Lo que parecía una actividad cotidiana el ir a la tortillería, se convirtió en una tragedia en la colonia Hidalgo de la capital poblana, donde hace 42 años se registró un fuerte incendio que dejó nueve personas heridas. Seis de las víctimas estaban formadas en espera de su turno en el establecimiento.

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Fue el 27 de mayo de 1982 cerca del mediodía, cuando el siniestro alarmó a los vecinos y trabajadores de la zona antes mencionada, pues en la calle 5 de Mayo, entre las calles 34 y 36 Oriente, se registró una fuga de gas de una pipa que había acudido al sitio a llenar un tanque.

El conductor de la pipa de la empresa Gas de Oriente, Felipe Hernández Portillo, quien entonces tenía 47 años de edad, se percató de lo ocurrido, por lo que con las manos intentó controlar la situación. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.

Contrario a detener la fuga, continuó el escape de gas, lo que además le provocó graves quemaduras en las manos al conductor del automotor, ya que al maniobrar no utilizó equipo de protección.

El escape del gas licuado de petróleo generó un incendio, cuyas llamas alcanzaron a seis personas que se encontraban en la fila de la tortillería en espera de su turno y dos trabajadores de la misma.

Entre las víctimas había dos menores de edad, una de ellas tenía 8 años y la otra tenía 12.

Cuando los vecinos vieron lo que ocurría, de inmediato llamaron al Cuerpo de Bomberos, pues las llamas alcanzaron más de cinco metros de altura, lo que provocó que los colonos se alarmaran, pues temían que ocurriera una fuerte explosión.

Al sitio arribaron los “tragahumo” y paramédicos de Cruz Roja estatal para brindar auxilio a las personas afectadas, a quienes atendieron, pues su ropa se quedó pegada a su cuerpo. La gran mayoría de ellos terminaron con quemaduras de segundo grado.

Posteriormente, los heridos fueron trasladados por paramédicos al Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), también conocido como “San José”.

Desalojaron a vecinos en cuatro cuadras

Con mangueras en mano y miles de litros de agua, los bomberos buscaron sofocar las llamas y controlar la fuga de gas, sin embargo, al ver que la pipa cargada con más de 15 mil litros era insuficiente, decidieron evacuar a los vecinos.

Algunos de los elementos de auxilio acudieron a tocar casa por casa para comentarles de lo ocurrido. Les indicaron que debían salir de sus viviendas, ya que corrían el riesgo de que en cualquier momento la pipa de gas explotara. Pese a que le hecho podría cobrar la vida de decenas de personas, sólo unos cuantos salieron de sus casas.

No obstante, la curiosidad de la gran mayoría los hizo quedarse a unos metros del siniestro para ver lo que ocurría, sin pensar en que esto podría traer graves consecuencias.

Según contaron los vecinos, en ese entonces, los pocos ciudadanos que se fueron, se refugiaron en casas de sus familiares en colonias cercanas como El Refugio, Lomas de 5 de Mayo, Cuauhtémoc, entre otras.

La fuga duró más de 36 horas

Aunque se logró apagar el fuego, la fuga continuó por más de 36 horas, por lo que más apoyo acudió a la zona, donde se contabilizaron hasta 45 bomberos. Los “tragahumo” se quedaron en el sitio auxiliando por más de un día en la colonia.

Cansados de las labores de mitigación, siguieron trabajando hasta que, de pronto, el gas licuado de petróleo se acabó. Fue ahí cuando se llevó a cabo el arrastre de la unidad y se dio aviso a los colonos para que regresaran a sus casas, pues el peligro había pasado.

Posteriormente, trascendió que los vecinos del lugar realizaron unas placas como agradecimiento para los bomberos; una de estas placas quedó colocada en la zona del siniestro, donde aún se conserva.

Sin embargo, con el paso de los años ya no se logra ver nítidamente.

Al respecto de los heridos, no se dio a conocer más detalles.