Dos hermanos de 32 y 22 años, respectivamente, fueron asesinados por un grupo armado que irrumpió en su vivienda ubicada en la junta auxiliar de San Miguel Canoa, ayer por la madrugada, para robar poco más de tres millones de pesos que tenían las víctimas. Los padres de los ahora occisos exigen justicia para sus hijos y amagaron con hacer justicia por su propia mano contra todo aquel que se atreva a delinquir en la comunidad.
Patricio N, el padre de los hombres ultimados, con el rostro desencajado, exigió a las autoridades gubernamentales dar con el paradero de los asesinos de sus hijos, identificados como Noé N y Marcial N. Los varones, además de ser torturados, recibieron 19 disparos y otro 6.
"Nosotros somos gente trabajadora, le trabajamos al gobierno, a nadie le debemos un solo peso y no tenemos problemas con nadie, queremos que atrapen a los responsables porque no se vale que hayan matado a mis hijos, ya les habíamos dado lo que querían, mi esposa les dijo que no les hicieran daño y aun así los mataron; si no encontramos justicia para mis hijos y para mi comunidad, ahora sí Canoa se va a levantar y ladrón que atrapemos ladrón que vamos a linchar y a quemar...", fueron las palabras de Patricio.
La casa de las víctimas se ubica justo a la entrada de la junta auxiliar, perteneciente a esta capital, a donde entre las 2 y 3 de la madrugada ingresaron los delincuentes cubiertos del rostro con pasamontañas y empuñando armas de fuego. Los sujetos, tras someter a los moradores: los dos hermanos y sus padres, registraron los cuartos, al tiempo que golpearon a las víctimas para exigirles que les dieran todo el dinero que, aparentemente, sabían que tenían.
Pese a que nadie de la familia opuso resistencia y entregaron el dinero, además de que rogaron para que no les hicieran daño, esto casi frente a un altar de imágenes religiosas, los delincuentes prácticamente acribillaron a los dos varones. Al padre de familia solamente lo dejaron herido de un cachazo en la cabeza, y la mujer fue la única a la que no tocaron.
COMUNIDAD INDIGNADA
La familia, que se dedica a elaborar techos y estructuras metálicas, es “gente trabajadora y son buenas personas”, así los describieron vecinos y familiares.
“Estamos tristes, pero además llenos de coraje porque ya hemos dejado de ver patrullas por acá, no contamos con seguridad pública y cuando se pidió auxilio por este caso, al llegar los policías ya era demasiado tarde…”, coincidieron vecinos entrevistados por El Sol de Puebla y agregaron, “estamos cansados de esa inseguridad y por eso hemos decidido hacer justicia por nuestra propia mano, no vamos a permitir que sigan los robos y si agarramos a alguien ahora si no se la van a acabar...”, puntualizaron.
Personal de la Fiscalía General del Estado agilizó las diligencias para el levantamiento de cadáver y se llevó los cuerpos al anfiteatro para hacerles la autopsia de rigor; todo ante la impotencia y dolor de decenas de pobladores que llegaban a dar el pésame a la familia, tras enterarse de lo ocurrido.
Hasta el cierre de esta edición no había pista de los asaltantes, ahora también homicidas.
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