“Que se aplique la ley y se les ponga un castigo ejemplar a estos policías municipales porque no se vale que se escuden detrás de un uniforme de servidor público para ser delincuentes, la Fiscalía ya los tiene identificados, pero el caso simplemente no avanza”, es la denuncia de una madre de familia, cuyo hijo en 2021, presuntamente fue golpeado, asaltado y más tarde abandonado en un terreno baldío al sur de la ciudad de Puebla por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
En entrevista para El Sol de Puebla, la señora Dolores N, madre del agraviado, Jaime Uriel, de 24 años, contó que el 5 de mayo de 2021, su hijo y su novia, ahora esposa, acudieron a una convivencia con un amigo en el fraccionamiento Geovillas del Sur, pero él al salir para pedir un Uber se desorientó y al momento de ver una patrulla municipal estacionada, quiso pedirles ayuda, pero en vez de obtener apoyo, fue golpeado y despojado de sus pertenencias.
“Mi hijo salió para pedir un Uber para que lo llevara a la casa, pero se desorientó un poco y ahí había una patrulla, la 823, conducida por dos policías municipales, los cuales estaban estacionados; mi hijo se acercó, les tocó el cristal para que ellos los orientaran para dónde era la 11 y la 3 Sur pero al no haber respuesta, Jaime Uriel sacó el celular de la bolsa y encendió su lámpara para alumbrar hacia adentro de la patrulla, pero cuando hizo eso, los policías molestos se bajaron, empezaron a golpear a mi hijo y lo inclinaron hacia la patrulla; lo empezaron a bolsear, le quitaron el celular, un Motorola G9 Plus, y 3 mil pesos”, narró la madre de la víctima.
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Le cortaron cartucho para exigirle la contraseña del celular
Por si fuera poco, según la entrevistada, los policías, uno de complexión media y tez morena y otro robusto, le pidieron a su hijo la contraseña del celular, pero como se negó, lo golpearon en las costillas y la espalda, a puñetazos y macanazos, pero debido a que ni aún así obtuvieron la contraseña del teléfono, lo pusieron en cuclillas y le cortaron cartucho en la cabeza, hasta que consiguieron su objetivo y después lo fueron a aventar a un terreno baldío donde había varios hombres drogados.
“Como no consiguieron la contraseña del celular, lo inclinaron en cuclillas y cortaron cartucho en la cabeza para que diera la contraseña del teléfono, después lo levantaron y aventaron a la patrulla, se lo llevaron a la 3 Sur a un terreno baldío donde había varias personas drogadas, lo bajaron, lo volvieron a inclinar y le volvieron a cortar cartucho, para después amenazarlo de muerte, diciéndole que si los denunciaba, ellos ya sabían dónde vivía su familia porque ya tenían la información del celular, que nos iban a buscar y a matar”, aseveró la declarante.
Fueron los jóvenes drogadictos que estaban en el referido terreno, quienes le dijeron a Jaime Uriel que ya no les dijera nada a los policías, que ya no se expusiera, incluso lo resguardaron en una casa abandonada donde los adictos le contaron al agraviado que no era la primera vez que esos policías hacían lo mismo de robarle a las personas e irlas a tirar ahí, según lo expresado por la madre del varón golpeado.
Ante los hechos, al día siguiente, la señora Dolores, su esposo y su hijo, acudieron a Geovillas del Sur para ver dónde fue el lugar donde todo ocurrió, por lo que solicitó el apoyo de una patrulla estatal, la 1219, para que los acompañara al Oxxo, ya que su hijo les comentó que todo fue enfrente de ahí.
Al saber que los Oxxos tienen cámaras y podrían aportarles videos que evidenciaran a los policías que asaltaron al joven, la madre de este, junto con policías estatales, acudió al Oxxo de la zona donde ocurrió el hecho, pero ahí les dijeron que no podían proporcionarles los videos ya que era una tienda privada, según el relato de la madre de familia.
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Cámaras confirman la narración de Jaime Uriel
Sin embargo, al continuar con la búsqueda, dieron con una casa que tenía cámaras de vigilancia y cuyos videos confirmaron la versión del joven afectado, pero que en este momento se encuentran en poder de la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción, quien por estos hechos dio inicio a la carpeta 000382/2021.
“Nos dirigimos a la Fiscalía Anticorrupción, pero en el trayecto, a la altura del Panteón Jardín yo recibí una llamada de un policía estatal de nombre Eduardo, al cual yo le había llamado primero para el apoyo, él me dijo que ya había hablado con el comandante de la policía municipal, con el jefe de estos policías y que quería que nos presentáramos al día siguiente para que llegáramos a un acuerdo y ya no levantara la denuncia ante Fiscalía Anticorrupción, que él ya sabía qué elementos habían actuado en los hechos, pero le dije que no iba a acceder y que iba a levantar la denuncia”, explicó.
Después de un año y de que las autoridades ministeriales ya tienen identificados a los agresores, la señora Dolores acusa que no ha pasado nada en el asunto, no se ha aplicado la ley contra los uniformados del municipio, quienes incluso ya habrían sido trasladados a otra zona.
“Afortunadamente a mi hijo no le pasó algo más, pero si se les hubiera ido la bala, mi hijo ya no estuviera ahorita y este tipo de actos no se podían quedar impunes, por lo que fuimos a denunciar, y de eso ya tenemos un año y no se ha dado una solución; lo único que sé es que los cambiaron de zona, pero siguen en la corporación. Hace cuatro meses el MP dijo que ya los tenían ubicados y que ya saben quiénes son; el MP dice que como madre de él (de las víctima), no me puede dar información porque no soy la persona afectada, pero precisamente, como madre me preocupa que estas personas queden sin castigo”, acusó la entrevistada.
La señora Dolores solo pide justicia y castigo para los policías responsables, ya que debido a los hechos y las amenazas de muerte que sufrió por parte de los agentes policiacos, su hijo tuvo que salir y trabajar fuera del estado.
Finalmente cuestionó que los acusados tengan más privilegios que las víctimas, pues señaló que nada más los andan trayendo de un lado para otro y sin dar solución alguna.