Al menos 25 mujeres que han sido violentadas en el hogar, durante el confinamiento por el coronavirus, recibieron acompañamiento por parte de colectivos feministas que ayer, afuera de la Fiscalía General del Estado (FGE), exigieron mayor seguridad para las mujeres y el esclarecimiento de los feminicidios ocurridos en el estado y que aún faltan por resolver.
Fue poco después de las 15 horas que alrededor de 50 mujeres de la sociedad en general y tres colectivos feministas, vestidas de color negro y morado, llegaron al bulevar 5 de Mayo y avenida 31 Poniente, donde la vialidad fue restringida, mientras que trabajadores de la FGE cerraron el portón gris del edifico central de la dependencia para evitar disturbios.
Con tambores, cartulinas y luces de bengala, las manifestantes exigieron respuestas y justicia para aquellas mujeres cuya voz fue silenciada a través de la violencia.
“Estamos aquí para exigir justicia por los feminicidios que como siempre, la Fiscalía hace caso omiso. Taller Nahuala le hemos dado acompañamiento a 25 mujeres que han sido violentadas, violadas por sus esposos, no es posible que les digan que no las pueden atender porque estamos en contingencia, entonces vamos a esperar a que las maten para que les hagan caso? Pedimos que hagan su chamba, que le den seguimiento a los casos de feminicidio”, expresó una vocera de los colectivos, la cual pidió a la sociedad en general ser más empáticos con la causa.
Tras permanecer poco más de una hora en el sitio, donde cantaron, bailaron y exclamaron frase como: “¡si algún día no regreso, abracen a mis hijos!” y “iporque vivas se las llevaron, vivas las queremos!”, el contingente de mujeres se acercó a la entrada de la Fiscalía de Puebla para colocar una cadena y pegar un sello de clausura simbólica del edificio central de la citada dependencia.
El reclamo y la protesta culminó con la quema de una fotografía del gobernador del estado, Luis Miguel Barbosa Huerta, en un caso metálico que contaba con la leyenda “somos las nietas de las hijas que pudieron quemar”, para instantes después, sin ningún tipo de pintas o daños al edificio, retirarse del lugar que fue resguardado por mujeres policías del estado.