Una mujer fue asesinada a golpes y asfixiada por su exesposo la madrugada de ayer, en una vivienda de la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas. El presunto feminicida se entregó en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, después de dejar en la orfandad a sus tres hijos: dos niñas de 7 y 2 años, y un niño de 4.
De acuerdo a datos recabados en el lugar, se supo que aparentemente la pareja estaba tratando de reconciliarse y por alguna razón los padres, junto con sus tres hijos, fueron a quedarse la noche del lunes a casa de la hermana de la hoy finada.
Ayer, alrededor de las 9 de la mañana, la hija mayor trató de despertar a su mamá, quien estaba semidesnuda y tapada con una cobija; la menor se dio cuenta que no reaccionaba y buscó a un adulto para pedirle ayuda.
Poco después llegó la tía y observó que la fémina estaba ensangrentada y tenía múltiples golpes.
Tras llamar al número de emergencia 9-1-1, llegó al sitio una ambulancia y los técnicos en urgencias médicas, al revisar a la víctima, confirmaron que carecía de signos vitales, y que además de las huellas de violencia, también presentaba signos de estrangulamiento.
Por ello, policías municipales se quedaron resguardando la vivienda.
Antes de que acudieran a la vivienda los agentes ministeriales del área de Homicidios y Feminicidios, llegó un varón al edificio central de la Fiscalía General del Estado para entregarse voluntariamente al declararse confeso de haber asesinado a su expareja sentimental, identificada con el nombre de Paola, de 29 años, por lo que fue asegurado para tomarle su declaración sobre los hechos.
Fueron elementos adscritos a la Unidad de Flagrancias, quienes acudieron después al domicilio donde ocurrieron los hechos, ubicado en la calle Vicente Guerrero, donde ya había varios familiares de la víctima a la que identificaron plenamente, aunque aseguraron desconocer la dinámica de lo acontecido y los motivos que orillaron al varón, del que tampoco se reveló su identidad, para perpetrar el feminicidio.