La trata de personas, un negocio que se arraiga con el tiempo

Alan A. Luis Diego

  · lunes 25 de septiembre de 2017

PUEBLA, Pue.- Esther no es su nombre, pero prefiere usarloporque el suyo es fuerte y también doloroso como su historia.Tiene 43 años y cuatro de ellos fue obligada a prostituirsedespués de ser secuestrada por un hombre desconocido.

Ella fue víctima de explotación sexual y tráfico de mujeres.Ya han pasado 19 años desde que escapó de lo que escribe como ellapso más doloroso de su vida, y aún llora cuando revive suencierro.

Miles de personas en el mundo son captadas, trasladadas,vendidas y compradas con fines de explotación, particularmentemujeres, niñas y niños. El caso de Esther no quedó registradoporque nunca levantó una denuncia formal.

La trata de personas es un fenómeno delictivo que se encuentraextendido por todo el mundo. En México la esclavitud sexualsolamente de niñas y niños se estima entre 16 mil y 20 mil casos,de acuerdo con los datos del último diagnóstico sobre lasituación de trata en México realizado por la Comisión Nacionalde los Derechos Humanos (CNDH).

En Puebla, este delito ha tenido un incremento alarmante en tresaños que oscila en 250 por ciento. Mientras que en 2012 lacantidad de averiguaciones previas iniciadas fue de 107, para 2015la cantidad se elevó a 375.

“Te voy a amansar cueste lo que cueste y si no, te mato, ahíestá una barranca y nadie sabe que estás conmigo”, recuerdaEsther el día que se negó por primera vez a tener relacionessexuales con un desconocido.

Había pateado a un cliente y él pidió su dinero de regreso.La afrenta le costó una golpiza y una semana encerrada en un bañopreparado para las mujeres “desobedientes”. “Yo teníahambre, tenía sed, y me decía: ¿tienes hambre, quieres comer?Para que veas que te tienes que ganar la comida. Al quinto día medice orale perra come, y me aventó unas tortillas”.

Esther terminó cediendo y fue esclava sexual durante cuatroaños. Recuerda la primera vez que estuvo con un hombre a lafuerza, era domingo.  “Me llevó de nuevo al bar, llévatela ledijo a uno, tanto fue el verme así que me dijo: ya pagué por tipero no te voy a hacer nada”. El segundo no la perdonó. Ya norecuerda cuántas personas tuvo que “atender” en un solodía.

En días subsecuentes, la joven que en ese entonces tenía 24años, comenzó a ver cómo llegaban muchachas de las sierras dePuebla a bares de Tlaxcala, estado en donde estuvo cautiva, algunaspor gusto, otras por necesidad, pero también las había comoEsther, obligadas a prostituirse. “Cuatro años secuestrada, mispadres no sabían nada”.

De acuerdo con la CNDH tanto la captación como el traslado y laexplotación de víctimas de trata se lleva a cabo en Tlaxcala,Distrito Federal, Puebla, Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, Chihuahua,Guanajuato, Querétaro, Baja California y Nuevo León,principalmente.

NO PUEDE LEVANTARME EN UNA SEMANA

“La explotación sexual comprende diversas prácticas, talescomo prostitución forzada, ya sea en la calle o en burdeles, casasde masajes, a domicilio o servicios de acompañamiento, tabledance, pornografía adulta e infantil (incluyendo el abuso sexualde niños), turismo sexual, lenocinio, explotación sexualcomercial infantil, y puede llevarse a cabo casi en cualquiersitio”, señala el informe especial sobre trata de personas enMéxico.

Eso le pasó a Esther quien se vio obligada a querer escapar porsegunda vez. Fue golpeada brutalmente. “No me mató, pero no pudelevantarme en una semana”, relata.

Frecuentemente era amenazada, una vez el hombre que no tienenombre porque no quiere mencionarlo, compró una pistola. “No lavoy a usar con nadie pero contigo sí, si quieres”, le decía. Esther es una mujer que nació en Puebla, a los 24 años ya teníacinco hijos y se había separado de un marido que la golpeaba.Trabajaba en una tienda de Plaza Dorada, pero su padre, estrictocon ella después de su matrimonio fallido, le había advertido queno podía regresar a su casa después de cierta hora.

Ella fue a una fiesta con sus amigas del trabajo y cuandoregresó a su casa, una noche, su padre la recibió a golpes. Aldía siguiente, fue al trabajo pero un hombre vio que lloraba y sela llevó con engaños. “Me decía: de qué te sirve este dinerosi no tienes a nadie que te haga un cafecito, ¿no te gustaría quetus hijos fueran a una mejor escuela? Hasta de paga yo teayudaría. Y que me empieza a deslumbrar”. Se fue con él.

AHORA YA ESTÁN EN LA CALLE, EN LOS PUENTES

Esther que vivió en carne propia la explotación sexual y eltráfico de personas, reconoce a las jóvenes que se encuentran eneste tipo de redes. Dice que ahora no solamente están en losbares, sino también en cruces y puentes federales.  En el estado,la explotación se lleva a cabo principalmente en las ciudades dePuebla, Tepeaca, San Martín Texmelucan, Izúcar de Matamoros,Tehuacán, Tecali de Herrera, Tehuitzingo, Tecamachalco,Teziutlán, San Pedro Cholula, Atlixco, Tepexi de Rodríguez,Ciudad Serdán, Chignahuapan, Cuetzalan, Huauchinango, Huaquechulay Zacatlán.