Con arreglos florales, mariachi y carrizos adornados con globos blancos, este lunes, alrededor de 200 pobladores de la junta auxiliar de San Miguel Canoa, despidieron los restos de los dos hermanos ultimados a balazos durante un robo a casa habitación, la mañana del pasado viernes.
Dos estandartes de la virgen de Juquila, que dieron muestra de la devoción que los jóvenes profesaban y por la cual incluso llegaron a participar en peregrinaciones a pie, encabezaron el cortejo fúnebre.
Fue en punto de las 13:30 horas, cuando familiares, amigos y población en general, salieron del domicilio de las víctimas para dirigirse a otro inmueble, propiedad de los deudos. Ahí, pese al dolor y a las lágrimas, la comunidad lanzó tanto porras como aplausos, a los hoy occisos de 23 y 30 años de edad, respectivamente.
Tras ser despedidos del lugar que los vio crecer, en medio de cuetes y cánticos, los cuerpos de Noé y Patricio Fernando fueron llevados hacia la iglesia de la localidad. Después de la ceremonia religiosa, los ataúdes de las víctimas fueron cargados por amigos y conocidos hacia el camposanto, donde devastados por los hechos, los padres de las víctimas prefirieron no hacer declaración alguna.
Pese a lo anterior, cabe recordar que el día en que estos jóvenes fueron asesinados a balazos por sujetos que les arrebataron 3 millones de pesos, la exigencia de padre y madre, fue la de ¡Justicia! No obstante, hasta ahora se desconoce la identidad y el paradero de los homicidas.
En tanto, la comunidad de San Miguel Canoa se mantiene alerta ante la visita o llegada de cualquier extraño, pues se han dicho cansados de la delincuencia y no dispuestos a tolerar más asesinatos a manos del hampa.
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