Morir en el desierto, sufrir algún atraco por parte de sus mismos compatriotas o incluso ser defraudados por los llamados “polleros”, son los riesgos a los que a diario se enfrentan los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos con el fin de conseguir el denominado “sueño americano”.
En ocasión del Día Internacional del Migrante que se conmemora este 18 de diciembre, El Sol de Puebla entrevistó a Eduardo, de 45 años, un poblano que en tres ocasiones cruzó la frontera con el propósito de buscar un mejor estilo de vida, pero sobre todo, estabilidad económica para su hogar. Los riesgos fueron altos, sin embargo, ningún peligro lo intimidó para luchar por el bienestar de su esposa e hijos.
“Uno se va por la necesidad de conseguir otras metas, aquí hay trabajo, pero mal pagado y la aventura es difícil porque te vas arriesgando la vida. Llegas a la frontera, buscas un coyote y es el albur de que te dejen o no te pasen, de que te quiten lo que llevas y a veces hasta te quitan la vida por no llevar dinero; es un riesgo, ya es brincar, pero donde puedas pasar; a veces por el río, por barrancas, el desierto es riesgoso; no te permiten llevar muchas cosas más que tu ropa; llevas agua, pero se te va acabando”, dijo el hombre de 45 años en entrevista para El Sol de Puebla.
Hace 15 años, por primera vez, el padre de familia decidió iniciar la aventura y juntar en ese entonces 25 mil pesos que le cobraba el “pollero” para pasar a Estados Unidos.
Luego de trabajar como “lavatrastes” y juntar dinero para sus seres queridos, problemas familiares lo hicieron regresar a México; años después, en dos ocasiones, volvió a tierras estadounidenses, sin embargo, para entonces, el costo de los servicios de quienes se dedican a pasar a indocumentados, creció a 35 y 45 mil pesos, respectivamente.
En todas esas ocasiones, a diferencia de otras personas que conoció en el camino, Eduardo corrió con la suerte de no ser defraudado y abandonado en la frontera. Aunque caminó por el desierto, más adelante fue recogido por los “polleros”, quienes bajo el pago correspondiente, lo llevaron hasta su destino.
El entrevistado agregó que en su peregrinar también encontró barrancas en las que había mucha ropa de mujer, credenciales, artículos y sangre que confirmaban los rumores de que ahí, mujeres eran violadas. Además de ver morir a otros hombres en el intento de llegar al vecino país.
“Muchos mueren en el intento. Pasamos por las barrancas y había un montón de credenciales de mujer, igual ropa interior y demasiada sangre y nos dijeron que ahí las violaban”, narró.
Aunque desde hace tres años, Eduardo, ya vive nuevamente en Mexico, aún tiene la inquietud de volver a Estados Unidos, sin embargo, los 80 mil pesos que dijo, ya cobran los “polleros” o “coyotes” y la emergencia sanitaria por Covid19 que actualmente azota al mundo, lo han frenado para regresar a aquel país.