Un recluso del penal de San Miguel que por un malestar intestinal se encontraba internado en el hospital del Seguro Social de la unidad habitacional La Margarita, se ahorcó en las regaderas ayer por la mañana.
El hallazgo del cuerpo lo hicieron los custodios y un enfermero, pues al ver que no salía del baño, ingresaron a este llevándose la sorpresa de verlo ahorcado con una venda que ató al tubo de la regadera.
El ahora occiso identificado con el nombre de Marcos, de 46 años de edad, estaba hospitalizado desde el pasado 13 de noviembre tras ser diagnosticado con un problema intestinal, por lo que se requería un tratamiento especializado de urgencia, reveló la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
La dependencia agregó en un comunicado que desde esa fecha, personal de la Policía Estatal Custodios se encargó de mantenerlo a resguardo mientras recibía tratamiento médico en el tercer piso de medicina interna.
Detalló que este miércoles por la mañana, el custodio en turno fue notificado que la persona privada de la libertad por estar cumpliendo una sentencia, se bañaría en el área del hospital destinada para ese fin. El policía resguardó la entrada a ese espacio y posteriormente, tras esperar un tiempo, ingresó junto con un enfermero a los baños donde descubrió que este no contaba con signos vitales en lo que, en apariencia, se trata de un suicidio.
La Secretaría de Seguridad Pública reveló que el imputado cumplía una sentencia – desde el 13 de marzo de 2014 - de 34 años y 11 meses por un proceso penal en el que se le halló responsable de los delitos de violación equiparada y corrupción de menores; además contaba con otra sentencia por el delito de trata de personas en la modalidad de explotación sexual, en este caso por 23 años y 2 meses.
Finalmente el reporte oficial puntualiza que mientras la Fiscalía General del Estado realiza las investigaciones correspondientes, la Secretaría de Seguridad Pública inició una averiguación y un proceso administrativo para determinar si el agente encargado de la vigilancia de la persona privada de la libertad incurrió en un acto que lo haga acreedor a alguna sanción.