Los atracos dentro de las sucursales bancarias, de esos robos a mano armada que parecen sacados de una película de acción, eran pan nuestro de cada día hacia finales del siglo pasado.
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Uno ocurrido el martes 17 de enero de 1978, en la población de Zacatelco, en Tlaxcala, llamó la atención porque ocasionó una intensa movilización de los cuerpos policíacos, tanto del estado vecino como de Puebla.
En menos de cinco minutos, cinco sujetos armados con pistolas, se llevaron un botín estimado en 300 mil pesos antiguos, destinado en su mayoría al pago de pensiones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Previamente al robo en Zacatelco, los asaltantes habían despojado a un taxista de su unidad en esta ciudad de Puebla, mismo al que encajuelaron mientras cometían el robo en la sucursal bancaria.
¿Cómo sucedieron los hechos?
En la publicación del miércoles 18 de enero de esta casa editorial, “El Sol de Puebla”, se lee:
“Según versión proporcionada sobre el particular, a las 9:07 horas de ayer, poco después de que habían abierto la sucursal bancaria y los empleados se disponían a liquidar el importe de pensiones que mensualmente otorga el IMSS y que son pagadas en esta institución bancaria a un sinnúmero de ancianos de la región, sorpresivamente irrumpieron en el banco 4 sujetos armados con pistolas y tras gritar que se trataba de un asalto, amagaron al gerente, al contador y a las cajeras”.
Mientras cuatro de los delincuentes entraban a la sucursal para realizar el atraco, el quinto esperaba en el coche del sitio que habían robado para darse a la fuga de inmediato. Todos eran jóvenes y dos de los cuatro que entraron al banco llevaban pasamontañas.
“Los 4 que habían entrado fueron a la caja principal y cada uno de ellos vigilaba a los presentes, principalmente ancianos que iban a cobrar su pensión; amagaron a la cajera Silvia López Hernández y sustrajeron los 300 mil pesos que ahí tenía, los que metieron en una bolsa de plástico que llevaban (…) Luego salieron precipitadamente y tras abordar el carro de alquiler se dieron a la fuga”, detalla la nota.
Los cuerpos policíacos de Tlaxcala y Puebla de inmediato bloquearon las carreteras y se ocasionó una intensa movilización para dar con el paradero de los asaltantes, de acuerdo a la poca información que se tenía.
La cajera, Silvia López detalló que cuando los cuatro sujetos armados entraron a la sucursal gritaron “esto es un asalto, nadie se mueva”. De inmediato, amagaron al contador Isaac Netzahualcóyotl y al gerente de la sucursal Ariel Cabrera, y los obligaron a tirarse al suelo. Este último, el gerente, fue quien informó que la mayoría del dinero robado sería destinado al pago de pensiones del IMSS.
Por ese motivo, tanto dentro como fuera de la sucursal había adultos mayores esperando su paga. Lamentablemente, durante al atraco, dos ancianos que intentaban cobrar sus respectivas pensiones, al ser amagados se resistieron y fueron golpeados con pistolas por los delincuentes.
Poblano, testigo de lo ocurrido
Los asaltantes se habían dado a la fuga en un automóvil Plymouth que circulaba como taxi del sitio de Alseseca con placas número 46-SSJ, y que era alquilado por Pedro Carrasco. La policía poblana ya había localizado el domicilio del taxista a quien tenía bajo vigilancia. Sin embargo, él mismo acudió a la Inspección de Policía alrededor de las 12:20 horas, para entregar el coche.
“Carrasco Juárez aseguró que a las 8:20 de la mañana de ayer cuando circulaba por la 11 Norte y la 12 Poniente fue abordado en esta ciudad por cuatro sujetos jóvenes que le pidieron los llevara a Zacatelco, porque se les hacía tarde para el trabajo (…) Cuando pasaban por la desviación a Ayometla le indicaron que siguiera por ese camino: a unos 200 metros lo detuvieron y amagándolo con pistolas, dos de los que viajaban en el asiento trasero, lo bajaron del coche y luego de atarlo de pies y manos lo metieron a la cajuela”, detalla la publicación.
El hombre también mencionó que sintió que circularon durante un rato y se detuvieron en repetidas ocasiones, la última vez fue a las 9:30 de la mañana, cuando se bajaron del automóvil y le tocaron sobre la cajuela.
Después de un rato de que el auto ya no circulaban, comenzó a gritar pidiendo auxilio hasta que un ciclista lo ayudó. Los asaltantes habían dejado las llaves del auto pegadas y por eso pudo abrir la cajuela.
El taxista aseguró que los asaltantes habían dejado el auto abandonado, con él al interior del maletero, en una desviación entre Nativitas, en Tlaxcala, y San Martín Texmelucan, Puebla.
Ninguna pista de los asaltabancos
A pesar de la intensa movilización por parte de los cuerpos policíacos de ambos estados, hasta los últimos minutos de esa noche, no había pista alguna del paradero de los delincuentes porque se tenía muy poca información acerca de ellos y del rumbo que habían tomado.
En forma exhaustiva y en coordinación con la Policía Judicial de Tlaxcala, agentes de la judicial de Puebla continuaron con las investigaciones para esclarecer el asalto a la sucursal de Bancomer de la población de Zacatelco, en Tlaxcala, en donde los cinco sujetos se habían llevado un botín de 300 mil pesos antiguos a borde de un taxi de sitio de Alseseca.
Lograr la captura de los asaltabancos fue una tarea por demás difícil, porque no se contaba con información precisa de los perpetradores del robo. A pesar de que las policías de ambas entidades bloquearon las salidas y revisaron a las personas que tenían semejanzas con los asaltantes, no fue posible detenerlos. Incluso, a la media noche de ese día, se aseguró que a esas horas ya estarían fuera de Puebla o Tlaxcala.
En Tlaxcala la búsqueda de los asaltantes estuvo a cargo del teniente coronel Yánez Bonilla, director de las Fuerzas de Seguridad. En Puebla el caso estuvo al mando del capitán José Luis Acosta Morales de los Servicios Especiales de Investigación que fueron coordinados por la Policía Judicial del Estado.
