México sería uno de los países en donde una mayor cantidad de niños y adolescentes se vieron afectados al quedar huérfanos a causa de la muerte de sus padres o tutores tras enfermar por la Covid-19.
En el país se estima que desde el comienzo de la pandemia han fallecido más de 300 mil personas y se han acumulado más de cinco millones de casos, con los menores de edad entre los más afectados ya sea de manera directa o indirectamente.
NIÑOS HUÉRFANOS A CAUSA DE LA PANDEMIA EN MÉXICO
De acuerdo con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) para junio de 2021 al menos 6,866 niños, niñas y adolescentes habían quedado en situación de orfandad a causa de la pandemia.
Los menores se vieron afectados ya sea por el fallecimiento de uno de sus padres, de los dos, o incluso por la muerte de sus cuidadores secundarios como pueden ser sus abuelos. A la par, muchos se vieron afectados por la distancia debido a que sus familiares vivían lejos del resto o porque no tenían con quien superar el dolor al estar también las escuelas cerradas.
Sin embargo, organizaciones como la Red por los Derechos de la Infancia (Redim) apuntó que la cifra podría ser mucho mayor, ya que en todo el 2021 la población infantil que quedó huérfana por la pandemia fue de 118 mil menores.
De igual forma, el organismo detalló que esto los obligó a enfrentar otras situaciones ya que los dejó vulnerables ante el abandono escolar, pobreza, trabajo infantil, violencia sexual y los embarazos tempranos.
En tanto el estudio “Estimados mínimos mundiales de niños afectados por la Covid-19 asociados a la orfandad y muertes de los padres”, detalló que hasta la primera mitad de 2021 la cifra de menores que habían perdido a sus padres o a sus cuidadores principales había sido de 131 mil.
Dentro de este estudio señala que los padres fueron los que mayor número de fallecimientos presentaron al ser casi el triple de las madres fallecidas al colocarse en 97,951 contra 33,342 madres que perdieron la vida.
En el caso de Puebla no se tienen datos precisos sobre la cantidad y ubicación de los menores que habrían quedado huérfanos a causa de la pandemia. Por ello, en febrero pasado se presentó un acuerdo en el Congreso del Estado para que el Sistema Estatal para el Desarrollo de la Familia (DIF) realice un estudio para analizar esta situación.
LOS MENORES AFECTADOS POR LA COVID-19
Respecto a los fallecimientos de menores a causa de la pandemia de la Covid-19, de acuerdo con la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), en todo 2021 fallecieron un total de 812 menores por la enfermedad.
De los fallecimientos, 427 tenían una edad entre los 0 a 5 años, 111 de los 6 a los 11 años y 274 tenían entre 12 a 17 años.
Activistas aseguraron que los menores sufrieron de invisibilidad de las instituciones públicas durante la pandemia al generarse un desabasto de medicamentos para sus enfermedades, sufrieron de políticas de exclusión de la vacunación contra la Covid-19 y el encierro provocó que fueran vulnerables a fenómenos relacionados con la violencia.
CONSEJOS PARA ENFRENTAR EL DUELO CON LOS MENORES
Ante los casos de fallecimientos y la posibilidad de que ocurran de nueva cuenta, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentó en agosto de 2021 algunos consejos para enfrentar el duelo tras una muerte con los niños, niñas y adolescentes.
Los consejos fueron realizados por Serena Eréndina Serrano del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM y buscan que los fallecimientos no se conviertan en un evento altamente traumático o estresante para los menores.
Dentro de las recomendaciones están mostrarles amor incondicional a los niños, hablar y permitirles que expresen sus emociones, hay que hablarles con honestidad para haceres ver que ellos no tienen la culpa de la muerte de sus familiares y dejarlos tomar decisiones para que puedan apropiarse del proceso de duelo.
Además, se tiene que estar pendiente de su comunicación simbólica no solo del lenguaje directo, no molestarse si el menor presenta regresiones sociales como es el dejar de hablar o mojar la cama. Se debe evitar condicionarlos como regañarlos por llorar ya que su dolor tiene expresiones no convencionales y, si la persona fallecida se trata de un tutor, hay que darles a entender que el duelo es compartido.