A lo largo de 16 años, Rosalba Aguilar Badillo se ha tenido que enfrentar a una doble discriminación, por el hecho de ser mujer y a la vez policía. Sin embargo, su esfuerzo y perseverancia, le han valido para convertirse en la primera mujer en obtener una jefatura de sector en la historia de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM) de Puebla; en este Día Internacional de la Mujer, Rosalba busca ser un ejemplo e inspiración para todas sus compañeras dentro de la corporación.
“Obtener una responsabilidad de este tipo, es un tanto difícil, sin embargo, ya dentro de la policía, fue una de mis metas. Es un orgullo, ya que, durante toda mi etapa laboral, los mandos medios siempre los ostentaban los hombres, además de que estos eran asignados por el secretario que llegaba al mando; es la primera vez que se hace una convocatoria. Y bueno, he escuchado de todo, la discriminación en muchos de los casos, viene de los ciudadanos, nos dicen que somos flojos, rateros y no hacemos nuestro trabajo”, confesó la actual jefa del Sector Número 3.
Pese a todas las dificultades, por las venas de Aguilar Badillo corre el espíritu y sentido de servicio hacia la gente.
Tras los últimos escándalos al interior de la policía municipal, que incluso ha derivado en el arresto de doce policías acusados de diversos ilícitos, la mando medio tiene muy presente la labor titánica y la responsabilidad que asume, para que los elementos a su cargo se conduzcan con toda legalidad y apego a la constitución.
“Así como hay personas buenas, hay malas. Lo que sí les he dicho en el Sector, es que traten al ciudadano como les gustaría que trataran a sus familiares. Estoy en contra de la corrupción y no vamos a permitir este tipo de situaciones; como jefes, es importante supervisar el trabajo de los elementos cuando llegan a un auxilio. Cómo le vamos a exigir a una persona que actúe bien si tampoco lo ven de uno, hay que predicar con el ejemplo”, opinó la entrevistada, quien consideró que, para ser policía, no solo se debe tener la camiseta bien puesta, sino que también se debe amar el trabajo y estar comprometido con la ciudadanía.
Bajo ese pensamiento, a los 18 años de edad y teniendo como principal inspiración a su padre, un militar retirado, Rosalba soñaba con convertirse en médico militar; la complejidad de las promociones y requisitos para poder enfilarse en la milicia, la hicieron desistir de esa meta.
“Quería ser médico militar, no pude, pero mis padres me motivaron para entrar a la policía del municipio, al final, así también podría ayudar a la gente, y ahora estoy aquí, sirviendo a la ciudadanía”, comentó la uniformada, quien además es madre de una pequeña de diez años de edad, y de una adolescente de 17 años, pero incluso, esposa de un expolicía estatal.
Gracias a la comprensión y el apoyo de su familia, Aguilar Badillo ha podido cumplir sus metas y objetivos.
Si bien es cierto, que hay mucho trabajo por hacer tanto en cuestión de seguridad pública, como social, con respecto a la violencia que a diario sufren las mujeres, Rosalba festeja el hecho de ser mujer y la oportunidad que hoy, la policía municipal también encabezada por María de Lourdes Rosales Martínez, la primera mujer en asumir el cargo de secretaria, le han dado para mostrar su capacidad y trabajo.
“Invito a las mujeres a perseguir sus sueños, que no se pongan límites, no por ser mujeres, somos el sexo débil, tenemos conocimientos, actitudes, carácter, pero lo más importante, ganas de superación, no hay que rendirse”, señaló la entrevistada, quien aseguró que hará todo su esfuerzo para convertirse en un ejemplo a seguir.