Al dejar en la orfandad a dos hijos menores de edad; los padres de Leidi Laura, la mujer policía de Amozoc asesinada la semana pasada; piden el apoyo de las autoridades correspondientes y exijen justicia para el esclarecimiento de los hechos.
Confirmaron que fue venganza de los mandos policíacos, descubiertos por proteger a delincuentes.
Leidi Laura era madre soltera y deja al desamparo a una menor de 13 años y otro niño de apenas año y meses de edad; por lo que los abuelos maternos se harán cargo y esperan que alguna autoridad les apoye con beca para que la niña continúe sus estudios, resaltaron en entrevista antes de partir el cortejo fúnebre para darle el ultimo adiós a la uniformada que puntualizan "murió por su honestidad".
El viernes 15 de junio, seis policías de Amozoc fueron ejecutados por sujetos que, al parecer, ordeñaban gas LP de una toma clandestina en un predio de la colonia Signoret, perteneciente a este municipio. El titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y el alcalde de la demarcación, Jesús Morales Rodríguez y José Cruz Sánchez, respectivamente, confirmaron los hechos, además de la detención de dos personas y el aseguramiento de dos vehículos y armas de fuego.
De acuerdo a los datos que se pudieron obtener en el lugar de los hechos, se sabe que alrededor de las 16:00 horas fue reportado un posible enfrentamiento entre policías y huachicoleros, esto sobre el carril de San Cristóbal, a la altura del tanque elevado, de la colonia Signoret, en la junta auxiliar de San Salvador Chachapa, perteneciente a dicho municipio.
Al acudir al sitio elementos de las policías Municipal, tanto de Puebla como de Amozoc, Estatal (con su unidad Hércules) y Ministerial, además de paramédicos de Cruz Roja, también de ambos municipios vecinos, y de SUMA (con la Unidad Masiva), encontraron en el sitio seis uniformados municipales ya sin vida.
Se descartó que hubiera algún enfrentamiento previo, debido a que los cuerpos de los uniformados estaban en fila, uno junto a otro, tendidos bocabajo en un terreno de siembra, todos con el tiro de gracia. Además, sus ejecutores los desarmaron.
A 300 metros de los cadáveres estaba abandonada una pipa "pirata", junto a una toma clandestina, que era la que estaban ordeñando los sujetos, quienes, incluso, dejaron conectada una manguera de alrededor de 10 metros.