Con la exigencia de los deudos de que se haga justicia y sean indemnizadas sus familias, los dos hombres que perdieron la vida en la explosión del jueves de la semana pasada en el estacionamiento de la Fiscalía General de la República (FGR), delegación Puebla, fueron sepultados ayer. Una de las víctimas tenía dos años de haber regresado de Estados Unidos, donde trabajó 10.
En ambos casos, los consanguíneos pidieron la comprensión y respeto para que pudieran concretar el cortejo fúnebre y darles debida sepultura a sus seres queridos; agregaron que será más adelante cuando se enfoquen nuevamente en exigir que el o los responsables paguen conforme a la ley por lo ocurrido.
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Cabe recordar que fueron los propios deudos, quienes denunciaron que la delegación en Puebla de la Fiscalía General de la República (FGR) los estaba tratando de manera déspota e incluso les dijeron que los cuerpos serían entregados en 15 días.
Finalmente, con el apoyo y por indicaciones de funcionarios de las oficinas central de la FGR, les entregaron los cuerpos el sábado, y tras ser velados, ayer les dieron el último adiós.
JUAN REGRESÓ DE EU PARA MORIR
Después de un último rosario en su casa, en la colonia La Luna, al sur de la ciudad de Puebla, el cuerpo de Juan, de 45 años, salió rodeado de su familia, sus amigos y conocidos, y con mariachi entonando canciones como “Ángel Mío” y “Un Puño de Tierra”, al filo del mediodía de ayer hacia su última morada, el panteón de la colonia Guadalupe Hidalgo.
La familia indicó que no estaba en condiciones para dar algún pronunciamiento en este momento, sin embargo, no se opuso a que fueran acompañados durante el cortejo fúnebre.
Fuentes cercanas a la familia de Juan, previamente revelaron que apenas tenía dos años y medio de haber regresado de Estados Unidos, donde estuvo trabajando poco más de 10 años, enviando dinero para su madre y sus dos hijas que actualmente tienen 20 y 22 años de edad.
Para poder seguir sosteniendo a su familia, encontró trabajo como gruyero en el corralón Annavi, ubicado a unas calles de su domicilio, empresa que le trabajaba a la delegación de la FGR para el traslado de vehículos y material decomisado en acciones contra el robo de hidrocarburo, tales como bidones, contenedores y pipas.
Juan era amigo y compañero de trabajo de Martiniano, otro operador de grúa que llevaba seis años laborando también para Annavi, y que desgraciadamente el jueves pasado también perdió la vida; este último iba acompañado de su hijo Kevin, de 18 años, quien logró sobrevivir al estallido.
A las víctimas les indicaron que debían trasladar unos contenedores que hace tiempo fueron decomisados y estaban bajo resguardo de la FGR, pero tenían que ser destruidos en las instalaciones de la FGR.
Por lo anterior, Martiniano que tenía un poco de conocimiento de soldadura, comenzó los trabajos con un soplete y ante la acumulación de gases se registró un chispazo que produjo la explosión que acabó con la vida de ambos varones adultos y algunas quemaduras al adolescente.
La familia pasó 24 horas en las instalaciones de la FGR recibiendo malos tratos y una larga espera para que levantaran los cuerpos de las víctimas. Fue hasta que intervinieron las autoridades de la Central en la Ciudad de México, como les agilizaron la entrega de los cuerpos y así este lunes finalmente les dieron el último adiós, uno en el camposanto de la colonia Guadalupe Hidalgo y el segundo en el panteón Jardín de la colonia Loma Bella.
Martiniano era afecto a las motocicletas y deja a su esposa y dos hijos jóvenes, Karen y Kevin.
Su familia indicó que lo importante era poder sepultarlo, será más adelante cuando ya tengan mayor fuerza para exigir que se haga justicia, pues puntualizaron “esto no puede quedarse así”, refiriéndose a que los mandaron a laborar sin los protocolos y medidas correspondientes.