“Nunca deberíamos de enterrar a nuestros alumnos”, escribe una de las profesoras de Ivonne “N”, estudiante de criminología de la BUAP, que falleció tras un asalto al minisúper “Santa Rosa” en la colonia Aquiles Serdán, al sur de Puebla capital.
En el mensaje, Karla Lizaola promete no quedarse callada ante las injusticias que se viven a diario, así como combatir la naturalización de la violencia que ha cobrado la vida de cientos de personas.
Ivonne trabajaba en un minisúper cuando el lunes 5 de noviembre, alrededor de las 20:30 horas un grupo de asaltantes ingresó a la tienda y al intentar defender a su hermano fue víctima de una bala que le arrebató la vida y la convirtió en una cifra más de los asesinatos en Puebla, al igual que su hermano de 19 años.
Aquí el texto íntegro de la publicación de la maestra
Querida Alumna:
Hoy, a las 8 de la mañana recibí la noticia de tu asesinato.
Cobardemente unos ladrones te arrebataron la vida con un disparo mientras tú, valientemente, defendías a tu hermano.
En un minuto viví lo peor que le puede pasar a cualquier maestro... la muerte de un alumno.
Te he de confesar que me tome unos minutos en el checador antes de entrar al que había sido tú salón de clase. Trataba de controlar el temblor de mis manos y encontrar el valor para ver a tus compañeros. Que podría decirles si yo también estaba conmocionada.
Al fin, la violencia en Puebla había llegado a mi salón de clases.
Te voy recordar con la carita llena de ilusión que tenías el primer día de clases, tomando apuntes en tu libreta nueva... llenándola de conocimientos de la licenciatura que habías elegido. Esa licenciatura en la que tenías tanta fe... mucho más de la que yo tengo en estos momentos.
No tengo más que ofrecerte una disculpa. En lo profundo de mi ser sé que te he fallado, no solo como profesora sino cómo ciudadana.
Yo vi a México ahogarse en la corrupción, vi a mi estado someterse al narcotrafico, vi como los delitos aumentaban cada día y cómo las personas dejaron de temerle a la violencia y empezaron a ser indiferentes. Deje que todo eso sucediera sin hacer algo y sin levantar la voz.
Un alumno al que le han quitado la vida es una pérdida para la facultad... para toda la universidad pero sobretodo para la sociedad.
Nunca sabremos hasta donde podrías haber llegado...
Sin embargo yo te prometo que no volveré a quedarme callada ante las injusticias que vea, no dejaré de exigir pero sobretodo combatiré la naturalización de la violencia.
Nunca deberíamos de enterrar a nuestros alumnos.