El sospechoso del feminicidio ocurrido el fin de semana en la colonia Gonzalo Bautista, seguirá en prisión luego de que este jueves se le vinculara a proceso por el delito reclasificado por la juez como encubrimiento del desvío de la investigación de un hecho delictivo.
Aunque el equipo de defensa de Margarito N, taxista y expareja sentimental de la víctima identificada como Rosa María, alegaron violación a los derechos humanos de su representado, la juez de la causa no halló constancia ni nada que acreditara lo anterior por lo que el argumento de los abogados particulares no fue suficiente para lograr la libertad del detenido y principal sospechoso del asesinato de la mujer de la tercera edad.
Por otro lado, la jurista ordenó que sobre el investigado prevaleciera la medida cautelar de prisión preventiva necesaria o justificada, situación por lo que el hombre también de 65 años fue nuevamente llevado al penal de San Miguel, donde deberá permanecer mientras se define su situación jurídica.
En tanto, la juez de control otorgó plazo de dos meses para investigación complementaria.
Cabe recordar que fue la noche del sábado pasado cuando la mujer de la tercera edad fue hallada sin vida sobre su cama y al interior de su domicilio en la colonia Gonzalo Bautista.
El hallazgo del cadáver lo realizaron familiares de sexagenaria, quienes desde la noche del viernes le estuvieron llamando por teléfono a la mujer de 64 años sin obtener respuesta alguna por parte de la mujer, la cual tampoco acudió por su madre a la cual le tocaba cuidar todos los sábados.
Ante tal situación, familiares de la hoy occisa acudieron al domicilio de Rosa María N. Una vez en la avenida San Diego, los dolientes tocaron a la puerta sin que nadie les abriera, por lo que decidieron llamar a la policía.
Con la ayuda de los oficiales del municipio, los dolientes entraron a la casa por una de las ventanas. Tras revisar la casa, hallaron a Rosa María acostada en su cama, pero con múltiples golpes en el rostro sin encontrar a su pareja sentimental, convirtiéndose en el principal sospechoso del asesinato.
Pese a las contusiones que la víctima presentó, las autoridades establecieron que la mujer pereció a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio secundario a un traumatismo craneoencefálico severo, por los golpes que le fueron propinados por su pareja sentimental, el cual, al momento de su arresto en la unidad habitacional Rivera Anaya, aún presentaba hinchazón y lesiones en las manos, sin poder explicar cómo se los había provocado.
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