“Nuestra vida es en la carretera, dicen que olemos y llevamos diésel en las venas, los traileros y conductores de unidades de carga somos una hermandad, lamentablemente hemos perdido a muchos, pues entre las autopistas más peligrosas está la México-Veracruz, en la región de Texmelucan y Esperanza, en esos puntos muchos traileros han desaparecido y muerto. Ya no queremos más traileros muertos, que exista mayor seguridad”, comentó José Carlos N, quien a los 26 años comenzó a conducir tráileres y unidades de carga.
“Charles Brown”, como le dicen entre traileros y prefiere ser identificado, lleva 32 años conduciendo en carretera, por casi toda la República Mexicana.
En poco más de tres décadas de andar de carretera en carretera, José Carlos de 58 años de edad, ha sufrido un accidente y tres asaltos, en uno estuvo a punto de ser asesinado junto con su hijo, al cual llevaba como acompañante.
“Durante todos estos años tuve un accidente en Chiapas, que por fortuna no pasó a mayores pero también he sufrido tres asaltos. El primer atraco fue en la autopista México- Puebla, saliendo de México hacia San Martín Texmelucan; el segundo robo fue en la zona del Arco Norte, ahí el modus operandi que usaron los delincuentes fue el choque para obligarte a bajar y asaltarte; finalmente, el más reciente hace año y medio ocurrió casi llegando a la caseta de Salamanca, en Celaya, llevaba en el camarote a mi hijo, uno de los delincuentes se subió armado, pude arrancar, él se cayó y yo logré escapar, por fortuna solo fueron los balazos en la puerta de lado del copiloto”, narró José Carlos en entrevista para El Sol de Puebla.
Tras la más reciente experiencia, “Charles Brown”, decidió parar unos meses, desestresarse y olvidar la sensación que tuvo de pensar que él y su hijo perderían la vida, pues considera que fue un hecho traumático que ha logrado superar.
Aunque ya está listo para volver a las carreteras y autopistas, por el momento debe esperar otro poco para actualizar su licencia y exámenes médicos, sin embargo, y a pesar del peligro que existe en las carreteras, ahí se encuentra casi toda su vida pues se trata de jornadas de trabajo de 8 a 16 horas seguidas, incluso hay viajes de hasta cuatro y cinco días ininterrumpidos en los que deja a su familia y en los que además no conoce de cumpleaños, navidades o cualquier otro festejo.
Hoy, como conductor de tráiler, José Carlos solo pide a las autoridades que haya mayor atención y vigilancia en las carreteras, pero además que la policía no esté coludida con el crimen organizado, incluso personal de las empresas para las cuales se distribuyen los productos, vía terrestre.
Por un lado, José Carlos indicó que en Celaya, los policías solo le dijeron que dejara de molestar, que diera gracias a Dios que no le pasó nada y que mejor se fuera, situación que a su decir se ha repetido con otros compañeros. Lo anterior, se suma al hecho de que a veces los oficiales en todo el país caen en el tema de los “moches”, pues en caso de encontrarlos con pastillas para no dormir, les piden entre 500 y mil pesos y a veces cuando llevan armas para defenderse, son detenidos.
Por el otro, refirió que existen muchos retenes falsos por parte del crimen organizado, pero nadie hace nada, principalmente en la zona de Amozoc a Esperanza, un tramo igual de peligroso que en Texmelucan hasta Santa Rita Tlahuapan y el Arco Norte.
“Las carreteras más inseguras, para empezar la nuestra en el estado de Puebla, de San Martín hasta Santa Rita Tlahuapan, Amozoc y Esperanza, a todo eso nosotros le llamamos el Triángulo de las Bermudas o los pueblos mágicos, porque ahí desaparece el camión y hasta el conductor y en el Arco Norte por consiguiente también le llamamos el Arco de la Muerte. Definitivamente hace falta más vigilancia”, explicó el entrevistado, quien destacó que, a veces, personal de la misma empresa para la cual transportan la mercancía está coludida ya que en un ocasión le tocó que los maleantes llegaron sabiendo su nombre, número de unidad y lo que llevaba, en este caso, detergentes.