Los sujetos que asesinaron y metieron a un sillón a un hombre al que arrojaron al río Atoyac, ya fueron vinculados a proceso por el delito de homicidio calificado, reveló la Fiscalía General del Estado de Puebla.
Se trata de Alfredo N. alias “El Yeyo” y José Manuel N. alias “El Cholo”, quienes fueron detenidos horas después del asesinato que se pudo prevenir pero las autoridades policiales no le dieron seriedad a las llamadas de advertencia de vecinos que llegaron escucharon las súplicas de ayuda de la víctima, aún con vida.
La Fiscalía agregó que con la práctica de diversas diligencias, se estableció que la noche del 17 de mayo de 2022, al interior de un domicilio en la colonia San Isidro Castillotla, un hombre fue privado de la vida cuando convivía con sus amigos, ahora imputados.
Presuntamente Alfredo N. y José Manuel N. golpearon a la víctima hasta ocasionarle la muerte para después introducir su cuerpo en un sillón que sacaron con un diablito para trasladarlo y arrojarlo hasta el río Atoyac.
Luego de presentar en audiencia los datos de prueba que recabó, la Fiscalía General del Estado de Puebla consiguió que el Juez de Control vinculara a proceso a los imputados con la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
Aquí se informó cuando se halló el cadáver dentro de un sillón en las márgenes del río Atoyac, que cruza entre los fraccionamientos de Santa Clara y Lomas de Angelópolis, la tarde del 19 de mayo pasado.
Vecinos de San Isidro revelaron a las autoridades ministeriales que un día antes habían escuchado a un hombre gritar pidiendo auxilio y aseguraba que lo querían matar.
Sabedores de que ahí vivía Alfredo, un sujeto conflictivo de la colonia, pensaron que era él y llamaron a la Policía, pero esta no llegó.
Poco después llegó “El Yeyo” y el varón dejó de gritar; aunque llegaron policías a indagar, al no notar alguna anormalidad, desde la calle, pues no quisieron entrar al domicilio; se marcharon.
Así, cerca de la medianoche, los vecinos se dieron cuenta como Alfredo y otro sujeto (José Manuel), sacaron con un diablito, un sillón y luego se lo llevaron hasta la barranca donde lo arrojaron y horas después se descubrió que ahí iba el cuerpo de la víctima que tenían privada de la libertad y por alguna razón se deshicieron de ella.
Nuevamente los vecinos habían llamado a las autoridades policiales, pero no les creyeron en ese momento.
Los presuntos homicidas no contaban que hubo testigos de su fechoría y quedaron finalmente al descubierto y por ello se les capturó poco después.