utilizó un trozo de madera en forma de pistola, pero en ese momento al llegar por la espalda creí que sí era una pistola de verdad. En Amozoc también se han registrado casos donde se han llevado a los choferes, les dan de vueltas, les sacan el producto y luego ya los dejan junto con la unidad, pero vacía, de todas formas, mientras ya se quedaron con el susto”, narra otro de los entrevistados.
Pablo de igual manera señala que como medida preventiva, deben depositar el dinero, y solo quedarse con un poco para dar cambio, además de no traer celulares costosos que atraiga a los delincuentes, incluso reducción de horarios.
Finalmente, coincide que en la empresa para la cual labora, siempre les dicen que, ante un asalto, deben entregar todo, no oponerse, y no les queda más que seguir los protocolos y estar más atentos.