“Me salí de la policía por miedo a que me mataran”, narró Manuel, un exelemento de la Policía Estatal de Puebla que formó parte de la corporación por tres años, sin embargo, abandonó las filas luego de que presenciara el momento en que una bala atravesara la cabeza de uno de sus compañeros durante un enfrentamiento en el municipio de Cañada Morelos.
Manuel ingresó a la Policía Estatal cuando tenía apenas 25 años de edad, en 2017. Sus inicios quedaron registrados al servicio de Comercio Exterior, donde se encargaba de resguardar las zonas en las que se decomisaba mercancía de procedencia ilícita.
Sin embargo, unos meses después, Manuel fue destacamentado a diferentes municipios de la entidad poblana, entre los que destacan Tecamachalco, Tepeaca, Cañada Morelos –zona del Triángulo Rojo-, así como San Martín Texmelucan y Ciudad Serdán.
El exefectivo reconoce que sabía del alto riesgo que advenía con el nuevo cargo, no obstante, la necesidad de proveer a su hijo de 7 años de edad y a su esposa, lo obligó a permanecer en la corporación policiaca.
Recuerda que en el año 2019, él y sus compañeros recibieron un reporte por parte de la Policía Auxiliar, que solicitaba el apoyo por el saqueo a vagones de la empresa Ferrosur en el municipio de Cañada Morelos. Los uniformados arribaron a un lugar solitario, aproximadamente a las 01:00 horas, incluso con las torretas de las patrullas apagadas para no alertar a los delincuentes sobre su presencia, sin embargo, los oficiales fueron atacados a balazos, por lo que inmediatamente repelieron la agresión; unos segundos después uno de sus compañeros gritó: “ya le pegaron a uno”. Manuel confiesa que muchos de los policías pensaron que el herido había sido unos de los maleantes, aunque finalmente se percataron que fue uno de los elementos.
A pesar de que intentaron trasladar a su compañero de no más de 30 años de edad a bordo de un vehículo oficial, poco después confirmaron que la víctima había fallecido tras recibir un disparo que incluso le atravesó el cráneo.
Presenciar la muerte de su compañero le generó una perturbación que le hizo abandonar unos meses después las filas de la Policía Estatal, ante el miedo latente de perder la vida de forma violenta.
Alrededor de un mes después del deceso de su compañero, Manuel recibió un disparo en el pecho durante otra balacera, no obstante, un chaleco antibalas le salvó la vida. Este último encuentro con la muerte le hizo desistir definitivamente.
Manuel contó a El Sol de Puebla que el temor a morir y dejar desamparada a su familia, además de los sueldos bajos y los problemas burocráticos en los cobros de seguros de vida, le hizo salir de la corporación en busca de otro empleo.
Cabe mencionar que el exoficial participó en el paro de labores de la Policía Estatal, el 2 de junio de 2020, en el que exigían mejores condiciones laborales y un aumento del 50 % directo