/ martes 7 de mayo de 2024

Paulino y el tiroteo que rompió la calma en Prados Agua Azul | Archivo Rojo

En la balacera fue muerto salvajemente un policía judicial y otro agente en funciones que pasó desapercibido

El viernes 6 de enero de 1978, la vida en la Angelópolis transcurría con total normalidad cuando al filo de las 14:00 horas, una balacera rompió la tranquilidad de la colonia Prados Agua Azul, en donde un agente encontró la muerte salvajemente.

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Un agente de la Policía Judicial del Estado fue muerto ayer a balazos y golpes de piedras en la cabeza, luego de haber intercambiado disparos con cuatro presuntos criminales, uno de los cuales también murió, cuando al parecer el policía los identificó como delincuentes y trataba de detenerlos por la 51 Poniente y Privada de la 9 B Sur”, se lee en la nota con la que este diario, El Sol de Puebla, informó del hecho el sábado 7 de enero.

En la balacera fue muerto el agente judicial con placa 170, Paulino Sosa Noguera, quien tenía 30 años de edad y cuyo cadáver presentaba lesiones de golpes y heridas de bala. Durante el tiroteo también había encontrado la muerte uno de los presuntos delincuente al recibir los disparos que el agente había hecho para defenderse de la agresión.

De acuerdo con la información dada en ese momento, la policía tenía plenamente identificados a los presuntos hampones que quedaron con vida, uno de los cuales había sido herido en la pierna y los otros dos salieron ilesos.

Versión inicial de los hechos

La primera versión de los hechos dada a conocer por la fuente policíaca refirió que poco antes de las 14:00 horas del día mencionado, el agente Paulino Sosa tripulaba solo su automóvil Ford 1969 por las calles de la colonia Prados Agua Azul.

Al pasar por la 51 Poniente y la Privada de la 9 “B” Sur observó a cuatro individuos, uno de los cuales identificó como un criminal sobre el que había una orden de aprehensión.

En la balacera fue muerto el agente judicial con placa 170, Paulino Sosa Noguera. Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla


Paró su vehículo y al tratar de detener al delincuente, tanto él como sus acompañantes sacaron armas de fuego y balearon al agente, al que hirieron. Pero antes, el policía hizo varios disparos con su arma calibre .45 y con ello dio muerte a uno de los cuatro sujetos e hirió en una pierna a otro, para después correr a una obra en construcción ubicada en la 51 Poniente 909”, narra la nota.

El presunto hampón que había fallecido quedó tirado en la esquina de la Privada 9 “B” Sur. Los otros tres, incluso el que estaba herido en la pierna, salieron detrás del agente al que alcanzaron en la construcción hacia la que había corrido.

En la obra se encontraban varios albañiles que presenciaron cuando dos de los perseguidores sujetaron al agente Paulino, mientras que el otro disparó. Cuando el cuerpo del policía se desvanecía hacia el suelo recibió otro impacto de bala, y ya tirado le dispararon nuevamente por la espalda.

La maldad de los agresores no terminó ahí porque cuando Paulino yacía en el suelo herido de muerte, los criminales lo golpearon con tabiques de concreto.

Identificación de los cuerpos

El hecho había sucedido en pocos minutos porque a las 14:15 horas llegó una ambulancia de la Cruz Roja para llevarse al policía, que aún contaba con signos vitales, al Hospital Universitario. Lamentablemente, durante el trayecto al sanatorio, Paulino falleció.

Estas son las armas con las que se perpetró el doble homicidio. Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla


El agente tercero del Ministerio Público adscrito a la Inspección de Policía, Paul Alberto Mendieta Hernández, fue quien practicó las diligencias. Recogió varios casquillos de balas .30 y .45

El presunto criminal, que fue hallado muerto en la esquina de la privada, presentaba cuatro impactos de bala y estaba en calidad de desconocido. Se le calculó una edad de 32 años y era de tez morena, complexión delgada, cabello corto y negro y lacio, frente amplia, ojos cafés, nariz recta, labios delgados, con bigote y barba rasurada. Entre sus ropas se encontraron 2 boletos del metro de la Ciudad de México.

El cadáver del policía fallecido fue identificado por un compañero de trabajo. Además de las contusiones hechas con los tabiques de concreto, recibió tres heridas de bala, uno de los proyectiles le había atravesado la cabeza y otro la espalda.

Relato del Testigo presencial

Juan Romero de la Luz, albañil de 52 años de edad, fue testigo presencial de los hechos al encontrarse en la construcción en la que el judicial trató de resguardarse, en la 51 Poniente 909.

Romero vio claramente la forma en cómo fue victimado el judicial. Dijo que él y otros cuatro compañeros estaban descansando en la obra cuando faltaban cinco minutos para las dos de la tarde. De repente se escucharon varias detonaciones de arma de fuego y se asomaron por curiosidad. Entonces vieron al judicial correr hacia la obra cuando era perseguido por tres sujetos, uno de los cuales cojeaba porque iba herido de una pierna.

Fueron Felipe Bueno Garista y Casimiro Colotl Loeza, los autores del doble homicidio. Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Cuando corrían le hacían disparos de arma de fuego al policía y lograron detenerlo. Paulino les decía: ‘déjenme, ya me lastimaron’, pero el que cojeaba le gritó: ‘cómo te vamos a dejar si ya me diste también’, y precisamente este le disparó de frente al estómago. Cuando caía boca abajo le hicieron dos disparos más”, narró a la policía.

En ese preciso momento, Juan Romero intervino y les pidió a los agresores que lo dejaran porque ya estaba muerto. Pero con toda la saña, los criminales tomaron tabiques de concreto de la construcción para estrellárselos en la cabeza. Después huyeron hacia Mayorazgo.

Un familiar los delata

El día de los hechos, por la noche, la policía ya tenía plenamente identificados a dos de los autores materiales del crimen, así lo dio a conocer a este medio, El Sol de Puebla, el coronel Felipe Flores Narro, jefe de la Policía Judicial del Estado.

Dicha información había sido obtenida gracias a que un familiar de los hampones entregó las armas utilizadas al Ministerio Público. Una era calibre .380, otra .45 y también una .22.

El familiar dijo que después de perpetrar el crimen los delincuentes se dirigieron a su domicilio para dejar las armas y él consideró pertinente entregarlas. También informó que el que estaba herido iba en busca de un médico.

El testigo de se encontraba en la construcción en la que el judicial trató de resguardarse Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

No era delincuente, era policía en funciones

El día 12 de enero la Policía Judicial del Estado informó que con el auxilio de la policía de los estados vecinos, seguía sobre la pista de los tres homicidas prófugos, que estaban plenamente identificados y todos contaban con antecedentes penales.

También se dio a conocer que el presunto delincuente, que había encontrado la muerte el mismo día de los hechos, era agente en funciones de la Ciudad de México y se llamaba Encarnación López Lezama. Él iba acompañando al agente de la Policía Judicial, Paulino Sosa Noguera, y fue quien le señaló a los delincuentes.

Asimismo, la autoridad dio a conocer el nombre de los autores del doble homicidio que se encontraban prófugos. Fueron los hermanos Martín y Felipe Bueno Garista y Casimiro Colotl Loeza. Este último había sido señalado como presunto homicida de Delfino López Loeza, en Santa María Malacatepec, Cholula.

Se sabe que Encarnación, el agente de Ciudad de México, le seguía la pista a Casimiro Colotl y lo había localizado justo donde se habían suscitado los hechos, en la 51 Poniente y 9 Sur. En ese momento, era acompañado por el policía judicial Paulino para realizar la aprehensión del criminal, pero ambos encontraron la muerte.


El viernes 6 de enero de 1978, la vida en la Angelópolis transcurría con total normalidad cuando al filo de las 14:00 horas, una balacera rompió la tranquilidad de la colonia Prados Agua Azul, en donde un agente encontró la muerte salvajemente.

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Un agente de la Policía Judicial del Estado fue muerto ayer a balazos y golpes de piedras en la cabeza, luego de haber intercambiado disparos con cuatro presuntos criminales, uno de los cuales también murió, cuando al parecer el policía los identificó como delincuentes y trataba de detenerlos por la 51 Poniente y Privada de la 9 B Sur”, se lee en la nota con la que este diario, El Sol de Puebla, informó del hecho el sábado 7 de enero.

En la balacera fue muerto el agente judicial con placa 170, Paulino Sosa Noguera, quien tenía 30 años de edad y cuyo cadáver presentaba lesiones de golpes y heridas de bala. Durante el tiroteo también había encontrado la muerte uno de los presuntos delincuente al recibir los disparos que el agente había hecho para defenderse de la agresión.

De acuerdo con la información dada en ese momento, la policía tenía plenamente identificados a los presuntos hampones que quedaron con vida, uno de los cuales había sido herido en la pierna y los otros dos salieron ilesos.

Versión inicial de los hechos

La primera versión de los hechos dada a conocer por la fuente policíaca refirió que poco antes de las 14:00 horas del día mencionado, el agente Paulino Sosa tripulaba solo su automóvil Ford 1969 por las calles de la colonia Prados Agua Azul.

Al pasar por la 51 Poniente y la Privada de la 9 “B” Sur observó a cuatro individuos, uno de los cuales identificó como un criminal sobre el que había una orden de aprehensión.

En la balacera fue muerto el agente judicial con placa 170, Paulino Sosa Noguera. Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla


Paró su vehículo y al tratar de detener al delincuente, tanto él como sus acompañantes sacaron armas de fuego y balearon al agente, al que hirieron. Pero antes, el policía hizo varios disparos con su arma calibre .45 y con ello dio muerte a uno de los cuatro sujetos e hirió en una pierna a otro, para después correr a una obra en construcción ubicada en la 51 Poniente 909”, narra la nota.

El presunto hampón que había fallecido quedó tirado en la esquina de la Privada 9 “B” Sur. Los otros tres, incluso el que estaba herido en la pierna, salieron detrás del agente al que alcanzaron en la construcción hacia la que había corrido.

En la obra se encontraban varios albañiles que presenciaron cuando dos de los perseguidores sujetaron al agente Paulino, mientras que el otro disparó. Cuando el cuerpo del policía se desvanecía hacia el suelo recibió otro impacto de bala, y ya tirado le dispararon nuevamente por la espalda.

La maldad de los agresores no terminó ahí porque cuando Paulino yacía en el suelo herido de muerte, los criminales lo golpearon con tabiques de concreto.

Identificación de los cuerpos

El hecho había sucedido en pocos minutos porque a las 14:15 horas llegó una ambulancia de la Cruz Roja para llevarse al policía, que aún contaba con signos vitales, al Hospital Universitario. Lamentablemente, durante el trayecto al sanatorio, Paulino falleció.

Estas son las armas con las que se perpetró el doble homicidio. Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla


El agente tercero del Ministerio Público adscrito a la Inspección de Policía, Paul Alberto Mendieta Hernández, fue quien practicó las diligencias. Recogió varios casquillos de balas .30 y .45

El presunto criminal, que fue hallado muerto en la esquina de la privada, presentaba cuatro impactos de bala y estaba en calidad de desconocido. Se le calculó una edad de 32 años y era de tez morena, complexión delgada, cabello corto y negro y lacio, frente amplia, ojos cafés, nariz recta, labios delgados, con bigote y barba rasurada. Entre sus ropas se encontraron 2 boletos del metro de la Ciudad de México.

El cadáver del policía fallecido fue identificado por un compañero de trabajo. Además de las contusiones hechas con los tabiques de concreto, recibió tres heridas de bala, uno de los proyectiles le había atravesado la cabeza y otro la espalda.

Relato del Testigo presencial

Juan Romero de la Luz, albañil de 52 años de edad, fue testigo presencial de los hechos al encontrarse en la construcción en la que el judicial trató de resguardarse, en la 51 Poniente 909.

Romero vio claramente la forma en cómo fue victimado el judicial. Dijo que él y otros cuatro compañeros estaban descansando en la obra cuando faltaban cinco minutos para las dos de la tarde. De repente se escucharon varias detonaciones de arma de fuego y se asomaron por curiosidad. Entonces vieron al judicial correr hacia la obra cuando era perseguido por tres sujetos, uno de los cuales cojeaba porque iba herido de una pierna.

Fueron Felipe Bueno Garista y Casimiro Colotl Loeza, los autores del doble homicidio. Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

Cuando corrían le hacían disparos de arma de fuego al policía y lograron detenerlo. Paulino les decía: ‘déjenme, ya me lastimaron’, pero el que cojeaba le gritó: ‘cómo te vamos a dejar si ya me diste también’, y precisamente este le disparó de frente al estómago. Cuando caía boca abajo le hicieron dos disparos más”, narró a la policía.

En ese preciso momento, Juan Romero intervino y les pidió a los agresores que lo dejaran porque ya estaba muerto. Pero con toda la saña, los criminales tomaron tabiques de concreto de la construcción para estrellárselos en la cabeza. Después huyeron hacia Mayorazgo.

Un familiar los delata

El día de los hechos, por la noche, la policía ya tenía plenamente identificados a dos de los autores materiales del crimen, así lo dio a conocer a este medio, El Sol de Puebla, el coronel Felipe Flores Narro, jefe de la Policía Judicial del Estado.

Dicha información había sido obtenida gracias a que un familiar de los hampones entregó las armas utilizadas al Ministerio Público. Una era calibre .380, otra .45 y también una .22.

El familiar dijo que después de perpetrar el crimen los delincuentes se dirigieron a su domicilio para dejar las armas y él consideró pertinente entregarlas. También informó que el que estaba herido iba en busca de un médico.

El testigo de se encontraba en la construcción en la que el judicial trató de resguardarse Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

No era delincuente, era policía en funciones

El día 12 de enero la Policía Judicial del Estado informó que con el auxilio de la policía de los estados vecinos, seguía sobre la pista de los tres homicidas prófugos, que estaban plenamente identificados y todos contaban con antecedentes penales.

También se dio a conocer que el presunto delincuente, que había encontrado la muerte el mismo día de los hechos, era agente en funciones de la Ciudad de México y se llamaba Encarnación López Lezama. Él iba acompañando al agente de la Policía Judicial, Paulino Sosa Noguera, y fue quien le señaló a los delincuentes.

Asimismo, la autoridad dio a conocer el nombre de los autores del doble homicidio que se encontraban prófugos. Fueron los hermanos Martín y Felipe Bueno Garista y Casimiro Colotl Loeza. Este último había sido señalado como presunto homicida de Delfino López Loeza, en Santa María Malacatepec, Cholula.

Se sabe que Encarnación, el agente de Ciudad de México, le seguía la pista a Casimiro Colotl y lo había localizado justo donde se habían suscitado los hechos, en la 51 Poniente y 9 Sur. En ese momento, era acompañado por el policía judicial Paulino para realizar la aprehensión del criminal, pero ambos encontraron la muerte.


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