La muerte de su bebé de seis meses de edad y el posterior fallecimiento de su esposo en un accidente vehicular, llevaron a Patricia N, a querer quitarse la vida junto con su primer hijo; aunque la mujer de ahora 59 años de edad, en aquella ocasión abrió la llave del gas en repetidas ocasiones, su hermana menor intervino y evitó una desgracia.
Para la víctima de intento de suicidio todo ha sido difícil; hoy, con el apoyo de su familia, terapias psicológicas y su acercamiento a la religión, la vida recobra sentido.
“Tú no sabes lo que la vida te tiene preparado, uno siempre piensa que las cosas serán como siempre te lo imaginas, que te vas a casar, que vas a ser feliz y no va a pasar nada malo. Tuve un hijo y después otro, pero este último presentó diversas complicaciones médicas, estuve junto con mi esposo en el hospital, sin embargo, falleció a los seis meses”, narró la mujer, para quien la muerte de su segundo hijo, fue el primer golpe que la vida le dio.
Junto con su esposo y su primer hijo trataron de sobreponerse a la situación, pero Patricia -nombre ficticio utilizado por privacidad de la persona- jamás imaginó que a sus 27 años de edad, el destino le haría una segunda mala jugada, y es que su cónyuge, quien era su sostén y apoyo emocional, también pereció, en este caso, víctima de un accidente automovilístico.
“Mi esposo, mi otro hijo y yo, intentamos salir adelante, pero en ese mismo año mi esposo murió en un accidente vehicular, eso cambió todavía más mi vida, se convirtió en algo que no podía controlar, no sabía, no entendía por qué pasaba todo esto. Yo no sé si hay personas más fuertes o débiles, más frágiles, solo sé que para mí, en ese momento era algo con lo que no podía, me encerré en mi propia tristeza, pero mi hijo de cuatro años también pasó por momentos difíciles, no quería hablar con nadie, le cambió la vida totalmente cuando se murió su papá”, compartió la entrevistada.
Tras la pérdida de dos seres amados en tan poco tiempo, Patricia entró en crisis, ansiedad y depresión. Para ella la vida simplemente no tenía ningún sentido, no había un motivo por el cuál salir adelante, a pesar de la existencia de su primer hijo.
“En varias ocasiones me atacó la idea de no querer vivir, que esta no era una vida bonita, pero sí complicada y me pasó muchas veces por la cabeza la idea de quitarme la vida y también a mi hijo. Aunque tengo varios hermanos, yo me sentí sumamente sola y pues cada uno estaba con su vida y sus problemas, entonces uno se calla todo”, explicó Paty, quien decidió preparar todo lo necesario para dejar de existir junto a su pequeño de cuatro años, pero la vida le dio una segunda oportunidad.
Aquella vez, durmió a su hijo y entre el dilema de terminar con su vida y la de su primogénito, abrió y cerró la llave del gas en múltiples ocasiones, pero su hermana menor, la cual poco antes se había ido a vivir con ella, llegó a casa a una hora no acostumbrada, evitando otra desgracia para la familia.
“Preparé el lugar, dormí a mi hijo, me costó mucho trabajo porque parecía que él no quería morir y entonces me quedé pensando si era correcto lo que iba a hacer, traté de reflexionar pero cuando uno está en ese momento, si no hay alguien que te ayude, terminas por hacer lo que no es correcto; estuve pensando mucho, abría y cerraba las llaves del gas. En ese instante, como si Dios la hubiera mandado, mi hermana menor que se había ido a la escuela llegó a una hora no habitual y me dijo que olía mucho a gas, se dio cuenta y evitó la muerte de mi hijo y la mía, ella estuvo al pendiente de mí y me ayudó demasiado”, contó Patricia, quien ahora ha entendido que en la vida existen altibajos y por muy difícil que sea siempre hay una salida, un motivo parar vivir, incluso en su camino ayudó a otro joven a no quitarse la vida, pues al encontrarlo en un parque intentando matarse, ella se acercó y le compartió su historia, logrando que el joven desistiera del suicidio.
Hoy Patricia, después de recibir el apoyo de su familia, acudir a terapias psicológicas y acercarse a la religión que profesa, considera que puede hablar del tema sin tanto dolor, pero además ha aprendido a disfrutar las cosas buenas de la vida.
En el marco del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, celebrado el 10 de Septiembre, la entrevistada hace un llamado para que la sociedad sea más sensible, empática y cuando vean a una persona, amigo o familiar triste y preocupado, le pregunten qué tiene o qué les sucede, porque muchas veces quienes piensan en el suicidio se quedan callados, no hablan sobre lo que sienten o piensan y necesitan que alguien les ayude.