Desde 2019 a la fecha, la Fiscalía General del Estado (FGE) ha registrado 30 casos de personas que fueron denunciadas como desaparecidas, pero luego los encontraron en algún Centro de Reinserción Social (Cereso). La mayoría fueron localizados meses después de su presunta desaparición, pero hubo tres hechos en donde los ubicaron años después de que sus familiares los reportaran como extraviados.
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La FGE dio a conocer que en el año 2019 registraron tres casos de este tipo: el primero fue un hombre de 22 años que desapareció en Tehuacán y ese mismo año se dio con su paradero en el Cereso del mismo municipio. El otro caso correspondió a un hombre de 42 años que fue reportado como no localizado en Puebla y ese mismo año lo ubicaron en el Centro de Reinserción Social de Tlaxcala.
El tercero fue otro varón de 40 años que presuntamente había desaparecido en Puebla y luego lo encontraron en el Centro de Reinserción Social de Huauchinango. Hay que mencionar que la Agencia Estatal de Investigación fue la que logró descubrir a todas estas personas en las prisiones.
En 2020 se reportaron cinco casos: un hombre de 24 años que desapareció en el municipio de Libres y fue encontrado tres años después en el Centro de Reinserción Social de Tepexi de Rodríguez, el segundo fue un poblano que desapareció a los 39 años y fue encontrado en San Miguel cuando ya había cumplido los 40.
Las otras tres personas también eran del municipio de Puebla y aparecieron el mismo año en que se denunció su ausencia. Dos eran hombres de 32 y 57 años y una mujer de 39 años. Fueron localizados en la cárcel de Tlaxcala y en el Cereso de San Miguel.
El 2021 fue el año que enlistó más sucesos de esta índole con un total de 10. Todos a excepción de un caso aparecieron el mismo año de su reporte y fueron hallados en el Cereso de San Miguel, el penal de Atlixco y el Centro de Reinserción Social del Estado de México.
El suceso en donde se encontró a la persona tres años después, correspondió a una mujer que fue reportada como desaparecida en Puebla a los 28 años, pero se logró identificarla cuando ya tenía 31 años y era una Persona Privada de la Libertad (PPL) en Atlixco.
La cifra bajó en el 2022 con dos incidentes, uno fue encontrado en Centro de Reinserción Social del Estado de México y el otro en San Miguel, ambos en su mismo año de reporte. Para el 2023, fueron cinco casos; aquí destacó una persona proveniente de Chihuahua que apareció en el penal de Puebla, tenía 27 años.
En lo que va del presente año, se han sumado cinco casos, cuatro desaparecieron en Puebla y el otro en Tetela de Ocampo. Se logró ubicarlos el mismo año que se dejó de saber de ellos y se encontraron en San Miguel, la cárcel de Tlaxcala y en la unidad distrital de Zacatlán.
La anterior información se obtuvo a través de la solicitud de información 210421524000471.
La Fiscalía no explicó las causas de este tipo de fenómeno, pero activistas e integrantes de colectivos que buscan a personas desaparecidas, han mencionado que existen varios escenarios por los cuales terminar encontradas en cárceles, algunas razones comunes incluyen:
Error de Identificación, puede ocurrir que una persona desaparecida sea detenida por la policía por algún motivo (incluso por confusión de identidad) y posteriormente sea llevada a la cárcel. Si los datos personales no coinciden correctamente con los registros de personas desaparecidas, puede llevar tiempo hasta que se establezca su verdadera identidad.
En algunos casos, las personas desaparecidas pueden ser criminalizadas injustamente o ser víctimas de un sistema de justicia penal que no las reconoce como desaparecidas, sino como delincuentes.
Asimismo, puede haber fallas en la comunicación entre las autoridades encargadas de buscar a personas desaparecidas y las instituciones penitenciarias, lo que dificulta la identificación y ubicación de personas que están detenidas.