La presencia de sujetos que pretendían robar al interior de un inmueble abandonado en la colonia Santa María, así como presuntas detonaciones de arma de fuego que los delincuentes habrían realizado para ahuyentar a los vecinos vigilantes, movilizó este viernes a elementos de la Policía Municipal y Estatal, quienes no pudieron detener a los culpables. Dos días antes, un sujeto fue detenido por robo de autopartes.
Todo sucedió en la calle 52 Poniente, entre 9 y 11 Norte, al filo de las 8 horas.
Vecinos dijeron a El Sol de Puebla que se trata de una casa propiedad de una pareja de ancianos que hace poco murió, pero en la cual todavía existen muebles y diversos objetos de valor. Los entrevistados aseguraron que un día antes, es decir el jueves, un hombre de aspecto indigente entró a dicha propiedad; al ser descubierto, fue retenido y entregado a los policías, quienes no permitieron que el vecino que descubrió los hechos fuera a denunciar, ya que requerían al o los propietarios del inmueble.
Por lo anterior, el mismo jueves, los colonos se dieron a la tarea de buscar a los hijos de los hoy occisos, quienes mandaron a soldar la puerta de la casa, pero además anduvieron buscando en diversos Ministerios Públicos al detenido, el cual nunca apareció en ninguna instancia, por lo que no se pudo hacer una denuncia.
Este viernes, de nueva cuenta la casa marcada con el número 918, fue blanco de la delincuencia pero ahora por sujetos empistolados, quienes al verse atrapados, a decir de vecinos, hicieron detonaciones de arma de fuego, mientras que a su llegada los elementos policíacos dijeron que no podían entrar a buscar a los maleantes ya que se trataba de una propiedad privada.
De forma casi paralela, en otro domicilio ubicado una cuadra más adelante, hampones entraron para robar tanques de gas LP, por lo que moradores decidieron salir del lugar; aunque policías llegaron a la vivienda, solo lograron ver cuando éstos huían por el techo de las casas, acusaron vecinos de la zona.
Horas después, un joven también con características de indigente, fue sorprendido de nueva en cuenta en la casa con número 918, donde las soldaduras en las puertas no han servido de mucho para que los maleantes no entren.